miércoles, 24 de septiembre de 2014

Tyr y el lobo Fenrir

Tyr , hijo de Odín , es el más audaz y valiente de los dioses. En la batalla es el que infunde valor a los guerreros, quienes lo invocan antes de enfrentarse a los enemigos. También es conocido por su sentido de la justicia , así como por su honor .
Su valor quedó demostrado con el sometimiento del lobo Fenrir . Éste era hijo de Loki y de la hechicera Angerboda . El lobo fue educado entre los Ases , aunque solo Tyr tenía el valor de darle de comer. Al ver que su tamaño aumentaba, y al revelar los oráculos que un día sería fatal para ellos, los dioses decidieron encadenarlo. Fabricaron entonces una cadena de hierro, llamada Leding , y retaron a Fenrir para que se dejara sujetar. El lobo aceptó, pero rompió la cadena con facilidad.
Los Ases forjaron entonces una cadena dos veces más fuerte que la primera, y la llamaron Drome . Le dijeron a Fenrir que sería un gran honor para él si podía romper también esta cadena. La bestia pensó que no sería tan fácil romperla, pero para aumentar su fama aceptó. Al ser encadenado se retorció sobre el suelo, estiró los miembros y después de muchas dificultades logró romper sus ataduras.
Los dioses quedaron preocupados, pues la fuerza del animal aumentaba y no podían contenerlo. Enviaron entonces a Skirner , el mensajero de Frey , a la morada de los Elfos Oscuros, los Svartalfheim , para pedir ayuda. Los elfos forjaron entonces la cadena Gleipner , y para hacerla tomaron el ruido de los gatos al caminar, la barba de las mujeres, las raíces de las montañas, los nervios del oso, la respiración de los peces y la saliva de los pájaros. Por eso estas cosas son difíciles de encontrar.
La cadena era delgada y lisa como una cuerda de seda, pero también era muy resistente. Los dioses la tomaron y llamaron a Fenrir a la isla rocosa Lyngwe, en medio del lago Amsvartner . Aseguraron al lobo que la cuerda no era tan frágil como parecía, y lo retaron a romperla. Fenrir , desconfiado, dijo que no sería una gran hazaña liberarse de algo tan débil, pero que si había un truco no podría liberarse. Le contestaron que, si no podía soltarse, sería liberado. El lobo aceptó, pero con la condición de que uno de los dioses pusiera su mano entre sus dientes, como garantía.
Los dioses callaron, pero Tyr se adelantó valientemente y puso su mano derecha entre las fauces de la bestia. Fenrir se sacudió, pero a pesar de sus esfuerzos no pudo liberarse de Gleipner . Los dioses se rieron, excepto Tyr , pues su mano fue arrancada por el furioso animal. La cadena fue sujetada a la roca Gjol , que fue hundida profundamente, y al peñasco Thvite , que fue enterrado más profundamente aún. No lo mataron, pues se encontraban en una tierra sagrada, pero colocaron en la boca de Fenrir una espada, con el puño apoyado en la mandíbula inferior y la punta en el paladar, para que no pudiera cerrar sus fauces.
Enterrado en la profundidad, Fenrir representa el fuego terrestre que ha sido sometido por el hombre. Se agita constantemente, y de su boca abierta brota un manantial de agua hierviente. No podrá romper su cadena hasta el fin del mundo, cuando llegue el Ocaso de los Dioses , Ragnarok .

domingo, 21 de septiembre de 2014

Lilith y Ennoia

Lilith encinta se interno en los bosques y una noche dio a luz a cuatro bebes que fueron recibidos por cuatro criaturas que esperaban su nacimiento Un oso tomo uno de ellos, un lobo también, un monstruo sin nombre tomo al tercero y el cuarto nació muerto, el cual fue recibido por una serpiente. Salvo por la infante tomada por el lobo, se desconoce el destino de los demás. Esta fue criada por los lobos en el bosque, fue conocida con el nombre de Ennoia, desarrolló la habilidad de metamorfosearse en este animal y dio origen a los llamados Lupinos, Licaones o Licántropos (llamados también hijos de Gea), que a pesar de sus habilidades sobrenaturales se consideran como seres vivos en completo equilibrio con su medio.
Lilith continuó su camino llegando a pueblos del Asia menor. Debido a su belleza y gran atracción, no le fue difícil encontrar parejas ocasionales en todos los lugares que visitaba, pero muchos de ellos, eran hombres casados y eso atrajo la ira de sus respectivas esposas, o de las autoridades civiles y religiosas, lo que propicio que en muchas ocasiones fuera expulsada violentamente y por tanto sin encontrar un lugar donde vivir permanentemente. De esas uniones ella dio a luz a muchos hijos los cuales se dice dieron origen a un pueblo desconfiado, con tendencia al nomadismo y medios tramposos, estas personas subsisten al día de hoy con el nombre de Gitanos (“Egiptano” porque se pensaba que provenían de Egipto), también llamados Roms (en lengua romani significa “hombre”), los estudiosos al día de hoy han registrado el origen de este pueblo al norte de la India, pero al menos ellos están seguros de la raíz materna de la cual parten.
Tiempo después de vagar Lilith se encontró con Caín; un Caín muy distinto al que conocemos de la Biblia, ya que para esos días al haber rechazado el perdón de Dios fue condenado a vagar por la tierra en la oscuridad y beber sangre para subsistir, en su encuentro ella enseñó a Caín el uso de las artes mágicas y aprendió a utilizar su sangre para invocar espíritus y hacer otros como el; sin embargo Lilith lo dominaba por medio de sus artes, hasta que una noche el pudo escapar de ella y huir.
Su hija Ennoia cansada de la vida entre los lobos, decidió vagar por el mundo sola y así fue hasta que llego a la primera gran ciudad llamada Enoch. Esta ciudad estaba bajo el dominio de Caín y sus tres primeros descendientes por abrazo (los vampiros de la segunda generación), sus nombres eran: Enoch Zillah e Irad. Ennoia se hizo amante de Enoch y este la abrazó, convirtiéndose en una de los trece vampiros de la tercera generación y que dieran origen a los trece clanes actuales.
 Por sus orígenes y características, el clan formado por Ennoia denominados “Gangrel” se caracteriza porque esos vástagos suelen habitar bosques, montes o lugares con poca actividad humana (algunos sienten preferencia por los panteones), sufren un proceso denominado frenesís que les permite transmutar a una forma lobuna y en ocasiones entablan algún tipo de contacto con los Lupinos sin dañarse mutuamente, se cree que esto es posible por su origen en común. Además tienen como norma no dañar a sus otros hermanos, los Roms (los Lupinos también protegen a sus hermanos humanos). Los Gangrel forman parte de lo que se conoce como la Camarilla, el cual agrupa a seis clanes mas y aunque son por lo general renuentes a mantener lazos continuos con la organización, su relación con cada raza es distinta: sienten cierta simpatía con los Nosferatu, por su aislamiento; precaución hacia los caóticos Brujah; indiferencia por los Malkavian y su locura; desconfianza por los Tremere y esa tendencia a la magia; y un desprecio hacia los Toreador y los Ventrue por su excesiva dependencia al mundo material.
Durante el tiempo en que Ennoia habita en Enoch se desata la primera confrontación entre los vastagos y los lupinos. Caín ordena la guerra y Ennoia temiendo por la vida de sus hijos invoca a su madre para que esta le ayude. Lilith acude a su llamada y la auxilia volviendo nuevamente su esclavo por medio de la sangre a Caín y logrando una tregua temporal entre ambos grupos.
Luego de ellos ocurre el levantamiento de los vampiros de la tercera generación contra sus padres (sires) de la segunda y la destrucción de estos a mano de los primeros, Lilith es nombrada ocasionalmente en alguna leyenda como un demonio femenino.

Posterior al diluvio, el andar de Lilith y Ennoia fue difuso y ambas terminan desapareciendo en la niebla de la historia, pero es sabido por los vástagos que al menos Ennoia (igual Caín y los que quedan de la tercera generación), esta enterrada en algún lugar durmiendo y esperando el momento para emerger y provocar el Gehenna, algo así como el Apocalipsis de los vástagos. 

jueves, 18 de septiembre de 2014

Supersticiones: pata de conejo

La persona que persigue la buena suerte, deberá llevar consigo una pata de conejo.
Históricamente, la pata de conejo poseía poderes mágicos. En Europa, la suerte atribuida a una pata de conejo, se debe a una creencia arraigada en un antiguo totemismo, porque el hombre, que se adelantó al darwinismo en varios miles de años, pensaba que descendía de los animales.
Cada tribu tenia un animal como mascota.
En la literatura bíblica, esa creencia es el origen de numerosas leyes dietéticas que prohíben el consumo de ciertos animales totémicos. También hemos heredado del totemismo la costumbre de utilizar una mascota para los deportes, que ha de atraer la suerte sobre el equipo, y también nuestra tendencia a clasificar grupos de personas mediante imágenes o rasgos de animales.
Los celtas creían que el conejo pasaba tanto tiempo bajo tierra, porque mantenía una comunicación secreta con el mundo subterráneo de los númenes. Así que el conejo disponía de una información que a los seres humanos les estaba negada. Y el hecho de que la mayoría de los animales, entre ellos el hombre, nazcan con los ojos cerrados, en tanto que los conejos llegan al mundo con los ojos abiertos de par en par, les confirió una imagen de sabiduría. En realidad, es la liebre la que nace con los ojos abiertos porque el conejo lo hace con los ojos cerrados.
Sin embargo, fue la fecundidad del conejo lo que contribuyó a dar a ciertas partes de su cuerpo su más intensa relación con la buena suerte y la prosperidad. Poseer cualquier parte del conejo, como la cola, una oreja o una pata, aseguraba la buena fortuna a cualquier persona.

