Ágata: proporciona el valor para afrontar problemas y situaciones difíciles, y ayuda a encontrar la fuerza para superar los obstáculos. Estimula la seguridad interior, de la medida sobre la propia valía y suaviza los aspectos problemáticos del carácter para hacer que uno sea más abierto al diálogo. Se usa en los rituales para alejar los pensamientos tristes e infundir fuerza y coraje.
Aguamarina: facilita la comunicación y es aconsejable para todos aquellos a los que les cuesta expresarse. Aumenta la confianza en uno mismo, estimula la fuerza interior y la capacidad para tomar decisiones, llevar a buen término situaciones no resueltas y cosas dejadas en suspenso. Incrementa los poderes mentales y contribuye a purificar la mente de pensamientos inútiles.
Amatista: se utiliza en todos los rituales con los que se quiere profundizar en la conciencia para ahuyentar enfermedades y malestares, pero sobre todo para la meditación, porque sus vibraciones pueden abrir puertas interiores y hacer que las visiones y los sueños sean lucidos. Calma las emociones violentas y, por consiguiente, se emplea para combatir el estrés. También se usa en los rituales para llevar paz y serenidad donde sólo hay peleas y tensiones.
Coral: el coral no es una piedra, sino el esqueleto de un animal marino. Cuenta sobre todo con un enorme poder para alejar el mal y curar; en el sur de Europa se usa como poderoso talismán. Sirve en los rituales para reforzar el poder de seducción y el deseo sexual, y para proteger a personas y cosas.
Cuarzo: después del diamante, es el mineral que más energía aporta. Estimula la evolución tanto en el plano material como en el espiritual. Vuelve estables las emociones y ahuyenta las negativas. Proporciona lucidez al pensamiento y aumenta los niveles de conciencia. Favorece la comunicación con la divinidad y los espíritus elementales. Disuelve y transforma las energías negativas.
Diamante: es la piedra más pura y poderosa. Su energía es tan fuerte que no todo el mundo la soporta. Absorbe cualquier negatividad e infunde paz y serenidad a quien lo lleva. Se usa en los rituales en los que se necesita una gran reserva de energía para curar y alejar desgracias y enfermedades. Favorece la fidelidad en todos los campos, pero sobre todo en las relaciones y por este motivo es la piedra de los anillos de compromiso.
Esmeralda: se utiliza en los rituales para obtener bienestar material, riqueza y entradas licitas de dinero. Favorece el desarrollo de la intuición, de la clarividencia y de la capacidad para discernir con lucidez. Incrementa la inteligencia y la agudeza mental.
Fluorita: es muy útil para equilibrar las energías y puede curar la desazón espiritual y la depresión. Favorece la concentración y la conciencia de la propia valía espiritual. Es muy útil para la meditación. En los rituales sirve para potenciar las propias facultades mentales y entrar en contacto con los seres pequeños (hadas, elfos, gnomos)
Granada: ayuda a reforzar el poder de seducción y el deseo sexual, y por eso se usa tanto en los rituales susceptibles de favorecer encuentros eróticos como en los destinados a mejorar las relación entre las parejas. Es útil asimismo en aquellas situaciones en las que hace falta una buena reserva de valor para afrontar problemas materiales, sobre todo de origen económico y relacionado con el hogar.
Jade: proporciona valor, sobre todo en las decisiones relacionadas con asuntos del corazón. Es muy fuerte en el plano energético y por eso suele utilizarse en rituales que proporcionan la salud y que ayudan a reponerse tras una enfermedad. Además puede infundir sabiduría y paz interior a quien lo lleva.
Lapislázuli: esta piedra es útil para la evolución interior y la comunicación con otras entidades y con la divinidad. Se usa en todos los rituales de evocación para contactar con el guía interior o con los espíritus elementales. Además ayuda a reforzar el carácter, a separar el pensamiento de la materia y a que este se vuelva más elevado.
Malaquita: esta piedra no es apropiada para todo el mundo: canaliza las energías inconscientes y puede sacar a la luz miedos y bloqueos mentales. Ayuda a reducir las tensiones y el estrés. Es útil para favorecer todas las entradas licitas del dinero, por lo que se utiliza sobre todo en los rituales orientados a favorecer la prosperidad, a encontrar un trabajo, a recuperar un crédito… etc.
Pirita: por su parecido con el oro está presente en todos los rituales susceptibles de favorecer la prosperidad, la ayuda y la colaboración de quien está alrededor de nosotros. Como aumenta la vitalidad y la alegría de vivir, están indicadas para quienes se sienten vacíos y deprimidos.
Rubí: da fuerza y vigor a quien carece de ellos y estimula la pasión, también sensual, y la capacidad de reaccionar ante un obstáculo y de hacerse valer. Aleja la tristeza y, por consiguiente, el ideal en los rituales contra la depresión, en caso de luto o de fuertes pesares existenciales. Es importante para quienes se sienten con las pilas descargadas, pues proporciona la energía necesaria para llevar a bien término los proyectos emprendidos.
Turmalina: es un potente cristal para favorecer la meditación porque pone en comunicación con los espíritus elementales y con la divinidad. Ayuda a conseguir el perfeccionamiento interior, purifica de las emociones negativas y refuerza la voluntad y la alegría de vivir. Se utiliza en aquellos rituales destinados a infundir confianza y alegría a quien carece de ellas y también para aumentar las propias facultades psíquicas.
Turquesa: protege de todos los males, exactamente igual que el coral. Si se llevan las dos piedras juntas, ni la negatividad ni la envidia podrán hacer mella en nosotros. Proporciona fuerza física y mental, favorece la acción y aumenta la alegría de vivir. Infunde una gran energía en los momentos de cansancio y, por consiguiente, en los rituales ayuda a combatir la depresión y los estados de fatiga mental y física debidos a una enfermedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario