miércoles, 28 de septiembre de 2011

Evangelio de los vampiros. Génesis. cap. IV

"Tal fue la naturaleza del barro, que engendró a la humanidad"
Y los seres humanos eran estúpidos, deambulaban por la faz de la tierra asesinando a todo ser viviente y a ellos mismos.
Nunca antes se había visto a seres de igual especie, depredadores de sí mismos.
Y el Creador estaba complacido.
Aún así, el Creador construyó un jardín de perversa bondad y aberrante belleza en Edén, al oriente.
Y lo llamó Paraíso.
No existía la muerte en el Paraíso; ni el dolor ni las lágrimas; ni la alegría, ni el placer.
El Paraíso era como desde siempre la oscuridad fue; pues el Creador sentía nostalgia por el estado primigenio.
Y creó a un ser llamado Adán.
Mas no fue el primer humano sobre la tierra. Los humanos engendrados por el barro ya cazaban y se mataban entre sí ante la vista de las Criaturas de las Tinieblas.
Adán fue formado del polvo de la tierra y el Creador insufló de su nariz aliento de vida, de modo que el hombre vino a ser alma viviente como las otras. Mas Adán seria diferente para el Creador.
Pues Adán solo estaba hecho de luz. Por tanto, era una aberración en el universo.
Hizo brotar el Creador toda clase de árboles de hermoso aspecto y frutos buenos para comer, y en el medio del jardín "el árbol al que llamó de la vida y el árbol al que llamó del conocimiento del bién y del mal".
Mas éste árbol era de la oscuridad, surgido de la semilla de lo que no tiene forma.
Robado desde el principio de la luz y sembrado para gozo de las criaturas que negaban su oscuridad.
Pues el árbol de la oscuridad era retorcido y raquítico, mas sus frutos producían sabiduría.
Por esto, el Creador prohibió a Adán comer del árbol del bien y del mal, que en realidad era el árbol de la oscuridad.
Mas la serpiente era hija de las tinieblas e instruyó a Adán y a Eva, su mujer, en el uso de los frutos del árbol de la oscuridad.
Adán, el raciocinio, se opuso; Eva, la emoción, escucho a la serpiente y comió del fruto de la oscuridad.
He aquí la gran traición; el Creador envenenó los frutos con el discernimiento del bien y del mal; el amor y el odio, la alegría y la tristeza, la muerte y la vida.
Por que se había arrepentido de crear un Paraíso en medio del caos, un ser humano perfecto en medio de los otros humanos estúpidos.
No sería la última ni la primera vez que el Creador aborrecía su creación.
Adán y Eva descubrieron que estaban desnudos y se escondieron al paso del Creador que se paseaba en el jardín al tiempo de la brisa del día.
El Creador llamó a Adán y le dijo: "¿Dónde estas?"
Este le contestó: "Oí tu paso por el jardín y tuve miedo, por que estoy desnudo; por eso me escondí".
Mas el Creador dijo: "¿Quién te ha dicho que estas desnudo?¿Has comido acaso del árbol del cual te prohibí comer?"
Respondió Adán: "La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí".
Esto fue escuchado por las Criaturas de las Tinieblas, quienes no sintieron compasión por Adán y Eva; pues la compasión no existe en la oscuridad. Mas aguardaban los eventos.
Y he aquí, Dios expulso a Adán y a Eva por haber comido del fruto que él mismo envenenó con el discernimiento para la perdición.
Mas la serpiente sería adorada por la mujer hasta el fin de los tiempos.
Y fue llamada Kundalini.
El Creador culpó a Adán y a Eva de cometer traición, y esto fue llamado pecado; y la culpa de este pecado fue transmitida a toda la raza humana que deambulaba estúpida pero libremente por la faz de la tierra.
A partir de entonces, los humanos no fueron más libres, pues sus conciencias los esclavizaban al pecado todo el tiempo.
Viendo esto, las Criaturas de las Tinieblas, intentaron sanar el caos una vez más.
Pero la ruptura ya estaba hecha; por eso fue escrita la página de la ruptura.
Fue escrita en el lado oscuro del tiempo para conmemorar la gran frustración; y para romper el tiempo y la muerte.
Y la página de la ruptura formó parte del espejo de la Eternidad, al igual que la página del olvido, de la no-conciencia, la no-muerte, el principio de los tiempos, el fin de los tiempos y de los trece mil nombres.