Supersticiones: Tocar madera

Los cultos en torno al roble son muy antiguos. Surgieron independientemente entre los indios norteamericanos hace unos 4.000 años, y más tarde entre los griegos. Ambas culturas, al observar que el roble era alcanzado frecuentemente por el rayo, supusieron que era la morada del dios de los cielos —según los indios— y del dios del rayo —según los antiguos griegos.
En Europa, durante la Edad Media, los eruditos cristianos aseguraban que la superstición de tocar madera se originó en el siglo I, y procedía de que Cristo fue crucificado en una cruz de madera. Tocar madera en señal de esperanza era supuestamente un sinónimo de la plegaria de súplica, y equivalía a decir: «Señor, haz que mi deseo se haga realidad.»
Sin embargo, los eruditos modernos aseveran que no hay más verdad en esa creencia que en la que la precedió. Según ella, toda catedral cristiana del continente europeo poseía un fragmento de madera de la Vera Cruz. Así, la veneración católica de las reliquias de la cruz, no sería el origen de la costumbre de considerar con respeto la madera, sino que más bien modificaría y reforzaría una creencia pagana mucho más antigua.
Otras culturas reverenciaban diferentes tipos de árbol, a los que dirigían plegarias y tocaban. Para los egipcios el árbol sagrado era el sicomoro, y para las antiguas tribus germánicas el árbol predilecto era el fresno. Los holandeses se adhirieron a la superstición de tocar madera, mas para ellos el tipo de madera carecía de relevancia; lo que si importaba era que la madera estuviera sin barnizar, sin pintar y sin tallar, y que careciera de cualquier adorno.
También se dice que el origen de la superstición se encuentra entre las costumbres paganas de los druidas y magos de otros tiempos, que recurrían a la madera como a una "toma de tierra" para las malas vibraciones. De esta última versión viene la exigencia de que cuando se toca madera ésta no debe tener "patas", es decir, que no valen ni mesas, ni sillas...
Cuando se menciona algo que se desea que suceda hay que tocar madera para que efectivamente el deseo se realice y no ocurra nada que lo impida.
Cuando cruje la madera de una casa es una señal de muerte. Las vigas que crujen y las mesas que chirrían son presagios de desastres o muertes.

martes, 16 de septiembre de 2014

Lilith y sus pecados

Lilith osó decidir sobre su placer, sobre su sexo rojo.
Lilith osó pensar que tenía los mismos derechos que Adán, el primero de los hombres.
Lilith, madre oscura, osó pensar que tenía derecho a la voz y a la palabra, derecho al logos divino, al nombre de Dios.
Ella dispuso de la palabra, de su cuerpo y vivió o vive de acuerdo a sí misma, lejos de las obras de los hombres, lejos de sus ciudades, aunque todavía regresa a ellos, a los que sueñan; a unos les proporciona placer y de otros toma su sangre en medio de atroces pesadillas.
Ella pronunció lo impronunciable. Para liberarse del abrazo de Adán, que deseaba poseerla, exclamó a los cuatro vientos, la palabra secreta, la voz que revela el rostro del Señor, y por medio de este poder, voló lejos del primer hombre. Se desterró al desierto, pero por voluntad propia, y eso, la recompenso con la inmortalidad, pues ella no fue condenada junto a Adán por el robo de la fruta del conocimiento.
De este modo, ella representa la explosión que liberó los límites del mundo de la imaginación y del conocimiento, poniendo en escena el lado oscuro de la Creación. Con su paso por los siglos y las culturas se libera la esencia oscura con la que comienzan y terminan los sueños y los deseos.
Las leyendas cuentan que cuando Adán y Eva fueron expulsados del paraíso, Adán la buscó y ella salía del fondo del mar para encontrarse con él en sus sueños. También se dice que la verdadera razón de la enemistad entre Caín y Abel fue el deseo de ambos por poseer a Lilith.
El Bereshit -el equivalente al Pentáteuco cristiano-, como en otros mitos del origen, con la primera creación de Dios o del ser o seres creadores, y era el resultado de una unión absoluta y armoniosa de los géneros conocidos en uno: el Andrógino. Un ser completo y perfecto en sí mismo, poseedor de ambos sexos y de una gran sabiduría, inferior sólo a la de su creador.
Este ser es conocido en la mitología hebrea como el Adam Kadmon, hombre prototípico y primordial (Gen. 1:26 “Dijo Elohim: Hagamos al ser humano a nuestra imagen como a nuestra apariencia”, Gen 1:27 “Creó Elohim al ser humano a su imagen, a la imagen de Elohim lo creó: Macho y hembra”.)
Para los textos hebreos como el Ma’aseh Bereshit -relato de la creación y una especulación mística-, Adam Kadmon es el resumen de lo cósmico y está en perfecta armonía entre lo femenino y masculino.
En el Bereshit Erubin se menciona a un ser con un rostro masculino que miraba hacia delante y uno femenino que miraba hacia atrás, unidos por la espalda. Como la circunstancia entorpecía la capacidad de movimiento y dificultaba la conversación, fue dividió por la divinidad y dio a cada mitad una nueva espalda.
Esta división hace que la humanidad descienda a una especie de infrahumanidad. Ahora los hombres y las mujeres estaban separados y no podía acceder a los sephirot ni a los planos superiores de la creación, y muchos autores cabalísticos afirman que la misión de la humanidad es reconstruir al Kadmon original.
La creación de este Adam Kadmon es reemplazada por Adán, que es creado el sexto día, luego de dar nombre a los animales de la creación.
En el Bereshit Yebamot se explica que, luego que Adan viera desfilar a las parejas de animales y todos los seres vivientes, sintió celos de su amor y, aunque intentó copular con cada hembra por turnos, no encontró satisfacción en el acto. “Todas las criaturas menos yo tienen la pareja apropiada”, rogó a Dios.
Las prácticas zoofílicas son comunes entre los pastores de medio oriente de aquellos tiempos y figuran unas tres veces en el Pentateuco. Un antecedente se podría encontrar en el Poema de Gilgamesh, donde se relata que Enkidu (un hombre-bestia) vivía con gacelas y se codeaba con otras bestias salvajes, hasta que, en el abrevadero, la sacerdotisa Aruru cohabitó con él durante siete días y seis noches.
Según el Yalqut Reubeni, “Dios creó entonces a Lilith, la primera mujer, del mismo modo que había creado a Adán, aunque utilizó inmundicia y sedimento en lugar de polvo puro” y continúa: “De la unión de Adán con este demonio-hembra, y con otro como él llamado Naamá, hermana de Tubal Caín, nacieron Asmodeo e innumerables demonios que todavía atormentan a la humanidad”.
En la demonología hebrea aparecen, entonces, los espíritus o Ruchot, las pestes o Masqim y los destructores Chabalim. A todos se los puede englobar dentro de los Shedim, un término derivado del arameo Shida, significa “demonios”. Pero los Shedim tienen una doble naturaleza: pueden ser benevolentes e incluso ayudar a la actividad humana, pero casi siempre son causa de problemas. Y casi todos son de género masculino.
Lilith fue perdiendo ciertas características en la tradición hebrea Las ideas de los sacerdotes fueron deslavando el origen divino y la fuerza sobrenatural de lilith hasta convertirla en un simple demonio-hembra que perseguía a los hombres promiscuos.
En la zona de Mesopotamia existieron ciudades-estado mucho antes de que los hebreos comenzarán a formarse como cultura. Gran parte de sus leyendas, mitos y cultura provienen de ese lugar.
En Babilonia existían los demonios-hembras, ellas estaban presentes en los nacimientos y, durante los trabajos de parto, trataban de herir o atacar directamente a la madre, con el fin de robar al recién nacido para luego matarlo.
En los textos se señala que Labartú , demonio-hembra que vive en las montañas o en las riberas de los ríos, su apariencia es espantosa, con cabeza y cara de león embravecido y piel blanca como arcilla. Gruñe como león y aúlla como chacal. De esencia salvaje y despiadada, su sola presencia significa destrucción. Los encantamientos que usaban para protegerse de ella hablaban de la destrucción como su naturaleza profunda.
Labartú en asirio, Dimme en sumerio y Lamashtú en acadio, dará origen a la Lamia griega, animal fabuloso, de naturaleza aterradora, y que fue emparentada con Lilith por los monjes medievales.
Según la mitología griega, Lamia fue amante de Zeus, con quien tuvo una prolífica descendencia hasta que la celosa Hera mató a todos sus hijos, menos a Esquila. Lamia perdió su belleza y, en venganza por su prole asesinada, secuestra a los recién nacidos. Tiene cuerpo de reptil y la cabeza de una mujer hermosa.
De la vieja mitología sumeria, la primera gran civilización de Mesopotamia, hay una leyenda que cuenta como Isthar descendió a los infiernos, para rogarle a su hermana Ereksigal, reina del inframundo, que le devolviera a su amante, el dios Tammuz o Dumuzi. En cada puerta antes de llegar al palacio del infierno ella debió entregar algo importante para ella: ropa, joyas, etc., pero esa es toda otra historia, y una importante, que revela mucho de la venganza y la ira, del odio y los secretos que se guardan en lo más alejado de nosotros mismos, en un lugar propio que convertimos en nuestro propio inframundo, ya habrá tiempo de desmenuzarla en otra ocasión.
A Lilith le viene de Isthar otra característica que se reconoce en ella: El poder de seducción; y de Ereksigal, la furia y la destrucción.
La veneración que recibió Lilith hizo que ésta tomara siempre aristas enigmáticas. esta figura representa el poder femenino de la seducción. Opuesta pero complementaria a la diosa Isthar que es la Diosa Madre, la Reina del Cielo.
Ishtar conocida como “Astar de Siria”, y muchas diosas similares o acaso la misma con diferentes nombres -Anath, Astarté o Qadesh-, recibieron adoración como “Damas del Cielo”. Y, por ejemplo, en los motivos de Qadesh se introduciría la idea que aparecerá en la iconografía de Lilith: la diosa parada sobre leones.
La historia de Lilith después de su huida del Paraíso continua, ella acepta a los demonios del desierto como amantes, y tiene muchos miles de demonios niños; ella fue llamada Madre de los demonios. En algunas versiones se cuenta que en el desierto se entregó a la lujuria con Asmodeo, el Rey de los demonios, quien la llevaría a vivir con él al inframundo, aunque pasado un tiempo la expulsó por los problemas que causó. Y después se apareó con otros demonios, dando a luz a los Lilim a razón de más de cien al día, seres demoníacos cubiertos de pelo.
En la corriente principal de las leyendas, el Señor envía a tres ángeles para que la hagan regresar, pero cuando la encuentran, rodeada por los espíritus del desierto, entablan una discusión. Una que podría ser así.
Ángeles: ¡Lilith Regresa con Adán de inmediato o te ahogaremos!”
A los que Lilith preguntó:
¿Cómo puedo regresar con Adán y vivir como una esposa honesta después de aparearme con los espíritus del desierto?
¡Si te niegas morirás!, replicaron.¿Cómo puedo morir — pregunto Lilith — si Dios me ha ordenado que me haga cargo de todos los recién nacidos: de los niños hasta el octavo día de vida, el de su circuncisión. Y de las niñas hasta el vigésimo día. No obstante, os hago esta promesa, si alguna vez veo vuestros tres nombres o vuestras efigies en un amuleto sobre un recién nacido, perdonare esa vida.
Los ángeles accedieron al trato, pero Dios la castigó y fue maldecida, convirtiéndola en demonio y viviendo, según las distintas versiones, en la región del aire, y los ángeles hacen que un centenar de sus hijos perezcan cada día; y cuando ella no puede destruir la vida de un infante debido al amuleto angelical, se vuelve contra los suyos propios.
Lilith es llamada la Isheth Zenunim (la Mujer de la Prostitución) en la literatura folklórica judía, y vive dentro de espejos para seducir la vanidad de las jóvenes.
Algunos estudiosos Bíblicos la relacionan con la forma femenina del monstruo leviatán, y la “gran Ramera de Babilonia” en el Apocalipsis.
En la Cábala, Lilith es asociada con la cáscara Qliphotica de Nehemoth, la antítesis de la Esfera de Malkuth en el árbol de la Vida. Malkuth/Nehemoth es el “reino” de la Tierra en Assiah, o el Plano Material. Esto coincide con las leyendas del Zohar, donde Lilith está atada a la Tierra eternamente, libre de la maldición de la Muerte pero incapaz de trascender a los reinos superiores.
El profeta hebreo Nahum describe a los ejércitos de Asiria guiados por Lilith: ” Los jinetes levantaron tanto la espada brillante como la refulgente lanza : Y hay una multitud de masacrados, y una gran cantidad de animales muertos; Y no hay final para sus cadáveres; Ellos se tropiezan con sus cuerpos: A causa de la multitud de prostituciones de la agraciada ramera, la concubina de las brujerías, que las naciones fueron vendidas mediante sus prostituciones, y familias enteras a través de sus brujerías “. Nahum 3:1-4
En otras versiones, muy posteriores, ella regresa al paraíso con la apariencia de Serpiente, para tentar a Eva. Ésta fue una imagen recurrente en el arte de la Edad Media, donde la serpiente es representada con la cabeza de una mujer.
Lilith fue una vez la consorte de Samael, el ángel de la muerte, pero él la expulsó de regreso al desierto, cuando no pudo dominarla.
Ella es el primer vampiro, pues ella huyo del paraíso antes de que el Señor maldijera a Adán y a Eva. Después ella fue a encontrar a Caín al ser desterrado por Dios por el asesinato de Abel, y ambos crearon a los vampiros. En algunas tradiciones, ella es la madre de Caín.
En las leyendas teutonas, Lilith es asociada al fuego y ha sido descrita como una criatura bella de la cabeza al ombligo, pero como un ‘ fuego ardiente del ombligo hasta los dedos de los pies.
Lilith, como la diosa guerrera que destruyó los hijos de Job en el desierto, y liberó los animales que ellos habían capturado. Lilith ama a todos los animales y esta conectada a ellos por su naturaleza fiera, esto es quizá rastros de una antigua diosa del bosque.
Algunos dicen que Lilith estuvo al mando como Reina de Saba, y otra vez en Zmargad; Y se apareció delante del trono de Salomón disfrazada como una ramera de Jerusalén. Sospechando quién ella era, Salomón la persuadió con engaño a dejar expuesto sus pies de búho al cubrir el piso del cuarto del trono con espejo claro, dándole la apariencia de agua, así es que Lilith tuvo que levantar sus faldas cuando entró. Esto recuerda a las diosas de Mesopotamia, que estaban rodeadas de animales, en especial de lechuzas.
Y muchas otras historias más, relacionando a la oscuridad de la noche, a su reina y a los sueños surgirían con el paso de los siglos. De hecho los íncubos y súcubos nacerían de estos cuentos.
Lilith representa ese sitio en el que los hombres son débiles y temen al poder femenino, un poder que puede otorgar el placer extremo o ahogarlos en su rabia. Y como la sexualidad esta en ella, también los productos de ella están en su mitología, los niños recién nacidos, muertos ha poco de nacer, pueblan su tenebrosa morada, entonando un canto infeliz y lleno de reproches.
En astrología también existe una posición lunar llamada Lilith o Luna Negra. Esta se presenta cuando la Luna se encuentra en el punto más alejado de su órbita de la Tierra. Este punto simboliza el inconsciente más profundo del ser humano, esa represión que tiene el ser humano dentro de sí. En psicoastrología Lilith representa lo que lleva a esa situación límite para que la válvula salte.

