viernes, 25 de noviembre de 2011

Evangelio de los vampiros. Génesis. Cap. IX

"Este es el misterio de los descendientes de Caín, que fue creado a la imagen de la lujuria, al contrario de Abel, quien fue creado a la imagen del amor".
Conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc.
A Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehuayel, Mehuayel engendró a Matusael, y Matusael engendró a Lamec.
Lamec tomó para sí a dos mujeres; el nombre de una era Adá, y el nombre de la otra era Sillá.
Adá dio a luz a Jabal; el nombre de su hermano era Jubal.
Tambien Sillá dio a luz; a Tubalcaín, forjador de toda herramienta de cobre y hierro. Y a Naamá.
Lamec alzó su voz: "Yo maté a un hombre que me hirió, y a un joven por una confusión que recibí".
Caín será vengado siete veces; mas Lamec lo será setenta veces siete".
De aquí a intocables generaciones, hasta el final de los tiempos.
He aquí, una Criatura de la Noche nace entre humanos estúpidos, adoradores de la luz, y éstos le rechazan y se maldicen por haberlo traído a la tierra; mas la Criatura de la Noche, desde que nace, sabe de su naturaleza, y que siempre estará sola, más unida a las Criaturas de las Tinieblas, y busca el conocimiento oscuro y la lujuria por el conocimiento.
Por esto es, Centinelas, que no pueden ser destruidas las Criaturas de la Noche.
Que tan solo por habitar entre las Criaturas de la luz, las desafían.
Hasta que obtienen la primera revelación, y se consagran a la oscuridad que en espíritu las engendró.
Aborrecen a sus padres y hermanos humanos para abrazar a las tinieblas.
Pues ellos son tesoro de las sombras, sacerdotes oscuros y seres perdidos y encontrados a sí mismos en el reino de la luz.
Y los que descubren la señal de Caín la portan en victoria interior y callada, en medio de los seres estúpidos.
Aguardando la caída de la luz y con ella, la caída de la escoria que les rodea.
Mas hubo Criaturas de la Noche que negaron su oscuridad y abrazaron la luz.
Pero no por eso sus nombres ni sus obras fueron borradas del libro de la oscuridad.
Todo aquel que pertenece a las tinieblas vuelve a ellas; esto es parte del orden universal.
Hubo humanos de la raza estúpida que anhelaron unirse a las tinieblas.
Pero aunque lo hicieron, regresaron a la luz; esto es también parte del orden universal.
Oscuridad se une a la oscuridad con delgados cordones de luz; luz se une a luz con delgados cordones de oscuridad.
Dissaor, hijo de Caín, transmitió el conocimiento oscuro a Lamec. Y Lamec fue Vampiro.
Y Lamec y Dissaor viajarón de la tierra a Aradia, y a los vértices, y al espacio más allá de los vértices; amenazados por la luz y protegidos por la oscuridad, bebiendo la sangre y la energía de las criaturas del Creador.
Había gigantes en aquellos días; muchos gigantes recibieron el conocimiento oscuro.
En aquellos días, muchos Vampiros fueron inscritos en el libro de la oscuridad.
Más primero sólo Dissaor y Lamec podían pasar por el umbral hacia Aradia y el lado oscuro del tiempo.
Y a las regiones oscuras les seguía una mujer vestida de negro.
Reina de los Vampiros fue llamada por las Criaturas de las Tinieblas y los seres Crepusculares, pues era grande su sabiduría.
Sacerdotisa había sido del primer imperio, y estudio los libros de las sombras, y su poder era grande sobre la tierra.
Por lo que la mujer, que seguía a Dissaor y a Lamec, dejó que la tierra se tragara su nombre mortal, y que le fuera impuesto el nombre de la dimensión de los Vampiros.
Y fue llamada Aradia.
Así como las Criaturas de las Tinieblas enseñaron a Dissaor, a ella enseñaron todos los misterios y todas las revelaciones que le correspondían.
Y Aradia crecía en sabiduría aprendiendo todas estas cosas; no intentaba obtener más conocimiento del que le estaba permitido; en cambio aguardaba, y el conocimiento venía a ella cuando no lo buscaba.
Este es el fundamento de toda magia: encontrar sin buscar.
Así Aradia se dirigió al lugar llamado Atlántida, que fue hogar de los Vampiros, las Criaturas de la Noche y que fue también de los Brijos, pues los Brujos son Criaturas de la Noche.
Viendo el Creador oscuro esplendor en Atlántida dijo: "Húndase la Atlántida".
Mas algunas Criaturas de la Noche y algunos Vampiros evitaron su destrucción y se establecieron sobre todos los rincones de la tierra, a la vista de Dissaor y sus discípulos, que les enseñaban lo que debían conocer.
Viendo el Creador oscuro esplendor sobre la tierra dijo: "Sea el diluvio".
Y fue primero el Vampiro Utnapischtim quien construyó un arca y la llenó con seres oscuros y animales; y otros seres oscuros lo hicieron en muchos rincones de la tierra. Viendo esto, el Creador ordeno a Noé que construyese un arca, para albergar a los adoradores de la luz.
"Por que", dijo el Creador, "la perversidad se ha extendido sobre la tierra".
Y al termino del diluvio puso en el cielo una señal infame del pacto entre él y las criaturas de la luz; y lo llamo Arco Iris.
Contemplo Aradia el Arco Iris, y junto con Dissaor trajo a la tierra el arco de la oscuridad.
Bajo el cual, todo linaje de Brujos a pasado detrás de Aradia.
Brujos y Vampiros han sido aliados desde entonces, mas está alianza se ha roto en diversas ocasiones.
Pero es así como todo deve ser ante las Criaturas de las Tinieblas.
Y Caín ha sido vengado; y Lamec ha sido vengado; más Aradia y su linaje, y el de Caín, aguardan venganza.
Este es el noveno misterio: la llave de toda brujería, engendrada por Dissaor y por Aradia.
Todo aquel que no lo posea, y se diga a sí mismo brujo, conocerá la venganza que guarda Aradia.
Aradia escribió en el Evangelio de las Brujas, e hizo muchos prodigios y milagros con las enseñanzas de Dissaor.
Y sus incontables generaciones.

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