martes, 29 de noviembre de 2011

Evangelio de los vampiros, Génesis. Cap. X

"Así era la Atlántida antes de ser hundida por el Creador."
Cuando las aguas se retiraron, en el tiempo de la ruptura, Atlántida surgió frente al estrecho que los humanos llamaron "las colinas de Hércules".
En medio de la luz, Atlántida era una región de oscuridad.
Donde se desarrollaron todas las artes que las Criaturas de las Tinieblas enseñaron a sus discípulos.
Fue en Atlántida donde se fundó el primer imperio, cuya sacerdotisa fue Akasha (Aradia), la mujer que acompañaba a Dissaor y a Lamec.
En aquellos días, el conocimiento oscuro era transmitido a todos los habitantes de Atlántida.
Por lo que Atlántida fue un continente de Vampiros.
Mas no todos sobrevivieron al hundimiento, por que fueron muertos por el fuego y por los Centinelas, en las formas en que el Creador enseño a su creación para destruir a los seres oscuros.
Cuando fue la matanza en Atlántida, los No-Muertos y las Criaturas de las Tinieblas observaron sin moverse; pues ellos están por encima de las emociones; son capaces de llorar sin emoción.
Mas la venganza era suya, pues fue engendrada en las tinieblas.
Llamaron a Dissaor, a Lamec y a Akasha, y les hablaron así:
"Dissaor, Lamec y Akasha, hijos y herederos de las tinieblas, conozcan lo que vendrá.
Pues las Criaturas de la Noche habitarán en Atlántida como una vez nosotros habitamos en el universo; no existía dolor ni lagrimas, ni la alegría ni el placer.
Únicamente las profundidades internas de todos nosotros unidas a la negrura de nuestras profundidades externas.
Y el número de Vampiros y Criaturas de la Noche creció, siendo mayor que el de las criaturas de la luz.
Por lo que el Creador, violando una vez más el orden del universo, ha enviado destrucción sobre Atlántida y las Criaturas que sobre ella prosperaban.
Demasiado tiempo hemos callado desde el momento de la rebelión melancólica.
Mas ya no lo haremos; por cuanto las obras que fueron destruidas en Atlántida no serán recordadas por las generaciones venideras; ni la misma Atlántida, que será considerada un mito.
Como leyenda seremos nosotros, pues el mito ha sido impuesto por el Creador, para que se difunda la mentira acerca de nosotros.
Y así Ra, que es uno con la noche será uno con el sol; y Tonatihu, el de la luna, será uno con el sol; los humanos llamarán solares e hijos y padres de la luz a muchos de nosotros.
Tales son los planes del Creador, convertirnos a la luz.
Por esto, luz seremos aquellos a quienes se nos calumnie; seremos luz que calcinará a la luz.
Mas no será para entregarles nuestras enseñanzas, como lo hemos hecho con los Vampiros y las Criaturas de la Noche.
Sino para que establezcan pactos concientes o inconscientes con la oscuridad que guardan en el fondo de la falsa luz, para perdición del falso profeta de la luz y sus seguidores.
A la luz del día, verá el Creador como sus criaturas le dan la espalda y se vuelven a la oscuridad.
Por que no serán parte de nosotros; conoce que nosotros percibimos a los que nos pertenecen, y a ellos enseñamos lo que deseamos.
Por medio de tí, Dissaor, de Lamec, de Akasha y de los muchos profetas y videntes de las tinieblas que existieron, existen, y que vendrán.
He aquí, hemos dado a Luzbel, llamado Satán por el Creador, la facultad de llevar a los seres de la luz a sus dimensiones.
Que fueron aquellas a las que le condeno el Creador, diciendo:
"Seas precipitado en este lago de fuego por el resto de tus incontables días; seas odiado por los seres humanos que estoy por crear, seas odiado por las Criaturas de las Tinieblas"; pero nosotros nos hemos vuelto hacía Satán, dando la espalda al Creador.
El genero humano, maldito por el Creador, seguirá la luz para entrar en el llamado Infierno.
Mas no será cuando el Creador lo decida, sino cuando ellos mismos, Satán, o nosotros lo dictemos.
Demasiado tiempo hemos callado; porque entre nosotros no hay amor ni odio.
Pero si venganza: Escuchen bien Dissaor, Lamec y Akasha.
Enseñen de aquí en adelante el valor de la venganza, así como han enseñado las artes oscuras, la melancolía,
la sed de sangre, el rechazo a la luz y la protección de la oscuridad; la magia y la lujuria.
Enseñen, de aquí en adelante, las maneras del depredador.
Pues los Vampiros serán depredadores, acechando al género humano; temidos serán por humanos y ángeles; odiados por los Centinelas; malditos por la tierra y el cielo, a los que los oscuros odiarán, sirviéndose de ellos, ajenos a todo amor y todo odio.
Mas si tuviesen que elegir, elegirían el odio y la crueldad.
Y al practicar la crueldad, que lloren por dentro.
No sean como el Creador, que se regocija en su crueldad.
Sean los vampiros y las Criaturas de la Noche seres en verdad diferentes al resto de la creación.
Abran los ojos y oídos; muestrenles únicamente lo que han de saber.
Pues la soledad es una virtud, lo mismo que el abandono.
Y que las prostitutas sagradas que servían en Atlántida a las Criaturas de la Noche sean restauradas en los nuevos lugares.
Porque serán repudiadas por los Centinelas y los que sirven a los Centinelas, como ya han sido repudiadas las Criaturas de la Noche.
Por cuanto las prostitutas sirven a la lujuria, también son Criaturas de la Noche, aunque de un linaje inferior, pues han sido hechas para servir.
Mas su poder es inmenso al oponerse al amor, y recordar que la cópula existe sin amor.
Cuando venga el engaño, que las Criaturas de la Noche aprendan a practicar el arte de la lujuria, y rechacen el amor.
Pues el amor debilita a las Criaturas de la Noche en tanto que fortalece a las criaturas de la luz.
Fue hundida la Atlántida, y esto ocurrió antes del diluvio.
Este es el décimo misterio: el del poder y la venganza en lujuria de las Criaturas de las Tinieblas.
Únicamente los Vampiros cuya sabiduría es grande puede tener acceso a esta revelación, y sólo si han penetrado las nueve anteriores.
"Porque este poder sacude la tierra y el cielo, y a lo que esta debajo de la tierra".

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