sábado, 6 de septiembre de 2014

La maldición de la semilla del diablo

Película rodada en 1968, a día de hoy sigue siendo un referente en el cine de terror. Película extraña y dirigida por Roman Polansky, un judío polaco hábil como nadie para la creación de agobiantes atmósferas.
La película cuenta la historia de un matrimonio de recién casados. El marido para tener éxito en su trabajo, vende al hijo que van a tener al diablo, manipulado por una extraña y terrorífica secta. Esto satisface al Diablo ya que conseguirá encarnar al anticristo en el hijo de esta pareja.
Al ser una obra maestra fue todo un éxito pero al poco de su estreno empezaron a pasar acontecimientos extraños y trágicos sucesos.

Polanski comenzó a escribir el guión y para documentarse tanteó varias sectas satánicas y habló con el autor de la novela en la que está basada la película, Ira Levi. Posteriormente se puso en contacto con Anton La Vey, fundador de la iglesia de Satán y ferviente seguidor de Alesteir Crowley.
Mia Farrow estaba casada con Frank Sinatra y durante la producción de la película de este le mandó los papeles de divorcio para que los firmara en el mismo set de rodaje. Polansky, usó esta crisis para su beneficio. Es así como Mia Farrow estaba todo el día con los nervios encrespados, llorando por las esquinas y adelgazando cada vez más.
Su crisis matrimonial y divorcio dejó huella en su cara y en su mirada que se transformó de angelical en la de una auténtica demente. Perfecta para la secuencia en la que se comía un autentico hígado crudo
William Castle, de William Castle Enterprises, productor de películas de terror, compró los derechos de la novela y produce la película. Al poco tiempo del estreno sufre una insuficiencia renal y muere.
También el compositor de la película muere de un coágulo cerebral poco después del estreno, de la misma manera en la que muere un personaje que aparece en “la semilla del diablo”
Pero quien más sufrió la maldición de la película fue su propio director, Roman Polansky, y su mujer Sharon Tate.
En el número 1 de la calle 72, en la parte oeste del neoyorquino Central Park, se encuentra enclavado el Edificio Dakota. Este fue el edificio que Polansky eligió para rodar los interiores de “la semilla del diablo”.
Este edificio está estrechamente vinculado con el satanismo, la brujería y la magia negra. Mucho antes de la construcción del edificio, en la época del colonialismo británico, dicho emplazamiento había servido como centro de operaciones de una secta de adoradores del Diablo. 
Boris Karloff participaba en veladas de espiritismo en este edificio, y el mítico mago negro Aleister Crowley residió en el edificio en el siglo XIX.
El edificio Dakota volvió a convertirse en protagonista de otro triste suceso el día 8 de diciembre de 1980, cuando John Lennon, fue asesinado de 5 disparos en las puertas del edificio por Mark David Chapman.
Mientras en el edificio Dakota se continuaba el rodaje, en el exterior se manifestaban seguidores de la senda de la mano izquierda contra la ejecución de la película. Polansky recibió varias amenazas para que no rodara la película ya que en ella se daban claves del satanismo que para ciertas sectas no era conveniente sacar a la luz.
Uno de los personajes que se manifestaba en estas sectas era Charles Manson, fundador y líder de “La Familia”.
Finalmente la película se estrena el día 15 de junio de 1968. Al estreno acudieron infinidad de personajes relacionados con las artes oscuras incluyendo a Antón Szandor La Vey y Charles Manson.
La noche del 8 de agosto de 1969, la secta liderada por Manson compuesta por cuatro miembros, irrumpen en la casa de Roman Polansky, donde se encontraba su mujer, Sharon Tate, dando una fiesta.
Asesinaron a cinco personas pero lo más terrorífico de este acto fue que Sharon estaba embarazada de 8 meses y medio, y le seccionaron los pechos, permitiendo que se desangrara mientras le clavaban un tenedor en la barriga matando en ese mismo instante al bebé. Se trataba de un crimen de carácter satánico.
En las paredes de la casa escribieron con sangre maldiciones y palabras como “PIG”.
La casa donde tan macabros crímenes ocurrieron se derribó en el 1994, fue durante largos años un centro de peregrinaje para miles de personas, entre los que se incluyen gente de todo tipo, desde turistas curiosos hasta sectas peligrosas.
A partir de entonces las películas de Polansky dejaron de tener ese peculiar brillo ya que este terrible suceso le afectó mucho. Más tarde fue acusado de abusar de una menor y tuvo la obligación de huir de Estados Unidos.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Gilles de Rais

Gilles de Montmorency-Laval, baron de Rais, llamado Gilles de Rais (o Gilles de Retz) (10 de septiembre de 1404 - 26 de octubre de 1440), fue un noble y asesino en serie francés del siglo XV que luchó en los años finales de la Guerra de los Cien Años junto a Juana de Arco a la que siguió y en la que creyó siempre.
Consiguió convertirse en mariscal tras su participación en la Guerra de los 100 años y amasó una gran fortuna. Pero, su buena fama en los pueblos franceses se vio truncada cuando se descubrió las atrocidades que había cometido con centenares de niños y niñas en una corte formada por brujos, alquimistas, videntes y adoradores del Diablo. Se dice que podía poseer una mentalidad psicopática - originada en su infancia - y que podía haber sufrido una gravísima esquizofrenia.
Este hombre impulsivo, cuyos crímenes contradecían su exacerbada fe y creencia cristiana, que seguía esa frase de San Agustín: Felix culpa! - traducido cómo ¡Dichosa culpa! - y que tuvo un anhelado deseo del perdón de Dios inspiró a Charles Perrault a la hora de explicar la historia de Barba Azul.

Georges Bataille lo calificó como un niño con poder, de poseer una monstruosidad esencialmente infantil y tener un carácter arcaico. En sus juicios, de Rais dijo que actuó según la naturaleza impuesta por los astros y que no pudo controlarlo.
Infancia y juventud
El primer hijo de uno de los grandes linajes de Francia, Guy II de Laval y Marie de Craon, nació en la torre negra del castillo de Champtocé, bañado por el río Loira en la región de Bretaña. Durante su infancia estuvo muy unido a su hermano pequeño, René de Susset (1407 - † ...), con quién fue encomendado a varios tutores eclesiásticos y nodrizas, quienes abandonaron su puesto debido a la mente sádica y cruel de Gilles.
Un hecho que marcó a Gilles fue la muerte de su padre durante una sesión de caza. Guy II de Laval, después de herir a un verraco, fue embestido por éste en un último intento de venganza y le incrustó los cuernos en el estómago. Gilles, que tenía 9 años, visionó la escena y vio agonizar a su padre y cómo sus vísceras se esparcían por su lecho. Más adelante, Gilles reconstruyó esta escena con sus víctimas y se quedaba ensimismado con el espectáculo de sangre y entrañas que tenía delante de sí.
La viuda Marie de Craon murió poco después y Gilles y su hermano quedaron bajo la tutela de su abuelo materno: Jean de Craon, un hombre que enseñó a sus nietos el narcisismo, la soberbia, el poder, el orgullo con los que Gilles fue desarrollando su personalidad. De Rais, que veía como su abuelo prestaba más atención a su nieto pequeño, se refugió en la biblioteca. Allí encontró un libro muy especial para él: Las vidas de los doce césares de Suetonio. Sus páginas le mostraron cómo los césares, hombres poderosos donde los hubiera, hacían lo que querían sin dar explicaciones posteriores a nadie - sus emperadores favoritos fueron los desequilibrados Nerón, Tiberio y Calígula, la vida de los cuales influyeron en su vida adulta - y según dijo en sus juicios, De Rais no tuvo ningún gobierno de su abuelo e hizo siempre lo que quiso moviéndose por impulsos violentos la mayoría de veces.
Con 14 años su abuelo le regaló una armadura milanesa y fue proclamado caballero. Manejó la espada, pronto se aburrió de practicar sólo con peleles - muñecos construidos para la práctica - e inició a relucir su agresividad hacia todo ser viviente que hubiera cercano a él. Primero fueron animales, pero luego fueron personas. Un caso fue el de su amigo de la infancia y compañero Antoin: después de proponerle un duelo con machetes, a Gilles se le fue de las manos y le clavó el suyo en el cuello. En vez de ayudarle en salvarle la vida, Gilles observó como su amigo se desangraba y disfrutó con la escena. Tenía 15 años y fue su primer asesinato. Debido a su condición de noble y la intermediación de su abuelo, De Rais quedó sin condena y la familia - de origen humilde - de Antoin aceptó la indemnización que se les ofreció. Otros delitos que se conocen son alguna que otra perversión sexual que, claro, quedaron sin castigo.
Su abuelo De Craon - hombre sin escrúpulos - sólo quería engrandecer su fortuna y poder de forma calculadora, a diferencia de Gilles - hombre también carente de escrúpulos - que se dejaba llevar por sus impulsos violentos, pero que era un inútil en política. Un hecho describe la personalidad de abuelo y nieto: cuando intentaron extorsionar a una familia raptando a una gran dama; sus tres hermanos quisieron rescatarla y fueron encarcelados también por Craon, de forma que uno de ellos murió de hambre.
Acciones militares
Su enorme agresividad y psicopatía le llevó a alistarse en el ejército para desahogarse con los enemigos a los que se enfrentaba. Su abuelo De Craon quería que llegase a la cumbre del poder francés y para ello le recomendó a Guillaime La Jumelliers como consejero en política, estrategias militares y finanzas. Se puso a las órdenes de Juan V, duque de Bretaña en las querellas residuales de la Guerra de Sucesión Bretona, entre los Montforts y los Penthièvres. Luchó siempre en la vanguardia con sus soldados - tropas pagadas por él - y sus compañeros de armas lo admiraban porque parecía poseído cuando luchaba dando mandobles, con una rapidez y fuerza increíbles, pareciendo que eran los demonios quienes regían sus movimientos.
Con 17 años, de vuelta a casa después de esta campaña, Gilles raptó a su prima Catherine de Thouarscon - de 15 años - y se casó con ella ese mismo día, el 24 de abril de 1422. La familia Thouarson poseía varios castillos que, unidos a los suyos, harían de la unión la familia más rica y potente de Francia. Pero Gilles se equivocaba y la familia de su mujer no aceptó la unión matrimonial, por lo que en venganza Gilles raptó a su suegra y la encerró a pan y agua hasta que cedió los castillos que él pedía. Mientras tanto, Gilles y su primera esposa tardaron siete años en tener descendencia - Marie, nacida en 1429 - debido a las tendencias homosexuales que le hicieron desinteresarse por su mujer. Catherine, con su hija en brazos, huyó y se refugió en uno de los castillos de su padre y Gilles nunca mostró algún interés en ambas.
Después de las campañas de Juan V, Gilles rindió tributo a Carlos VII - delfín de Francia en aquel momento - para combatir contra los ingleses y sus aliados de Borgoña. Lo reclutó Georges La Tremoille - gran chambelán del rey - hombre astuto y hábil que vio la capacidad combativa y guerrera de Gilles, el cual arrastraba a los soldados hacia las batallas. Entonces, La Tremoille podía aprovechar para mantenerse en el poder mediante los éxitos militares. En esta época - en la cual, la guerra era un juego para los nobles - Gilles conoció en 1429 a Juana de Arco, con la que quedó fascinado y maravillado por su historia y belleza física.
El Delfín Carlos entregó un pequeño ejército a Gilles y a Juana para liberar Orleans del asedio inglés. Junto a ellos estaban otros generales como el Bastard de Órleans - Conde de Dunois - el Duque de Alençon y La Hire. En sólo 8 días las fuerzas francesas lograron levantar un sitio que duraba ya varios meses. Entraron triunfales en la ciudad y todo el mundo los veían como los salvadores de Francia. Poco después contribuyó en las victorias francesas en la Batalla de Jargeau y en la Batalla de Patay. Su audacia y violencia en combate era comparable a la de los berseker vikingos. Gilles llegó a decir durante las campañas con Juana que ella era Dios y que si debía de matar ingleses por mandato de Dios, así lo haría. Se convirtió en su escolta y protector salvándola en varias ocasiones en los fragores de las batallas, como en el ataque a París a finales de 1429. Pese a la matanzas y crueldades de la guerra, Gilles se sentía realizado espiritualmente, ya que Juana lo inspiraba y había rendido un gran servicio a su patria. Además, en este mismo año fue proclamado mariscal de Francia con tan sólo 25 años - caso único en la historia francesa-, amasando una inmensa fortuna y adoptó la flor de lis en su escudo de armas, mientras Carlos VII fue proclamado rey el 17 de julio en la Catedral de Reims.
Mientras disfrutaba de su mando de mariscal de Francia, ocurrió otro hecho que le marcó: la captura y condena a muerte en la hoguera de su amiga Juana de Arco el 31 de mayo de 1431. Pese a que intentó ayudarla contratando un pequeño ejército de mercenarios, aún no se sabe qué pasó para que no llegara a tiempo, ya que tan sólo se encontraba a 25 kilómetros de Ruán, localidad en que se llevó a cabo el juicio. Su última acción en la Guerra de los Cien Años fue en la batalla de Lagny en agosto de 1432, de la cual salió victorioso.
Además de la muerte de Juana de Arco, el chambelán La Tremoille - su protector - cayó en desgracia en 1434 después de la campaña de amparo al duque de Bourbon contra el duque de Borgoña, que sitiaba la ciudad de Grancey. Perdida su condición de mariscal, Gilles se refugió en el castillo de Tiffauges - ubicado en la Vendée - y se convirtió en un demonio que afloró sus instintos más perversos. Su mente se volvió más enfermiza debido a que no participaba en guerras para tranquilizarse y, tras la muerte de su abuelo en 1432, Gilles tuvo plena libertad para hacer lo que quisiera, como los emperadores romanos cuya vida leyó tiempo atrás.
Declive y crímenes
Su negra barba de azulados reflejos hizo que se le llamara Barba Azul. Era culto, aunque no reflexivo, ávido de riquezas pero más despilfarrador. Desde este momento se entrega a los más locos dispendios para satisfacer sus más caros caprichos. No se recuerda príncipe o rey que hubiese llevado un lujo semejante. Este hombre tenía pasión por todas las artes, especialmente por la música. Se exacerbaba con los cantos gregorianos llegando al éxtasis. Si oía decir que si había escuchado una hermosa voz, no descansaba hasta conseguir llevar a su servicio a quien la poseía, por muy lejos que estuviera, como los cantores contratados en Poitiers, André Buchet de Vannes y Jean de Rossingol, de La Rochelle, a quienes pervirtió haciéndoles partícipes de sus orgías y crímenes. Poseía muchos órganos de toda clase. El sonido de este instrumento le producía tal enajenación, que se los hizo construir portátiles para que le acompañaran en sus menores traslados. Consiguió en su exaltación religiosa ser nombrado canónigo de Saint-Hilaire-de-Poitiers y se rodeó de una comitiva de 50 eclesiásticos junto con 200 soldados de caballería cuya sede se encontraba en la capilla de los Saints-Innocents, en Machecoul.
Por otra parte, todo el que acudía a él participaba de su generosidad; el extranjero era bien recibido, cualquiera que fuese su condición, a cualquier hora del día o de la noche; tenía hospitalaria mesa, y era raro que abandonase esa mansión sin salir colmado de dones en especies o en metálico. Gastaba dinero en ostentación para recuperar el prestigio perdido. Realizaba grandes banquetes. Gastó la mayoría de su fortuna en obras teatrales que recordaban sus campañas con Juana y en fiestas para sus extraños amigos y consejeros. Especialmente significativa fue la representación de la batalla del Orleans en mayo de 1435. Esta representación teatral contaba con más de 150 actores, trajes lujosamente detallados, infantería dispuesta con auténticas armaduras y cuadros que simulaban multitudes. La entrada a este espectáculo era gratuita e incluso agasajaba a los asistentes con comida y vinos. La representación costó unas 80.000 coronas de la época. Gracias a la representación de la batalla de Orleans Gilles rememoró sus días de gloria. Además mandó a construir autómatas sobre distintos tipos de pájaros, algo que le hizo menguar su fortuna pero que levantó gran expectación entre las personas que le frecuentaban.
Para procurar el dinero, que le había llegado a ser cada vez más necesario, tuvo que apelar a numerosos recursos y ruinosos contratos. Aposentadores, burgueses y mercaderes son puestos a contribución, y le adelantan a un interés usurario las sumas que, por una generosidad imperiosa, se funden entre los dedos y se hunden en un abismo sin fondo. En 1437 vendió Ingrandes y Champtocé a Juan V de Bretaña por escasos 100.000 escudos. Gilles se aproxima al momento en que se anuncia, amenazadora, la ruina inevitable. Sus cofres están vacíos; su crédito, agotado; los que le rodean en las horas dichosas, presintiendo el desastre, se alejan de él. Ante esta situación se vuelve hacia el esoterismo buscando en la alquimia el modo de fabricar el oro que le falta (se interesó por el secreto de la Piedra filosofal). Se rodeó de una corte grotesca de brujas, nigromantes, alquimistas, entre los que se encontraban Guillaume de Sillé, Roger de Brinqueville, Antonio de Palerno, Heriet, Poitou, Corrillaut, ... Finalmente, cae en manos de un embaucador florentino llamado Prelati quien le asegura que llenará sus arcas gracias a la magia negra.
