jueves, 23 de febrero de 2012

Necromancia thanatoica

En esta división se encuentran los hechizos y maldiciones de muerte. Hay que observar que muy pocas veces generan una muerte literal. La necromancia Thanatoica es el estudio de las interacciones que lo acercan a uno cada vez mas a la muerte y utilizan ese conocimiento para generar una replica de tal efecto.

El Necromante novato e inmaduro lo utilizaría para causar ataques a sus enemigos, el Necromante sabio lo utilizaría para balancear las energías que afectan a su ser. En Grecia y Roma la necromancia no era prohibida ya que el Necromante entendía que siempre debía existir un balance entre la vida y la muerte, y tal balance no debía romperse excepto en una situación que pusiera en peligro al mismo balance. El Necromante era considerado un ser solitario pero nunca un destructor de la sociedad.
Para realizar este tipo de maldiciones debemos identificar ciertos componentes clave. El primero es la sensibilidad Thanatoica. La materia es solo una de las tantas capas de la realidad, el mundo de los muertos es otra capa que no todos pueden percibir pero que esta continuamente afectando al mundo material y viceversa. Lo primero que el Necromante debe aprender es sentir y comprender las interacciones entre estas dos energías, la de la vida y la de la muerte.
El segundo componente es la identificación de la condición del cuerpo etéreo. Como ya hemos dicho el cuerpo etéreo es la replica energética del cuerpo material y también es conocida como alma. La condición en la que se encuentra este cuerpo es vital para decidir como crear la maldición, puede tomar algo de tiempo y es por esto que la paciencia debe ser una virtud del Necromante. Por ejemplo, una persona que sufre del corazón es mas sensible a un hechizo de infarto y no a un hechizo de los riñones. Alergias, cirugías, todo este tipo de cosas entregan información útil. El cuerpo etéreo muestra todos los bloqueos, enfermedades y anormalidades del cuerpo físico, es entonces un mapa de cómo atacar.
Para causar el ataque existen varios métodos. El primero es el vampírico, en este se libera una porción del cuerpo astral del Necromante mediante un estado de trance, busca al cuerpo etéreo de la victima y entra en contacto con este. El segundo es generar a un servidor que haga el trabajo por uno. El espíritu no hará el favor si observa que el propio Necromante no tiene la energía para hacerlo el mismo. El tercer método es absorber bastante energía Thanatoica y después liberarla hacia el objetivo.
No debemos olvidar que todo en la vida genera repercusiones, por esta razón se debe consultar un oráculo antes de lanzar una maldición. Las decisiones afanadas causan errores afanados, así que es mejor planificar toda la operación. Las maldiciones Necromanticas pueden afectar a muchos sin saberlo, por ejemplo, si alguien muere entonces su familia sentiría dolor y tristeza, etc… actuaría entonces como una especie de virus que puede infectar a otros. Este factor muchas veces no se tiene en cuenta y hace que el Necromante tenga que pagar por consecuencias de las cuales el no estaba consciente. Es mejor utilizar a espíritus o sacerdotes que puedan hablar con espíritus como oráculo para este tipo de cosas.
En resumen, la necromancia Thanatoica es el arte analítico y técnico que apunta a causar daños precisos en un objetivo. La técnica de este arte consiste en examinar una serie de datos para poder precisar el mejor día y lugar para atacar, se debe medir el nivel de pureza del alma y así explotar sus talones de Aquiles

domingo, 12 de febrero de 2012

Evangelio de los vampiros. La busqueda. Cap. II

El que Busca ha visto a Lamec y a Dissaor subir de nuevo a la Montaña.
Y colocarse Lamec a la derecha de Aradia y Dissaor a su izquierda.
Y ha visto a los No-muertos, las Criaturas de la Noche y los Vampiros saludarlos, usando por vez primera el saludo obscuro.
Mas si El Que Busca fuera sabio, verá que esta reunión ocurrió en lo profundo de su propia oscuridad, y si fuera capaz de recorrer sus laberintos se encontraría entre los seres obscuros al pie de la montaña.
Mas esto no lo comprendería El Que Busca si apenas inicia su camino.
Aun si ha dejado de ser Criatura de la Noche para convertirse en Vampiro; o si ha dejado de ser Vampiro para convertirse en No-muerto, esta palabra podría serle extraña.
No hay tiempo que haya transcurrido sin que esté presente en la oscuridad interna, como está presente lo que vendrá.
El Que Busca lo ha hecho por el horizonte y el cielo; las cuevas y las profundidades; mas hasta ahora sus esfuerzos habían sido vanos.
Al fin ha descubierto que él también es parte del Orden Oscuro, y que ese Orden lo lleva en su interior.
Las Criaturas de las Tinieblas aguardan los eventos.
El Que Busca debe ser capaz de encontrar su propio Orden Oscuro, o de nada le servirá entrar en contacto con la sabiduría.
Para esto es necesario comprender el Caos, romperlo.
La luz es caos; la oscuridad es orden; pero en El Que Busca puede haber orden luminoso y desorden oscuro.
El conocimiento ordena la oscuridad, para que la oscuridad se sirva de la luz, para ver más profundo en la oscuridad; hasta que ya no le sea necesaria la luz.
Conozca El Que Busca lo que sucedió después de la Reunión en la Montaña de las más Lejana Media Noche.
"He aquí", dijo Dissaor, "los seres obscuros evadidos de Atlántida han de dispersarse para habitar todos los rincones de la Tierra: el desierto helado y el fuego negro; la oscuridad por encima de la Tierra y la oscuridad por debajo de la Tierra.
Sepan que las puertas de Aradia, la dimensión de Los Vampiros, se abrirá por mandato de las Criaturas de las Tinieblas, a todo aquel a quien yo guíe.
Y por ahora las puertas de Aradia sólo están abiertas para Lamec y Aradia.
Pero vendrá el tiempo, dentro de poco, cuando los seres obscuros recorrerán Aradia, como recorren hoy la Tierra.
Y sabrán que Aradia es parte del Lado Oscuro del Tiempo, donde a veces sueñan sin dormir las Criaturas de las Tinieblas.
Mas donde esta guardado el Libro de la Oscuridad no podrán entrar.
Pues el Libro de la Oscuridad inscribe a los seres obscuros y sus obras y no será leído por criatura obscura ni luminosa, sino hasta el fin de la presente eternidad.
Vendrán otras eternidades, como otras se han ido, y muchos han enloquecido tratando de entender la magnitud del Tiempo absoluto.
Sin saber que esta magnitud no se percibe con la mente, pues la mente, aun la de las criaturas de la obscuridad, es limitada.
“Las Criaturas de las Tinieblas comprenden la magnitud del Tiempo que no es, y permanecen inmutables".
Si El Que Busca tiene entendimiento, reflexionará acerca de estas cosas, y tal vez comience a descubrir un halo de revelación.
Alguien estará atento a su búsqueda, y percibirá cuando este halo de revelación sea manifestado.
Y vendrá al Que Busca; mas por ahora, El Que Busca deberá dispersarse junto con los seres obscuros a todos los rincones de la Tierra.
Al desierto helado y al fuego negro; a la oscuridad por encima de la Tierra, y a la oscuridad por debajo de la Tierra.
En aquellos días había gigantes en la Tierra, y muchos gigantes obtuvieron el conocimiento obscuro, y fueron Vampiros.
Los Vampiros gigantes se alimentaban con la sangre de las criaturas de la luz.
La raza de Abel vivió atemorizada por los gigantes.
Que volaban en racimos, eclipsando el sol en su curso; sus grandes alas extendidas al viento.
Y se precipitaban sobre pueblos y aldeas, buscando la preciada sangre.
Asimismo los ángeles vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y copularon con ellas.
Los hijos de aquellas uniones fueron héroes, los varones famosos de la antigüedad.
Y aun algunos de ellos se interesaron por el Orden Oscuro, y fueron Vampiros.
Entonces perecerían los ángeles Vampiros, los gigantes Vampiros y los héroes famosos de la antigüedad.
Mas algunos de ellos permanecerían en su oscuridad interior, a salvo de la destrucción.
Tú Que Buscas: ¿tu oscuridad interior es capaz de salvarte de tu destrucción?.

