Para oficiar la magia hay que disponer de vestidos adecuados, estos varían en función de la sensibilidad de quien lleva a cabo los rituales y el motivo por el que estos se realizan.
El hábito también puede ser de piel, como el de los antiguos chamanes, adornado con plumas, pedacitos de hueso y abalorios.
Se puede bordar o dibujar encima signos zodiacales, runas u otros motivos y símbolos indelebles.
El hábito mágico solamente se emplea cuando se ofician los rituales, antes nadie debe tocarlos ni lavarlos y ha de ser purificado antes de utilizarlo.
Se puede complementar con accesorios de fuerte valor evocativo, como el cinturón que simboliza la fidelidad; de hecho, sirve para sujetar y sostener en la cintura la espada del guerrero, el puñal, la bolsa, las llaves, etc.
El cinturón protege de los espíritus malignos y de la negatividad. Suele ser adecuado llevar una bolsa en la cual se guardan los objetos necesarios para oficiar los rituales, como las cerillas para encender las velas y el cuchillo con el cual se cortan las hierbas o se traza el círculo mágico.
La capa simboliza el universo, del cual el cuerpo de oficiante es el axis mundi, esta solo es indispensable en los rituales de purificación de las grandes negatividades para arropar al oficiante y alejar los efectos bumerang de la magia negra que se intenta erradicar.
El sombrero sirve para cubrir la cabeza y protegerla, porque los cabellos pueden convertirse en receptores de la energía del cosmos, pero simboliza también la corona, la señal del poder. La capucha se usa, en cambio, para salvaguardar los secretos iniciáticos, morir como persona y renacer como oficiante de magia.
El collar mágico.
El collar, puede indicar un grado, una función o una condición de súbdito. En muchas tradiciones, quien oficia en magia lleva al cuello un collar que no se quita nunca, ni siquiera cuando ha terminado el ritual. Antaño, el collar ritual solía ser rígido y de plata, pero también podía estar hecho de semillas, guijarros, perlitas, corales o trocitos de maderas unidos por un cordoncito o un hilo de plata.
El collar es el símbolo de poder, pero también un adorno que refleja la belleza. El collar ritual también puede hacerse en primavera con flores, hojas y frutas.
Uno de los collares más simples pero también mas cargados de energía es el confeccionado con conchas.
Amuletos y talismanes.
El amuleto es un objeto natural que refleja simbólicamente un concepto por analogía: el girasol es una planta del sol porque se vuelve hacia él; el rubí es una piedra de marte porque es rojo como el fuego y la sangre, etc.
El amuleto aparece a menudo en las prácticas mágicas con una finalidad protectora contra maleficios, enfermedades, accidentes, etc.
El amuleto es un objeto que procede siempre de la naturaleza (desde la vara de Aarón hasta la pata de conejo, desde el escarabajo egipcio hasta el cuernecillo para ahuyentar desgracias).
Los amuletos naturales tienen formas o colores excepcionales, por ejemplo una pluma de un tono particular de azul marino, un guijarro antropomorfo, piedras agujereadas, palos y raíces de extraño diseño, una concha, un diente de animal encontrado en un bosque, un cuerno de cabrito, etc.
Cuando se convierten en objetos más complejos, es decir, compuestos por más elementos, los amuletos se transforman en fetiches que ya tienen un papel mas articulado. En la práctica se llevan siempre encima para proteger a su propietario.
Los talismanes son sellos, figuras o caracteres astrológicos y están impresos, labrados o sellados sobre una piedra, un metal correspondiente al astro en cuestión, un pergamino, etc. Confieren poderes y beneficios a quienes los poseen.
El poder de los talismanes depende de su origen, del material de que están hechos y de los signos, las inscripciones y las figuras que aparecen en él.
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