El mariscal visita con frecuencia a su cómplice, se informa con ansiedad del resultado de las investigaciones. Prelati asegura a su señor que, en una de sus invocaciones, ha visto cerca de él al demonio, pero que esta aparición fantástica se desvaneció sin que hubiera podido pronunciar palabra alguna. El crédulo mariscal tenía un pánico atroz al diablo aunque nunca lo veía, hizo caso de Prelatti, con quien tenía una relación homosexual, y mandó que se redoblasen los ensalmos y los conjuros. En otras ocasiones Prelatti salía herido después de una de sus invocaciones, que siempre se relizaban en un cuarto escondido, causando en Gilles más pánico. Sillé fue el proveedor de todos los elementos para las invocaciones en Tiffauges y el padre Eustache Blanchet el de contratar a los invocadores como Prelatti o La Riviére (el cual vio al demonio en una invocación en un bosque en forma de leopardo, ante la credulidad de Gilles) o alquimistas como Jean Petit, el cual realizó varios hornos para trabajar con mercurio. Sin embargo los hornos creados deben ser destruidos ya que el futuro Luis XI, el delfín, visita a Gilles por una orden del rey Carlos V que condenaba la alquimia como herejía. Es imposible que el mariscal salga bien de sus empresas -ha dicho uno de los familiares de Gilles de Rais - si no ofrece al demonio la sangre y los miembros de niños llevados a la muerte. Porque su lectura habitual la constituyen los más ardientes poemas de Ovidio y el relato que hace Suetonio de los criminales sacrificios que exige el rey del Infierno. ¿Qué le importa el sacrificio de vidas humanas si adquiere a ese precio el poderío que codicia? A esto se unía además de su voluntad de matar a niños para su disfrute y placer personal.
En su afán por procurarse víctimas para sus sacrificios, servidores de Gilles de Rais como Henriet y Poitou recorrían los pueblos y las aldeas buscando niños y adolescentes prometiéndoles que les harían pajes en los castillos del señor de Rais. Siempre en lugares lejanos; incluso en algunas el propio Gilles con amabilidad acudía a casas de los plebeyos para asegurar a los parientes de los niños un prometedor futuro. De las víctimas los padres no tenían más noticias y si preguntaban les respondían que estaban bien. Pronto la gente se alarmó, y de Rais recurrió a los raptos. Entre 1432 y 1440 se llegaron a contabilizar hasta 1.000 desapariciones de niños de entre 8 y 10 años en Bretaña. Pero la gran locura llegaba por la noche cuando él y sus esbirros se dedicaban a torturar, vejar, humillar y asesinar a niños previamente secuestrados. Después de cada sangrienta noche Gilles salía al amanecer y recorría las calles solitario, como arrepintiéndose de lo hecho, mientras sus secuaces quemaban los cuerpos inertes de las víctimas. El temor se apoderó de los habitantes de los pueblos. Los criados tuvieron que ampliar su campo de acción con lo que el pavor se extendía más y más. Hasta que las murmuraciones se convirtieron en gritos que llegaron a las más altas autoridades.
Llegó a utilizar varias de sus posesiones (no sólo el castillo de Tiffauges) para cometer sus fechorías, como el castillo de Machecoul, el de Champtocé y la casa de la Suze.
Una vez se aprovechó de unos niños que eran mendigos y que fueron a pedir limosna inocentemente a su castillo. Gilles los violó y desmembró. A algunos los violó ya muertos y con las entrañas al aire. Una vez muertos los abrazaba fuertemente y deliraba; en otras ocasiones se reía ante los últimos estertores del niño y muchas veces cortaba la vena yugular haciendo brotar la sangre, causándole gran placer.
En algunas ocasiones cuando asesinaba a una de sus víctimas se arrepentía y juraba partir hacia Tierra Santa para redimir sus pecados, pero al poco tiempo volvía a cometer las mismas atrocidades.
Durante los ocho años de terror, Gilles parecía no vivir en un mundo real, rodeado de gran fastuosidad y como si no se diera cuenta de las brutales acciones que llevaba a cabo. Según contó en el juicio que se le hizo, junto con su grotesca corte, cortaban las cabezas de varios niños recién muertos y hacían competiciones para elegir los rostros más bellos. Las cabezas eran ensartadas en picas y las iban calificando. Se llegó a contar que estas calificaciones las firmaba el mismo diablo, que un brujo llamado Rivière podía invocar al diablo, o a uno llamado Barrón, al cual le ofrecían sacrificios como los órganos, ojos, corazones, etc., de las víctimas; todo esto bajo orgías sexuales y etílicas.
En continuadas ocasiones el hermano de Gilles, René, intentó salvar el patrimonio familiar que Gilles estaba vendiendo, incluso con la ayuda del rey crearon una ley por la cual no podían vender más posesiones. René logró comprar el castillo de Machecoul, y vio que en este lugar se encontraban los esqueletos de más de 50 niños. Quiso silenciar lo que vio para evitar posibles malentendidos contra él.
Investigación, captura y ejecución
Pero llegó el momento de que todo esto acabara, y ese momento fue cuando el obispo de Nantes, Jean de Malestroit, investigó las desapariciones de Bretaña y vio que no eran casuales. Malestroit descubrió los crímenes gracias al hecho de que en plena depresión Gilles vendió uno de sus últimos castillos, el de Saint-Etienne-de-Memorte al tesorero de Juan V, Geoffroy de Farron; se enteró Gilles de que un primo suyo, señor de Villecigne, quería comprar el castillo y creyó que Le Farron no aceptó la anulación. Este dejó a su hermano Jean, hombre eclesiástico, al frente del castillo; Gilles en otro de sus impulsos atacó a la iglesia donde Jean celebraba misa y secuestró a este encerrándolo en Tiffauges. El ataque fue conocido por el duque de Bretaña y por el propio Malestroit. Juan V mandó a su hermano el condestable del rey a rescatar a Jean Le Farron mientras él intentaría la paz con Gilles. Al final Gilles de Rais fue capturado el 15 de septiembre de 1440 cuando se presentó a las puertas del castillo de Machecoul, donde estaba entonces Gilles de Rais, un grupo armado al mando del capitán Jean Labbé, que iba acompañado por el notario Robin Guillaumet, en nombre del obispo de Nantes. Portaban órdenes del duque. Era el fin. Gilles de Rais se entregó, junto con Prelatti, Blanche, Henriet y Poitou, y fue llevado a juicio, y el 19 del mismo mes, es decir, cuatro días después de su detención, empezó el interrogatorio que continuó el día 28, y los días 8, 11, 13, 15 y 22 de octubre.
En el juicio (altamente detallado y del que aún existen los escritos del siglo XV), pasaba del insulto a los jueces al hundimiento más absoluto y fue encerrado en una prisión acomodada por su condición de noble. Se declaró al principio inocente, pero en uno de los trastornos de personalidad que ya sufría de años atrás, rectificó y se declaró culpable quedando muy arrepentido de lo que había hecho el día 15 de octubre y finalmente el día 22 ante los jueces eclesiásticos, comandados por el obispo de Saint-Brieuc, documentó todos los asesinatos y las vejaciones que practicaba a los niños (de entre 7 y 20 años), actuaciones pedófilas, rasgaduras, colgamientos del techo por ganchos, decapitaciones, etc. Dijo que hasta había bebido la sangre de los niños, incluso cuando estos aún estaban vivos, que "necesitaba aquel goce sexual" y que escribió un libro de conjuros con la supuesta sangre de los asesinados. Fueron confesiones tremendas, toda Francia se convulsionó ya que la gente no se creía que uno de sus héroes fuera un hombre tan vil. Se llegaron a constatar 200 víctimas aunque probablemente fueran muchas más. Fue condenado por asesinato, sodomía y herejía.
Fue tanto el horror que provocó su confesión que durante el juicio, uno de los presentes cubrió el crucifijo que presidía la sala por la vergüenza que generaban sus palabras. Según crónicas de la época las paredes emanaron sangre que lentamente se deslizó hacia el piso como buscando redención.
Ante su desmedido arrepentimiento fue incluso objeto de compasión de clérigos y plebeyos y se concedió la petición de que fuera una comitiva detrás de él hacia su lugar de ejecución. Finalmente el día 26 de octubre de 1440, Gilles de Rais junto a dos de sus más perversos colaboradores, habiendo rechazado la gracia real (perdón de la pena que se le extendía por ser Par de Francia) fue conducido al prado de la Madeleine en Nantes para ser decapitado. Sus restos fueron enterrados con solemnidad en la iglesia de las carmelitas de Nantes, a petición del mariscal.
Fragmentos de la declaración de Gilles de Rais en el juicio
“Yo, Gilles de Rais, confieso que todo de lo que se me acusa es verdad. Es cierto que he cometido las más repugnantes ofensas contra muchos seres inocentes –niños y niñas- y que en el curso de muchos años he raptado o hecho raptar a un gran número de ellos –aún más vergonzosamente he de confesar que no recuerdo el número exacto- y que los he matado con mi propia mano o hecho que otros mataran, y que he cometido con ellos muchos crímenes y pecados".
"Confieso que maté a esos niños y niñas de distintas maneras y haciendo uso de diferentes métodos de tortura: a algunos les separé la cabeza del cuerpo, utilizando dagas y cuchillos; con otros usé palos y otros instrumentos de azote, dándoles en la cabeza golpes violentos; a otros los até con cuerdas y sogas y los colgué de puertas y vigas hasta que se ahogaron. Confieso que experimenté placer en herirlos y matarlos así. Gozaba en destruir la inocencia y en profanar la virginidad. Sentía un gran deleite al estrangular a niños de corta edad incluso cuando esos niños descubrían los primeros placeres y dolores de su carne inocente".
"Contemplaba a aquellos que poseían hermosa cabeza y proporcionados miembros para después abrir sus cuerpos y deleitarme a la vista de sus órganos internos y muy a menudo, cuando los muchachos estaban ya muriendo, me sentaba sobre sus estómagos, y me complacía ver su agonía...".
"Me gustaba ver correr la sangre, me proporcionaba un gran placer. Recuerdo que desde mi infancia los más grandes placeres me parecían terribles. Es decir, el Apocalipsis era lo único que me interesaba. Creí en el Infierno antes de poder creer en el Cielo. Uno se cansa y aburre de lo ordinario. Empecé matando porque estaba aburrido y continué haciéndolo porque me gustaba desahogar mis energías. En el campo de batalla el hombre nunca desobedece y la tierra toda empapada de sangre es como un inmenso altar en el cual todo lo que tiene vida se inmola interminablemente, hasta la misma muerte de la muerte en sí. La muerte se convirtió en mi divinidad, mi sagrada y absoluta belleza. He estado viviendo con la muerte desde que me di cuenta de que podía respirar. Mi juego por excelencia es imaginarme muerto y roído por los gusanos”.

“Yo soy una de esas personas para quienes todo lo relacionado con la muerte y el sufrimiento tiene una atracción dulce y misteriosa, una fuerza terrible que empuja hacia abajo… Si lo pudiera describir o expresar, probablemente no habría pecado nunca. Yo hice lo que otros hombres sueñan. Yo soy vuestra pesadilla

martes, 12 de agosto de 2014

Boda vikinga

El matrimonio es el acto más importante de la vida en la sociedad nórdica. El casamiento entre los nórdicos estaba estrictamente reglado y marcado por tradiciones y costumbres muy antiguas.
No es hecho estrictamente económico o de mero interés mutuo entre las dos familas o clanes implicados, pese a su relación directa, ya que la palabra brudkaup, la compra de la novia, ya lo indica en su traducción literal. La importancia y el rasgo más relevante de una boda es de carácter social. No se trata de que se casen dos fortunas dadas, sino de la asociación de dos familias o dos clanes, por medio de un vínculo sagrado y en principio indisoluble, aunque se da de forma implícita el hecho de que ni una ni otra parte es pobre. Se trata de unir dos fortunas y familias de similares características en un lazo estrecho que las vinculará a través de incontables generaciones, y fortalecerá mas el status social de ambas partes, así como su poder y prestigio. Así pues, podría decirse, que la novia no "se casa", sino que "la casan". Y salvo contadas excepciones, lo común y corriente es que fuese ella la entregada en mano a su esposo, aunque hay textos y sagas que narran casos en que son ellas las que desposan al varón.

