domingo, 6 de octubre de 2013

Sanatorio antituberculoso de Agramonte

Antiguo hospital situado en el monte Moncayo (Zaragoza).
Construido en la década de 1920 se terminó en 1930, rodeado de pinos y vegetación, con el único sonido e un arroyo cercano, destinado a lugar de descanso de familias pudientes de la época, quedó abandonado al comienzo de la guerra civil en 1936 hasta el final del conflicto. En 1939 las hermanas de la caridad de Santa Ana instauraron en el edificio el sanatorio antituberculoso, en un principio solo admitía mujeres y niños, pero con el tiempo también ingresaron algunos hombres, aunque en menor número.
En octubre de 1978 el hospital cerró y quedó vacío y.... en silencio?.
A través del tiempo se fue llenando de dolor y trágicos sucesos, en sus habitaciones aún se pueden ver las camas abandonadas donde los enfermos no todos sanaban, al pasar por estas estancias se siente la presencia de quienes estuvieron en esas camas observando al visitante.
También puede apreciarse rastros y huellas de misas negras y otros rituales ocultistas en la capilla abandonada, adornada con pintadas satánicas y pentagramas.
Su leyenda negra  no es de la época de sanatorio, sino que comienza ya durante la guerra civil cuando hotel que fue inicialmente se vio asaltado y los trabajadores que allí se encontraban fueron brutalmente asesinados y violados en una fatídica noche.
A estos muertos en el lugar se  fueron añadiendo los enfermos que fallecían en el sanatorio tiempo después, muchos de estos cadáveres  están enterrados de forma improvisada allí mismo.
Mas tarde esas tumbas fueron profanadas y cráneos y otros huesos fueron esparcidos por los alrededores, son los espíritus que aún recorren el edificio en busca de quien los ayude a aliviar sus sufrimientos y encontrar el descanso eterno.
Este antiguo hospital es a día de hoy un referente en busca de contactos con el mas allá y el esoterismo, de aquí hay psicofonías y fotografías de imágenes que no tienen explicación.
Algunas de las psicofonías obtenidas en la zona de las tumbas dicen “que hago yo aquí?” o “marchaos”, dentro del edificio hay otra psicofonía de una niña que grita “ángela”.
También suelen escucharse puertas que se abren y cierran, pese a no quedar ninguna en el edificio.
Unas supuestas palabras pronunciadas por un fantasma dice a quien tenga la suerte de poder escucharlo “el mal está dentro” advirtiendo que no debe entrarse.
Hoy día no queda ningún resto mortal en el lugar, ya que fueron todos trasladados al cementerio de San Martín.
Otra coincidencia con el lugar, es que años antes, Gustavo Adolfo Bécquer ambientó aquí varias de sus leyendas de terror.
En los últimos años el ayuntamiento de Tarazona, propietario del edificio, a planeado  recuperarlo como centro turístico, pero no a habido interés alguno por nadie para invertir en el proyecto,  tendra algo que ver  su historia?

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