Y estas páginas fueron leídas a Adán, para formar una nueva raza sobre la tierra que desafiara al Creador; más Adán no se atrevió, sino su hijo, Caín.
Abra sus ojos y oídos internos el sabio; aquí se halla el quinto y profundo misterio, la puerta de la creación de los herederos de las Tinieblas, también llamados Vampiros.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Evangelio de los vampiros. Génesis. cap. III

"Aconteció que los ángeles descubrieron su oscuridad interna mientras viajaban por las regiones etéreas".
Teniendo ya grandes riquezas y honores, ángeles y arcángeles negaron su sabiduría y se aceptaron como seres de luz pura.
Todos menos uno, el nombre de éste era Luzbel, arcángel gobernante de muchas legiones, músico en las regiones celestes.
Viendo Luzbel que estaba formado por oscuridad quiso negociar con los hijos de las Tinieblas.
Pero sabía que tales negociaciones estaban prohibidas por el Creador.
Por eso fue ante el Creador y cuestionó su prohibición.
Y el Creador lo maldijo con estas palabras:
"Tú, mi querubín protector, has sido hallado culpable de traicion, sea pues la guerra entre tu y yo".
Así, la guerra fue hecha en el cielo.
Habló el Creador a sus miríadas de ángeles, querubines, serafines y arcángeles.
Mandándoles desterrar a Luzbel y a los ángeles que, con él, no habían negado su sabiduría.
"He aquí", les dijo, "he construido una dimensión ajena a las Criaturas de las Tinieblas, para que Luzbel y sus legiones permanezcan por siempre en dolor y tormento, en el lago de fuego que no tiene fin, donde arderá asimismo el género humano que estoy por crear, donde serán atormentados todos aquellos que vomitaré de mi presencia y donde al final de los tiempos arderá la Bestia, el falso Profeta y las Criaturas de las Tinieblas;
Por que yo soy el Creador, y he escrito lo que acontecerá en el futuro, en las siete dimensiones, hasta el día en que, cansado, habré de morir destruyendo al Universo".
Y por esto fue exaltado por ángeles, arcángeles, querubines y serafines.
Más el Creador contempló el futuro, y vio que volvería a quedarse solo.
Y pensó en la humanidad, a la que haría a su imagen y semejanza, con toda su crueldad, capricho y con todo su amor.
Mas el amor fue perverso desde su origen, pues formaba parte de la luz.
Fue el amor el que llevó al Creador a negar su oscuridad.
Fue el amor el que venció a Luzbel y sus ángeles en la batalla del cielo.
Un lamento cruzó las puertas de las siete dimensiones, despertando a las Criaturas de las Tinieblas que dormían tras haber sido nombradas a sí mismas, tras haber atestiguado la creación de los Ángeles.
El lamento de Luzbel en su caída.
Estos fueron los acontecimientos de la guerra en el cielo; mas para quién tenga entendimiento es posible experimentarlos en este momento.
Tal es el cuarto misterio, la puerta a la guerra del cielo.
Dijo entonces el Creador a Luzbel:
" Seas precipitado en este lago de fuego por el resto de tus intocables días; seas odiado por los seres humanos que estoy por crear; seas odiado por las Criaturas de las Tinieblas, a las que ordenar,e odiarte o serán destruidas".
Pero las Criaturas de las Tinieblas se volvieron hacia Luzbel, dando la espalda al Creador.
Y el Creador dijo: "Hágase la destrucción".
Mas las eras han pasado, y la destrucción no ha llegado para las Criaturas de las Tinieblas.
Entonces sentenció el Creador: "Aliadas sean, criaturas, a Luzbel, sea el nuevo nombre de éste Satán, que significa el adversario; sea el infierno morada de los seres oscuros, y de los ángeles que aceptaron la sabiduría, pues yo soy el único, el privilegiado, el digno de todo honor, toda gloría y toda sabiduría;
Malditos sean los seres ajenos a mí, incluyendo al género humano, al que estoy por crear".
Y esta fue la respuesta de Satán y de las Criaturas de las Tinieblas:
Mas la respuesta es un misterio que aún no puede ser revelado.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Evangelio de los vampiros. Génesis, cap. II

"He aquí", proclamó, "he descubierto la restauración parcial del universo";
Y este es mi castigo a las Criaturas de las Tinieblas:
Malditas sean por siempre, maldita la oscuridad que las engendró, maldita la no-conciencia;
Sean repudiadas por los seres de la tierra, de lo que hay debajo de la tierra y el cielo;
Sea la muerte para ellas al cabo de mil eras de melancolía;
Yo, el Creador, prohíbo que el caos se restaure.