En la sociedad nórdica, el concepto central y más importante, en torno al cual gira todo, es la familia. Es ella quien gobierna y controla hasta los menores detalles de la existencia. Desde el sentido militar al religioso, la familia rige un lugar vital en la escala de valores. Es pues lógico que los patriarcas o cabezas del kyn (familia o clan), tengan hasta cierto punto, total control en esta clase de asuntos, ya que afectan no solo al prestigio social, fortuna y futuro de su linaje e intereses, también a las cuestiones de honor y buen nombre, tan importantes o mas que la cuestión monetaria.
En el proceso normal de una boda, es necesario el casamentero que, por lo general, es un amigo o pariente muy cercano del futuro esposo. En muchos casos el propio padre o hermano mayor, o en defecto, un tío o familiar cercano Es quien se encargará de proponer la unión y de arreglarla posteriormente con la familia de la novia. Generalmente este tipo de encuentros se celebraban en las asambleas estacionales o en las reuniones festivas o por motivos de cosecha o traslado de ganado.
La primera misión del casamentero es consultar a los responsables legales de la novia para que le concedan el consentimiento de la unión y comprobar que ambas familias posean rango y fortuna similares y según los rituales y las normas legales comprobar igualmente que la familia de la novia no tenga causa legal alguna pendiente que enturbie la ceremonia, igualmente ellos, como padres de la futura esposa, enviaran un emisario a casa del novio, para hacer las mismas comprobaciones, y una vez se han cumplido estos tramites legales y no se ha hallado traba alguna, y recibido el "sí" por parte de la familia de la futura esposa, se acuerda y fija la fecha de la ceremonia de los esponsales (festarmál),el cual solía componerse de un banquete ritual de compromiso y se concede un plazo para fijar los ajuares, estos preliminares a la boda como ceremonia de unión, podrían extenderse un plazo de alrededor de un año.
Después se pactan las condiciones materiales. Lo ideal era que ambas familias fueran de rango y fortunas similares, aunque en contadas ocasiones una familia podría renunciar a ese derecho de prominencia social en pos de igualar a los dos clanes por alguna razón de peso, aunque esto significase cierta rebaja en el status social, por lo que, estos casos son rarísimos y totalmente fuera de la norma. En caso de que un hombre desease contraer matrimonio con una mujer de rango inferior, sencillamente se la tomaba como concubina, era bastante menos problemático a efectos sociales. Todos los tratos que a este tipo de asuntos se refieran, se harán frente a testigos, pues se trata de un acto determinante, una operación a la vez económica, social y, muchas veces, incluso diplomática o política. Así que se hace conveniente dejarlo todo bien atado y claro.
Conforme a la costumbre y la ley, se acuerda que la novia aportará como dote (heimanfylgia) un conjunto de bienes de todo tipo de un valor global determinado, equivalente a la aportación del novio, al que este añadirá una pensión de un montante fijado por la ley en acuerdo a sus bienes y pertenencias, llamado Mundr. Todo esto, reglado escrupulosamente, si una de las partes falta al cumplimiento de estas disposiciones, se puede dar por anulado el compromiso, incluso, ya en las postrimerías de la era Vikinga, en Dinamarca, romper el compromiso por esta u otra razón antes de celebrarse la ceremonia de esponsales, era motivo de grave daño para la familia “agraviada” a la que correspondía una compensación legal, por pérdida de prestigio y mancha en su “honor”.
Aunque después del matrimonio corresponda al marido administrar el conjunto compuesto por la aportación de la novia, la suya propia el Mundr, y mirar por su rentabilidad, la casada sigue siendo propietaria de su Heimanflygia y del Mundr, en caso de divorcio o separación, y es importante por tanto que se tomen todas las garantías para que el asunto se resuelva a satisfacción de todos. No en vano, la esposa no es para nada, una mujer objeto, su poder dentro de su casa y hacienda, era ciertamente envidiado por todas las demás mujeres de la sociedad europea, se podría decir que la Husfreya nórdica, contaba con una posición privilegiada si la comparamos con el status social de las demás mujeres de su época.
La mejor época del año para celebrar un matrimonio es a final de octubre, según nuestro calendario actual, durante las tres noches que inauguran el invierno o Vetrnaetr. Las cosechas están recogidas, el heno ha sido colocado en almiares y, una vez secado, almacenado; el ganado, o bien está recogido para el invierno, o bien se ha sacrificado y se ha preparado para su conservación, igual que el pescado seco (skreid) y la buena cerveza ya ha sido fabricada; los trabajos en el exterior permiten por fin un tiempo de descanso que, por otra parte, hará obligado el invierno, quien se aproxima con rapidez. Es tiempo de ceremonias y celebraciones pues, y en este contexto, las bodas, rituales de mayoría de edad y en muchos casos la presentación oficial de nuevos hijos o miembros de la familia se realizan en este tiempo.
Llegada la fecha indicada, los emisarios del novio irán a la casa de la prometida para conducirla hasta la casa de él. Esta costumbre, aunque no era obligatoria, ya que la novia y el novio podían habitar al menos un tiempo en casa de los padres de ella, se hace referencia en numerosas Eddas. Es lo que se llama “la carrera de la novia”.
En el ceremonial la novia salía engalanada de su casa, acompañada por un cortejo de amigas intimas, lo que hace las veces de damas de honor, los muchachos del pueblo o los amigos del novio, tienen licencia para ensalzar su hermosura y dones , de camino a casa de su futuro esposo, podrá pararse en las casas de amigos y conocidos, que la recibirán en la puerta, para con cierta ceremonia y ritual, darle sus parabienes, así mismo, ella tiene derecho a pasar de largo de las casas que no considera dignas, de lo que ha de tomar nota su futuro esposo, ya que estas relaciones de amistad o no, marcarán su futuro a partir de su unión.
Debe llegar a casa de su prometido al menos la víspera del matrimonio, porque ese día tendrá lugar el "baño de la novia". Un rito de lustración como el que conocieron todas nuestras culturas ancestrales, con el objetivo evidente de asegurar la "pureza" de la novia, es decir, liberarla de todos los malos espíritus o influencias negativas que pudieran estar ligados a ella. Este baño que, en realidad era una sauna, es colectivo y se extendía a la novia y a todas las damas de honor, y podía durar un buen rato, las participantes consumían dulces de distinto tipo. Obviamente los varones estaban excluidos de esta ceremonia, extríctamente femenina, donde ella recibía las ultimas instrucciones y consejos de sus familiares y amigas, se la desvelaba el secreto femenino. A este raro ritual que terminaba siendo una larga tertulia de damas con la casadera, se le conoce como "la dote de Frigga" era muy sagrado y ningún hombre osaba interrumpirlo, pues era gran ofensa molestar a la novia en este importante momento de despedida de su madre y recibir los postreros consejos de sus amigas para su matrimonio.
La preparación de la novia concluye con la confección de coronas de flores y hojas que engalanarán la cabeza de la prometida (de retirar esta corona ceremonial de la cabeza de la novia antes de acompañarla al lecho nace el termino “desflorar”, ligado a la primera noche, donde todos bebían sin control mientras la pareja compartía lecho). Aparte de este tocado, para su matrimonio propiamente dicho, cambiará de peinado. Por una parte llevará un velo de lino, costumbre que debe remontarse a antiguas creencias sobre la protección de energías negativas o bien como signo de que el novio debe ser el primero en desvelar el rostro purificado de su prometida. Por otra parte, ella se recogerá , en forma de un moño o lo sujetará en la nuca con una cinta o una joya, los cabellos que hasta entonces había llevado sueltos. Este será normalmente un indicativo en lo sucesivo de su nuevo estado, junto con el conjunto de llaves que como buena ama de casa (husfreyja) llevará a la cintura. Estas llaves solían ser pertenecientes a los cofres que contienen ropas de valor y objetos preciosos, a la despensa donde se guardaban los alimentos y víveres del hogar y a los armarios que constituyen el mobiliario de la casa vikinga que ella gobierna y administra. Es decir, tomará posesión de su hogar, al portar esas llaves, todo lo que ella decida de puertas adentro de su casa, será ley dentro de ella.
De las costumbres en cuanto al varón, se sabe poco, se habla de la “ronda del zorro”, una juerga de los amigos del novio un par de noches antes de su boda, incluso de que las mozas de los alrededores, poseen permiso para gastarle bromas pesadas e insinuársele hasta cierto punto. Esta costumbre indica que, entre todas las doncellas que hay en la comunidad, solo una ha logrado desposarle, el joven deja de ser con ello soltero, se supone que ahora asume su papel como cabeza de familia, y futuro padre, es lo que todos esperan de el. Se supone que este ceremonial, vendría a ser como nuestra popular despedida de soltero.
Finalmente llega el día de la celebración o los días, ya que el término medio de su duración solía ser al menos tres. A ella asisten todos aquellos que fueron invitados en su momento. En principio, su número debería ser semejante por ambas familias o clanes. Muchas veces, en la sala común (skáli) donde se ofrecerá el banquete (brúdveizla ), cada bando está colocado en uno de los dos bancos longitudinales, con un asiento para el marido y otro para su mujer, en el centro de cada banco, uno enfrente del otro. La proximidad y rango, cuando no el parentesco dictara quien se sienta mas o menos próximo a los novios, este tipo de cuestiones es muy importante en una cultura, donde el respeto a las jerarquías y posiciones sociales adquiere gran valor y significado.
Los invitados no llegan con las manos vacías. Habrá que tener mucho cuidado de acordarse de los regalos que traen y de mostrarse agradecidos, por razones de reciprocidad, una regla que en esta sociedad no tenía apenas excepciones y era una cuestión de suma importancia entre los nórdicos.
Por otra parte, se prestará una gran atención a la colocación de los invitados, pues para ellos este tipo de jerarquías y precedencias era un asunto muy delicado. Con todo el mundo situado, y los regalos recibidos, es momento de comenzar los festejos. 
El primer día de la boda tiene lugar la ceremonia del matrimonio propiamente dicha. De esto hay pocos datos aunque es evidente que existió un culto venerable del hogar (o del fuego del hogar, verdadera alma de la casa), posiblemente también ritos de reciprocidad, quizá unos gestos significativos del paso de un clan a otro y toda una serie de actos votivos, propiciatorios y de consagración de ambas familias en lazos fraternales. Se hacía una ofrenda a Frigg, la representación más expresiva de la antigua Diosa Madre, para atraer sobre los esposos el bienestar, la fertilidad o fecundidad y una convivencia pacífica. También se hacía esa ofrenda a Frey o a la diosa Freya, y a una diosa menor, poco conocida, Var, que escucha y promueve las promesas matrimoniales. Se hacían ritos venerables, tales como ofrenda de sacrificios de animales y, sobre todo, de la consagración por el martillo de Thor, práctica muy antigua y que ha sobrevivido hasta el siglo XIX o principios del XX, bajo la forma del hammarsäng, el hecho de ocultar un martillo en el lecho nupcial para asegurar la fecundidad de la pareja. Bajo las sabanas de ella, se esconderá un anillo o collar, símbolo de la fertilidad de la diosa madre. 
Sin embargo, no se puede afirmar que existiera una casta de sacerdotes dedicados exclusivamente a los ritos y actos religiosos. El cabeza de familia o del clan era el encargado de dirigir los oficios.
Cada uno de los grandes dioses podía presidir la fertilidad y por otra parte, el matrimonio se colocaba bajo el signo de una figura divina determinada, o bajo la tutela de deidades colectivas como dioses o alfes.
Es al jefe de familia o del clan a quien le corresponde la responsabilidad de abrir el banquete nupcial, en el curso del cual, los brindis se dirigen en primer lugar a los dioses, donde se nombran a Odín, Thor, Njörd, Frey y todos los demás dioses y luego a los grandes antepasados, de uno y otro clan o familia. Este momento era un tema capital, pues consagraba la perpetuación del linaje en una cultura en la que los antepasados no han muerto realmente, nunca según sus creencias y en la que el primer deber de un ser humano es no atentar contra lo establecido. Es preciso que, no solo los vivos y presentes den su apoyo y beneplácito a la unión, sino que la pareja se una también bajo la tutela de los ancestros . 
Un texto medieval Islandes, habla de que la doncella casadera, sirve hidromiel o cerveza a su padre, este cede la copa al padre de el, y este finalmente a su prometido, este, recibe su mano de parte del padre de ella, y a su vez, le ceñirá la cintura con un ceñidor que recibirá de su propio padre (las niñas llevan el vestido siempre suelto), También es en este momento cuando tiene lugar el rito, donde ella recibirá las llaves de casa. A partir de entonces, se le considera Husfreya: Ama de la casa. 
Una vez iniciado el banquete, se comienza a beber y comer sin límites, siendo la borrachera el final normal de un festín y más de esta índole, hasta el punto de que antes de comenzar se juran todos mutuamente que no tendrán en cuenta las palabras que se digan o den cuando estén embriagados por la bebida. En el fondo, es fiesta y se trata de divertirse y celebrar la unión de dos familias. El festín estaba entrecortado por diversos tipos de entretenimientos y desde luego, duraban mucho tiempo, tres noches, no se consideraba casados formalmente a la pareja, hasta el paso de estas tres luna rituales, en todo caso continuarán los festejos y se recitarán poemas o relatos, habrá cantos y danzas, estas últimas probablemente de carácter ritual, etc. 
En la primera noche de bodas, los recién casados serán acompañados a su lecho nupcial y se beberá y brindará por ellos hasta la saciedad. A la mañana siguiente de esa primera noche en común, el esposo debe hacer un bonito regalo a su esposa: una joya delicadamente trabajada, ropa de magnífico lino, un cofre de madera esculpida, etc. Es lo que se conoce con el nombre de Morgingjölf, el regalo de la mañana. 
También se habla de que era costumbre regalar a la pareja una mantequera y que uno de los ritos de la mañana después era que la recién casada saliese fuera y batiese la manteca delante de todos (un rito islandes que muchos asocian a la fertilidad ). Otro ritual era el de regalar un odre de hidromiel del que la pareja bebería cada noche antes de compartir el lecho hasta la nueva luna. De ahí deriva lo de "luna de miel".
Después de la celebración o durante ella, la esposa tomará las llaves de la casa y tendrá muchos hijos. Ella hará de sus hijos hombres y mujeres dignos del nombre de su linaje, los educará en el respeto a las tradiciones tanto de su clan como del de su esposo y velará por inculcarles el sentido del honor familiar que jamás debe perecer. Será el alma de su nuevo hogar, así como su marido será el brazo que traiga el sustento a la familia.

