sábado, 7 de febrero de 2015

Clara de Geisslerin (La novia del diablo).

La alemana Clara de Geisslerin fue acusada de mantener relaciones sexuales con tres demonios quienes, aburridos de asesinar a tantos cristianos, se dedicaban a desenterrar cadáveres de niños para chuparles la sangre. Los hechos ocurrían en el siglo XVI. Cuando se le arresto, la condenaron a sufrir la tortura de la rueda: piernas y pies se le encerraron en fundas de hierro y se le comprimieron hasta reducirlos a pulpa. Durante las horas de tortura, Clara confesaba los cargos: había dado muerte a mucha gente casi sesenta personas, y bebido la sangre de niños, se reunía con otras brujas, tuvo cerca de ella un demonio con forma de gato, y había rondado por los tejados de la aldea adoptando, ella también la apariencia de un gato. Cuando la bajaban de la rueda, negaba las acusaciones, para volverlas a aceptar en el tormento. Fue un largo juego de resistencia. Los jueces aumentaron el grado de tortura, a tal punto que Clara acabo por admitir que durante los últimos cuarenta años había fornicado con incontable numero de diablos que la habían visitado en forma de gatos, perros, pulgas y gusanos. Dijo que había asesinado a unos 240 personas. Que de sus amores infernales habían nacido diecisiete hijos a los que había matado para comérselos después. Contó que había provocado tormentas e incendiado casas y que, en una ocasión, había querido incluso incendiar toda la aldea. A medida que la torturaban, la vampira De Geisslerin iba perdiendo las fuerzas, y tan pronto la soltaron de la rueda, cayo sin vida al suelo. El veredicto de los jueces fue que Clara de Geisslerin había sido estrangulada por el demonio para que no continuara hablando ni siguiera revelando sus secretos infernales. 

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