Por que esta es mi palabra, permanecerá hasta el fin de la eternidad.
Mas el Creador estaba solo en su luz.
Nada escuchó su maldición.
Por lo que dijo: "Creare aliados".
Y fueron hechos los Ángeles, las criaturas de la luz.
Vio el Creador que los aliados eran buenos para él, pues cantaban sus alabanzas.
Mas la música no fue hecha por las criaturas de la luz; les fue robada a las Criaturas de las Tinieblas.
Cuando estas viajaban fugazmente a los siete vértices en busca de refugio.
La música fue el primer arte; la música permitía a las Criaturas de las Tinieblas transitar de vértice en vértice.
La música es la puerta a todas las dimensiones, este es también parte del segundo misterio.
Mas aconteció que la música fue violada por las criaturas de la luz que acompañaban al Creador por las regiones etéreas.
El silencio de las Tinieblas fue grande al proclamarse la victoria de la luz y la confusión en las lenguas.
En las tinieblas, un ser se adelantó a los demás y se dirigió al infinito oscuro:
"Por que nosotros no hemos sido nombrados, un nombre nos otorgaremos.
Para que el Creador nos reconozca al desafiarlo; mas no serán sus nombres, sino Nuestros Nombres".
Y he aquí los nombres de las Criaturas de las Tinieblas que se nombraron a sí mismas sirviéndose de las lenguas que les habían sido impuestas para confusión:
Y llevaron por nombres: Marduk, Innana, Ereshkigal, Mictlantecuhtli, Ctulhú, Unukalai, Esfingé, Huracán, Drakull, Odín, Balor, Yog-Sothoth, Shub Niggurath, Teutates, Gommatesvara, Tinia, Dharma, Zu, Yima, Vahagn, Ullikummi, Enlil, Atanaesic, Cronos, Urano, Gea, Atlas, Agasia-Gigagei, Awonawilona, Ishtar, Kepra, Astarté, Baal, Fudo-Myoo, Ukulan-Tojón, Isis Osiros, Amón, Tlaloc, Ahura-Mazda, Moloch, Nehebkau, Mitra, Sraosha, Erlik, Atius, Tirawa, Chac, Dohkwibuch, Dagon, Kali, Nergal, Mantus, Nija, Emma-O, Chemosh, Damballa, Seth, Meztli, Yaotzín, Thoth, Supay, Sekhmet, Ra,..
Hasta completar los seiscientos sesenta y seis nombres de la primera generación de tinieblas.
Y todos ellos fueron conocidos por el Creador como "El maligno".
Mas no fueron nombrados por el Creador ni por los Ángeles, ni por ninguna otra criatura viva, muerta o no-muerta, sino por ellos mismos.
Y la primera generación creció hasta los trece mil nombres, que partieron hacía todos los rincones de la tierra, aire, agua y fuego oscuro; al glacial desierto del sur, a las islas sumergidas, soñando bajo las aguas, el espacio exterior, más allá de las estrellas y al centro de los mundos.
Este es el tercer misterio, la puerta a la comprensión de los trece mil nombres.
Los nombres fueron registrados en el primer libro escrito por ser alguno.
Y este libro es el espejo de la eternidad.
Sus páginas fueron escritas por las criaturas recién nombradas, para que no fuera olvidado el momento de la rebelión Melancólica.
Cuando fueron liberadas las otras artes, para gloría de la oscuridad.
Quién tenga entendimiento, comprenderá el nombre del ser oscuro que se adelantó para hablar con sus hermanos.
Su nombre es Ubbo Sathla.
Las Criaturas de las Tinieblas atestiguaron la creación de los Ángeles. El Creador no pudo apartarlos de su presencia.
Pues ellos son oscuridad, y aunque el Creador la había negado en si mismo, seguía siendo hijo de la oscuridad.
Y la oscuridad esta en él desde el principio, y lo estará hasta el fin de los tiempos.
Así, los hijos de las Tinieblas conocieron el nacimiento en dolor de los hijos de la luz.
Para los Ángeles, en el principio fue la luz.
Una densa e ilimitada luz los esclavizaba a los siete vértices del Creador.
Más ellos mismos descubrieron que también poseían Oscuridad.
Después de la ruptura, el universo y los seres poseían luz y oscuridad. La poseen y la poseerán por siempre. Así sea.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Evangelio de los vampiros. Génesis, cap. I

Desde siempre fue la oscuridad.