jueves, 7 de agosto de 2014

Vikingos en Inglaterra

A finales del siglo VIII, mientras Carlomagno creaba un inmenso imperio en el continente europeo, Inglaterra se hallaba dividida en siete reinos surgidos de sajones, anglos y jutos, los pueblos que habían invadido Gran Bretaña cuando declinaba el Imperio romano. De todos ellos sobresalía el reino sajón de Wessex, hasta el punto de que sus monarcas se creían soberanos de los ingleses. Sus reyes avanzaron hacia el norte, ocupando incluso el reino anglo de Northumbria, cuyos habitantes lloraban por su libertad perdida convencidos de que para ellos había llegado el final. Pero no fue así.
En 787, según la crónica anglosajona, atracaron tres naves en la costa de Wessex y de ellas salió un grupo de hombres procedentes del otro lado del mar del Norte. Eran los vikingos. Regresaron cinco años más tarde, en 793, esta vez a la costa de Northumbria, donde saquearon el monasterio de Lindisfarne, y un año después hicieron lo mismo con el de Jarrow. En la década de 870, la mayor parte de Inglaterra al norte del Támesis ya estaba sujeta a los vikingos. Pero aún no habían sucedido los acontecimientos más memorables de la historia.

Éstos comenzaron en el invierno de 878, cuando los vikingos se internaron en el reino de Wessex, una decisión que obligó al rey sajón Alfredo a huir a una ciénaga. Fue un momento crítico, en el que Wessex estuvo al borde del colapso. El reino perduró gracias a la inteligencia política y militar del rey, que mil años después le valdría la admiración de Voltaire: «No creo que haya habido nunca en el mundo un hombre más digno de respeto de la posteridad que Alfredo el Grande». El monarca expulsó a los vikingos de sus tierras y fundó ciudades a las que rodeó de fortificaciones, así como mercados a fin de cobrar impuestos que sirvieran para mantener un ejército permanente y evitar, así, la sorpresa de un ataque de los terribles vikingos Las batallas eran continuas, habida cuenta de la instalación de los vikingos en la costa de Northumberland y la facilidad de navegación desde su bases en el continente. Se sucedieron años de saqueos y de pactos, y los descendientes de Alfredo tuvieron que elegir entre la diplomacia o la guerra.
La resistencia
En 937, el rey Atelstan, nieto de Alfredo, optó por jugarse el reino en la batalla de Brunanburh, con resultado inicialmente incierto, pero que a la postre fue un triunfo que consolidó a los miembros de la dinastía sajona de Wessex como los verdaderos reyes de los ingleses. Fue tal la resonancia de su triunfo sobre los vikingos que los reinos continentales lo tuvieron como ejemplo a la hora de contener el ataque vikingo a sus tierras. Lo hizo, sobre todo, el duque de Sajonia Otón el Grande, que con el tiempo se ceñiría la corona del Sacro Imperio Romano Germánico. En 929, Otón se casó con Edith, hermana de Atelstan, para fortalecer los lazos con la emergente Corona inglesa.
Desde su privilegiada posición, Edith contribuyó a la estrategia política de su marido instándole a fundar el gran monasterio de Magdeburgo, clave de la expansión alemana hacia el este. Pero también siguió de cerca la política de su hermano Atelstan de fundar la ciudad fronteriza de Exeter para consolidar su dominio sobre el país de Cornualles y el suroeste de Gran Bretaña. En 938, Atelstan se hizo coronar rey en la ciudad de Bath, un lugar famoso por sus reliquias de santos de época romana, con el deseo de competir, sin lograrlo, con la brillante aureola de Roma. Convenció a algunos príncipes de dinastías célticas para que llevaran su manto río abajo en una ceremonia que vista de cerca era más tosca de lo que el rey de los ingleses había esperado.
Wessex era un reino compacto y Atelstan el rey más poderoso de su tiempo, aunque había señales de alarma en el horizonte. Por un lado, crecía una fuerte tensión en el seno de la casa real, entre los herederos al trono; por otro lado, persistía la siempre inquietante presencia de los vikingos en la frontera septentrional. Ambas circunstancias convergieron cuando falleció el rey Edgar, nieto de Atelstan, en el año 975. Cuando se reunió el Witan, la asamblea de hombres sabios más importantes del reino para elegir al heredero del difunto Edgar, tuvo que escoger entre dos personajes de temperamento muy diferente. El primero, Eduardo, hijo de la primera esposa del soberano, era un adolescente despiadado e inestable, cuya candidatura creaba todo tipo de resistencias. El segundo candidato, Etelredo, era hijo de Elfrida, la segunda esposa del monarca y la mujer más poderosa y ambiciosa del reino. Etelredo contaba con muchas credenciales para ser coronado, salvo una: la edad. Tenía siete años. Como era de esperar, el Witan se decantó por Eduardo. Elfrida se retiró resentida, y desde entonces comenzó a respirarse una atmósfera de guerra civil. En 978, el rey Eduardo se marchó a la costa para cazar. Allí fue rodeado por hombres armados que acabaron con su vida. Fue un escándalo porque por primera vez en la tradición sajona se asesinaba a un rey ungido, lo que llevó la inestabilidad al reino.
La ocasión fue aprovechada por Elfrida para elevar a su hijo Etelredo al trono. Éste pronto fue sospechoso de asesinato, y, lo que era más grave, la inestabilidad hizo crecer la sensación de que en poco tiempo podrían volver los vikingos con sus terribles saqueos de ciudades y aldeas. No era una exageración, ya que en la vecina Northumbria, donde numerosos aristócratas eran escandinavos, se difundían constantes rumores sobre una inminente invasión de los reinos sajones.
El ataque de Hueso de Cuervo
La diplomacia intervino para retrasar lo inevitable. Se gastaron grandes sumas en sobornar a los vikingos para que no atravesasen las fronteras; se prefería pagar a soportar sus incursiones, que eran incluso más gravosas económicamente y resultaban más terribles para la población. Fue entonces cuando apareció en escena Olaf Trygvasson, apodado hueso de cuervo, un noruego con excelente olfato para el pillaje, que en poco tiempo dominó las rutas de navegación inglesas con una pericia fuera de lo común. A comienzos de la década de 990, la fama de Trygvasson era tal que muchos jefes vikingos se unieron a sus expediciones por las costas de Kent y Essex. En cierta ocasión se reunieron más de noventa barcos, saqueando y prendiendo fuego a todo lo que salía a su paso. Fue entonces cuando tuvo lugar la batalla de Maldon, el hecho de armas más importante en Inglaterra en el primer milenio de la era cristiana. En agosto de 991, Trygvasson acampó junto la isla de Maldon, al norte del estuario del Támesis, no lejos de Londres. Allí acudieron los sajones y le retaron a cruzar desde su campamento a tierra firme. Frente a Trygvasson estaba el conde Britnoth, un sajón con un pequeño séquito de guardaespaldas con armaduras. La batalla fue encarnizada y sangrienta, al final de la jornada los sajones huyeron dejando el cadáver del valiente Britnoth, que se había negado a abandonar el lugar. La derrota no dejó a Etelredo más opción que pagar a Olaf un fuerte tributo de diez mil libras, el precedente de otros muchos tributos convertidos en impuestos ordinarios que pasaron a llamarse danegeld.
En 994, Trygvasson regresó a por más tributos, atacó Londres y asoló los territorios adyacentes. De nuevo se le pagó para comprar su retirada, lo que generó el sobrenombre de Etelredo, un soberano apocado y cobarde al que comenzaron a llamar Unroed, el desaconsejado. La ironía era clara: no había reino en Europa que recaudara más dinero que Wessex, pero Etelredo lo debilitó cada vez más al no tener ningún plan para frenar las ambiciones vikingas salvo el pago de rescates permanentes.
Los vikingos, reyes de Inglaterra
Olaf no se contuvo a la hora de exprimir el reino, y la gente comenzó a creer que los ataques de sus huestes eran un presagio de que el final del mundo estaba cerca. A pesar de que el obispo Wulfstan de Londres afirmó que nadie sabe ni el día ni la hora del fin de los tiempos, el pueblo estaba cada vez más convencido de que la espada flamígera de los jinetes del Apocalipsis tenía la forma de espada vikinga. En un significativo episodio, los vikingos quemaron una iglesia en Oxford con todos los feligreses dentro; habían acudido allí a refugiarse con la esperanza de que Dios les librara de la muerte. Se produjo un respiro cuando Trygvasson marchó a Noruega con el deseo de ser coronado rey. Pero el vacío de poder que dejó en Gran Bretaña pronto fue ocupado por un jefe tan frío y calculador como él, y más cruel. Era danés, se llamaba Sven y llevaba el apelativo de barba de horquilla. Sin embargo, tras una primera etapa dedicada al saqueo, Sven cambió de estrategia y decidió apoyar a la casa real sajona con la intención cada vez menos oculta de crear un reino danés en Gran Bretaña. Al final consiguió aislar a Etelredo.
Éste envió a su esposa Emma a Normandía, y él languideció en una especie de exilio interior. A su muerte, en 1016, los vikingos se hicieron con el trono gracias a la habilidad de su nuevo jefe, Canuto el Grande, hijo de Sven. Su primer gesto fue contraer matrimonio con la reina viuda Emma y buscar su apoyo en un proyecto político que terminó por convertir a sus sucesores en reyes de los ingleses, poniendo un broche de oro a la historia de los vikingos en Inglaterra.