martes, 1 de enero de 2013

Evangelio de los vampiros, El libro de los profetas, Cap. XI

Por el gran Dios Harpócrates; por vuestra profunda y purpúrea obscuridad; por mi blanca y brillante luz os conjuro; recogeos a mi alrededor; revestid a esta forma astral con un sudario de tinieblas.
Que Aiwass, mi Guardián, te acompañe en esta senda; que tus enemigos sean sus enemigos; que tus aliados sean sus aliados, aunque yo no fui aliado de nadie en mi vida mortal: carroña, flores impuras fueron mis palabras y mi pensamiento; que ahora son Umbral para recibirte bajo mis alas.
No-muerto soy, del linaje superior; mas lo era ya cuando caminaba con envoltura humana por la dimensión que llamas mundo.
Abrazado a la mujer escarlata nací a la vida verdadera que no es vida; y los enigmas pude penetrar; guardados para mí desde el Principio; y Aiwass me introdujo a la presencia de las Criaturas de las tinieblas que rigen los vértices, mas ya no en expansión constante; y contemplé el inicio y el fin del Todo en una dimensión sin principio ni fin.
Vampiro, Criatura de la Noche y No-muerto: percibe en estas líneas la grandeza del Todo, pues así como Aiwass fue mi guía, junto con Buer y Choronzon, así yo habré de ser guía para algunos, determinados por los vértices.
En vida mortal diseñé mis imágenes sobre las ancestrales cartas del tarot.
Y estas imágenes me fueron reveladas desde la Noche Infinita; durante mis delirios, fui transportado por la Melancolía II al cielo de la Introspección; y contemplé en plenitud las imágenes; y en verdad te digo que ni la milésima parte de tales imágenes reflejé en el diseño de mis cartas.
Mas las que verás, cuando en espíritu estés ante esas imágenes, te abrirán percepciones nuevas, senderos que jamás soñaste; ya seas Vampiro, Criatura de la Noche o No-muerto.
Soy el Vagabundo de la Desolación; te hablo a través de estas líneas sin pronunciar mi nombre; mas si posees mediano conocimiento, sabrás ya quién soy.
Yo soy Yo. Soy el que Posee la Forma, y toda forma proviene de mí. Nasatanada Zazas, he aquí las palabras que abren el Abismo.
Ahora sabrás que el apóstol del espacio infinito, es el príncipe sacerdote Megatherion; y sus estrellas brillan frías en esta noche; no son las estrellas que la raza de Abel contempla, sino las estrellas púrpuras de los Vampiros, que brillan en la Noche Infinita; que brillan para El Que Busca, el enviado, el loco y el poeta; el enfermo y el solo, el desterrado y el melancólico; ellos contemplan a los mediocres, a los que se les ha engañado con el mito del Vampiro; que no conocen la verdad sobre el Vampiro, como tú has empezado a discernir atravesando estos Umbrales y conversando con algunos de nosotros.
¡Cómo me gustaría, Vampiro y Criatura de la Noche, que contemplaras lo que mis ojos etéreos han vislumbrado!
Mas hay peldaños en la escala del conocimiento; esta escala no asciende a un cielo estéril; desciende a los abismos de tu espíritu inmortal; tú eres inmortal, y cuando dejes atrás el cuerpo que te limita, verás lo que yo he visto.
Entonces no te ocuparás más del réprobo y del indigno; que mueran en su miseria, pues ellos no sienten.
La compasión es el vicio de los Reyes; no escuches a los que te dicen: morirás, pues en verdad no morirás, sino que vivirás.
Que se sepa: que si el cuerpo del Rey se disuelve, él quedará para siempre como éxtasis. iNuit! iRa-Hoor-Kuit!
El Sol, la Fuerza y la Vista, para los siervos de la Estrella y la serpiente Aiwass.
Revelación tras revelación: el Tarot fue entregado a los hombres de Atlántida para recorrer el Tiempo; tal es el verdadero uso del Tarot.
He aquí, que por medio del Tarot, yo puedo saltar atrás y adelante en las eras; puedo tomar forma humana de hombre y mujer, y rejuvenecer o envejecer a voluntad.
Y tal vez yo he pasado a tu lado en tu presente encarnación, sin que tú lo hayas sospechado siquiera.
Éste es el arte de la inmortalidad, y el paso a voluntad a través de las eras; tal enseñanza comienza con el Arcano: El Loco; estudiando los arcanos me desprendí del tiempo y del lugar al que estaba encadenado; y ahora recorro libre el infinito; el Loco eres tú, a punto de caer por el precipicio; miras al noroeste, que es la dirección de lo desconocido;  llevas una rosa blanca, y el hatillo que llevas al hombro encierra la memoria y el instinto universal; Eres el Poder de la vida antes de su manifestación; has de aprender a usar los cuatro símbolos.
Contemplo el Triángulo del agua: uno de sus vértices hacia abajo, rodeado por el Gran Dragón Rojo de Siete Cabezas; alrededor de cada una están escritos los nombres de los Qliphot malignos y contrarios a los Séfirot; los ángeles obscuros: Sataniel, Uriel, Thaumiel.
De la luz infinita, el Ain Sof, manaron y se formaron diez emanaciones: los Qliphot fueron conquistados por aquellos que los eligieron como morada; y éste es el primer paso hacia el dominio del Tiempo.
Fue así como yo me remonté, eones atrás, a la ruptura de los vértices.
Y confirmé lo dicho en mi encarnación como humano: quedan abrogados todos los rituales, todas las ordalías, todas las palabras y los signos de la luz.
Y tú, Vampiro y Criatura de la Noche, no os obliguéis a nada; no hagáis diferencias entre una cosa y otra, porque entonces vendrá el dolor;
Haz lo que quieras: ésa será la única Ley.
Con las cartas de Tarot que diseñé, elige la que ha de representarte; forma la cruz celta y la columna; he aquí mis palabras, como entonces las proclamé: la palabra de las Leyes Thelema; sé fuerte ¡Oh, hombre!
Desea y goza todas las cosas de los sentidos y del éxtasis; no temas que ningún dios vaya a renegar por ello de ti; escoge una isla y fortifícala.
Y esto es lo que yo, el Profeta de la Desolación, he de decirte; pues el Sacerdote de Ctulhu ya surge del océano primigenio de la memoria obscura para entregarte su Palabra.

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