domingo, 5 de febrero de 2012

Evangelio de los vampiros, La busqueda. Cap. I

Labra de las criaturas de las Tinieblas, que fueron en el principio con la oscuridad, y que serán al final con la oscuridad.
Que conocieron el Caos de los siete vértices, cuando el ser que se hizo llamar el Creador dijo: "Hágase la luz".
Quienes vieron transcurrir siete eras de dolor, ceguera, agonía y muerte. Estos fueron los siete días de la creación.
Recordando cuando no existía el bien ni el mal; la alegría ni el dolor; sólo profundidades internas unidas a la negrura de las profundidades externas.
Y esto fue revelado en el Primer Libro del Evangelio de los Vampiros, con los misterios que abren las puertas al conocimiento que fue prohibido.
Vampiro y Criatura de la Noche, si no has penetrado aún el conocimiento, aguarda; así lo hizo Aradia, la que fue sacerdotisa del Primer Imperio, en Atlántida, y el conocimiento vino a ella.
Sigue el camino de Lamec, hijo de Matusael, a quien Dissaor transmitió el conocimiento oscuro, y ahora es uno de la Trinidad.
Y sigue el camino de Dissaor, hijo de Cain y de Lilith, No-nacido ante las Criaturas de las Tinieblas, siendo el primer Heredero de las Tinieblas, también llamado Vampiro.
Si traspasaste el Primer Umbral, viste a Dissaor, Lamec y Aradia convocarte en la Montaña de la más lejana Media Noche.
Donde se encontraban las Criaturas de la Noche: profetas, visionarios, brujos, músicos, artistas, enviados, locos, todos ellos.
Al igual que los Vampiros, descendientes todos de Caín y de las Criaturas de las Tinieblas.
Y los No-muertos que no son Vampiros, que han recorrido las Puertas, y que saben cuándo vendrá la era de Obscuridad.
He aquí, las Criaturas de las Tinieblas han autorizado a Dissaor revelar los misterios de la obscuridad; para que todo aquel que sea hijo de la obscuridad revele sus entrañas.
Y como Leviatán, surgirá de los océanos de la imaginación, la obra de los seres obscuros.
Que por tanto tiempo fue llamada Obra del Maligno, y esto fue signo de ignominia.
Mas ahora será signo de victoria; por cuanto las obras de los seres obscuros sobreviven todo espacio y transición; renacerán en gloría, como una vez fueron en Atlántida.
No vendrá otro diluvio, ni una nueva destrucción: el tiempo de la destrucción habrá terminado para los seres obscuros.
Y comenzará la era de la Creación: la verdadera libertad para imaginar.
Por esto dijo Dissaor: "Bienaventurados los que vienen a la Montaña de las más lejana Media Noche, por que ellos escucharán el mensaje de las Criaturas de las Tinieblas".
Dissaor se dirigió a las Criaturas de la Noche, y sus enseñanzas aún no terminan de divulgarse.
Lamec habló a los No-muertos que no son Vampiros, por no depender de un cuerpo; y los reconoció como hermanos mayores entre los Obscuros.
Y Aradia enseñó a los Vampiros las maneras del depredador, y les otorgó palabra de revelación.
No olvide El Que Busca que esto ocurrió después de la destrucción de Atlántida y antes del Diluvio.
Así, la Décima Tercera Puerta fue cerrada con el Decimotercer Misterio.
Quien tenga entendimiento, conozca que el Segundo Libro abre sus puertas, y todas sus líneas están contenidas en esta línea.
Detén tu vida, ser Obscuro, detén tu afán; busca las sombras, aún si es de día, pues la luz nublará tu entendimiento, para que no comprendas el Segundo Libro.
En tanto que la obscuridad abrirá tu entendimiento cada vez que leas y escuches esta Palabra.
Que fue revelada por las Criaturas de las Tinieblas a Dissaor; y ahora Dissaor te revela a ti.
Y se te revela únicamente lo que debes saber; pues hay misterios capaces de enloquecer y convertirte en un ser vació.
Las Criaturas de las Tinieblas no te protegen, pues eso sería obra de amor, y no hay amor entre ellas; pero te apartan del error, sólo por orden.
Lee o escucha esta Palabra en total soledad y silencio.
Si al leer o escuchar esta Palabra se rompen las cadenas de tu cuerpo y te separas de él, déjate conducir a donde las palabras te lleven; no expreses duda o temor; en la obscuridad no existen las emociones.
Verás que las emociones son caretas que a veces usan las Criaturas de las Tinieblas.
Este es el Libro de la Búsqueda: conoce al que Busca.
Recorre el lado obscuro del Tiempo de la mano de Dissaor, Aradia y Lamec.
El Que Busca recorre los siete vértices y los extremos del tiempo, que no son.
Y sobre todo, recorre sus propios abismos internos, y esto entraña gran dificultad.
Pues la búsqueda interna ha sido proscrita por las criaturas de la luz, y por los Centinelas.
No olvides a los Centinelas mientras recorres tu obscuridad, pues ellos estarán ahí para enloquecerte.
Si aún no te sientes preparado, aléjate de esta Palabra.
Mas si te consideras fuerte, es hora de que tú seas llamado "El Que Busca".
Las Puertas de este Libro se abren para quien muestra sabiduría; mas el insensato encontrará el vacio