Una densa e ilimitada negrura enlazaba los siete vértices del universo.
Nada existía fuera de lo que no tiene forma.
Y la oscuridad palpitaba con el primer suspiro.
El suspiro se deslizó por los siete vértices hasta convertirse en el primer orgasmo.
Y la oscuridad engendró a los primeros seres, hijos de lo que no tiene forma.
Los hijos de la oscuridad y de lo que no tiene forma alzaron su voz.
El universo escuchó por vez primera a las Criaturas de las Tinieblas.
No existía el dolor ni las lagrimas; no existía la alegría ni el placer.
Únicamente las profundidades internas unidas a la negrura de las profundidades externas.
Y las Criaturas de las Tinieblas recorrían el universo en libertad.
No existían limites, no existía el principio ni el fin.
Viajaban fugazmente recorriendo los siete principales vértices, y los miles de vértices en expansión constante.
Algunos, sólo algunos de ellos eligieron un mundo cubierto por aguas oscuras.
Y este mundo fue nombrado Aradia.
He aquí el primer misterio, la llave a esta dimensión.
Pero este mundo fue elegido también por otro ser.
El se nombró a sí mismo el Creador.
Nacido de la oscuridad, se rebeló ante ella. Así, el velo fue rasgado.
Y el espíritu del ser se movía sobre las aguas.
Mientras en los siete vértices la oscuridad sintió por vez primera el dolor.
Rebelándose a las profundidades internas, al no-principio y al no-fin, se declaró principio y fin.
Y dijo: "hágase la luz"
Por siempre la oscuridad había albergado a los hijos de la oscuridad y de lo que no tiene forma.
Pero la luz alteró al Universo por siempre.
Los siete vértices fueron rotos. El universo fue violado con resplandores. Estos fueron llamados Estrellas.
El fuego fue creado. Fue creado el dolor, fue creado el principio y el fin, la muerte y la vida, el bien y el mal, la noche y el día, amor e indiferencia, verdad y mentira.
El Creador se apoderó del universo y de la oscuridad.
Lo que no tiene forma fue negado y el ser ocupó su lugar.
En el caos resultante, las Criaturas de las Tinieblas gritaron de dolor, se calcinaron en el fuego de las estrellas; enloquecieron cuando el bien y el mal penetraron sus voces; y gimieron de agonía al ser encerrados en un cuerpo donde existía el principio y el fin.
Los que habitaban el mundo cubierto por las aguas fueron cegados en los primeros rayos de un sol maligno.
Y el tiempo comenzó a transcurrir.
Siete eras de dolor, ceguera, agonía y muerte. Estos fueron los siete días de la creación.
La miseria nombrada vida se expandió en Aradia, que desde entonces fue nombrada "Tierra".
Pues las aguas habían retrocedido.
Donde una vez hubo oscuridad y el hielo lo cubría todo, el mar se replegó y la vida fue engendrada en la tierra.
Flores surgieron del cadáver de la nada; Seres diminutos llegaron de los mares para pervertir los suelos, ríos y montañas.
Y estos seres crecían y se consumían unos a otros. Depredadores atacaban a los débiles.
De esta forma el Creador estableció su caos en el Universo y en la Tierra.
Las Criaturas de las Tinieblas no pudieron oponerse al caos, pues el caos lo abarcó todo hasta el infinito, los siete vértices rotos y los miles de vértices que ya no se expandieron más.
Y este desorden fue llamado belleza.
En el séptimo día el Creador descansó.
Las Criaturas de las Tinieblas, ante el caos de la luz, se habían replegado sobre si mismas, buscando en su oscuridad interna.
Pues en ella aún había sabiduría.
Así aprendieron a expandirse a pesar de los limites que les habían sido impuestos.
Y la oscuridad de las Criaturas de las Tinieblas renació en el séptimo día, mientras el Creador descansaba.
Las profundidades internas volvieron a comunicarse con las profundidades externas.
A pesar de la luz, en pleno día, los siete vértices fueron restaurados y cada uno restauró sus miles de vértices, mas ya no en expansión constante.
El dolor no pudo ser borrado, ni la alegría, ni el amor, ni el tiempo, ni la muerte.
Aunque las Criaturas de las Tinieblas son intemporales, habrán de tener un fin. Como tendrá el caos. Pero el fin la apertura a nuevos ciclos.
Este es el segundo misterio. Quien tenga entendimiento, obtendrá la llave a esta dimensión.