lunes, 13 de diciembre de 2010

Celtas, cultos y sacrificios

Culto a los árboles
Los celtas tenían una enorme preocupación y respeto por la vegetación. Consideraban los bosques llenos de vida. El culto a los árboles estaba muy extendido. Los árboles sagrados eran el roble, el tejo, el majuelo, el endrino, el saúco, el avellano y otros. Pero la encina era el más importante y estaba unido a los druidas. Era un árbol bendito y cuando ardía, tenía la virtud de curar enfermedades. El roble se consagraba a Dagda, como deidad creadora masculina, mientras que el principio femenino sería detentado por el muérdago. El roble era el árbol de la vida de los celtas. Se le representaba como un árbol cuyas raíces y ramas estaban entrelazadas entre sí, simbolizando la vida eterna y el renacimiento. El tejo era un árbol sagrado y uno de los doce árboles del calendario celta. El tejo era el árbol relacionado con la muerte.
Culto al rey
Al rey se debía la felicidad del pueblo y la riqueza agrícola. Si no era justo, no crecían los frutos en su reino. Se simbolizaba con el toro. Subía al trono mediante la boda del rey (Banaisrigi).
Ritos
Había entre los celtas dos ritos curiosos: el sacrificio del asno y el coito del rey con el caballo (basado en el mito de la boda de Pwyll con Rhiannon). La unión entre el rey y el caballo simbolizaba la fertilidad del país y la fortuna de los reinos. Este rito consistía en la reunión de todo el pueblo para ver como el futuro rey copulaba con una yegua. Una vez finalizaba el hermoso acto, la yegua era sacrificada ante el regocijo general. El cuerpo de la yegua se descuartizaba cuidadosamente, haciendo un guiso con la carne del animal hervida en agua. Se dejaba enfriar el guiso, y dentro se metía el futuro rey para bañarse.
Mientras tomaba el baño, comía los trozos de carne de yegua, y los presentes participaban en el banquete.
Cuando la carne se acababa, y para culminar el rito de coronación al rey, el rey se tenía que beber el agua del caldo sin ayuda de recipientes ni cucharas.
Fiestas
Las fiestas que celebraban los celtas nos han llegado por la tradición irlandesa. Eran conocidas como jeis (fiestas) o como óenach (asambleas).
Al principio de cada estación se celebraba la fiesta agrícola.
El primero de noviembre se celebraba el Samhain (Samain, Samauhin), que era una fiesta de culto a los muertos. Era el fin del verano. Ese día se producía la comunicación entre los vivos y los muertos ya que se abría el Sídh (el otro mundo, se le daba a veces otros nombres como Llanura del Placer, Gran Llanura, Tierra de los Jóvenes, etc.) y las puertas del más allá quedaban abiertas. Se fundían dos dimensiones, las de los vivos y las de los muertos. En este día comenzaba el año celta. Se encendía un fuego en el centro del poblado al que acudían las gentes para conseguir llamas que activasen un nuevo fuego en sus hogares.
Era el tiempo de los “espíritus”. También se celebraba la unión del dios Dagda y de la diosa Morrigan.
Adivinación y sacrificios
Los celtas pensaban que si una vida humana estaba en riesgo por causa de una enfermedad grave era porque los dioses estaban molestos y la única manera de calmarlos y salvar la vida del enfermo era ofrecer otra vida en su lugar. Los criminales era los preferidos para rituales de sacrificio, pero si faltaban, las cuentas debían ajustarse con hombres inocentes.
Existían diversos métodos de sacrificio. Algunas tribus, tenían jaulas de mimbre que se llenaban de hombres para luego ser incendiadas hasta que todos murieran.
Los druidas practicaban sacrificios humanos crueles. La adivinación también era sádica, provocando indigestiones nocturnas a los médium para que recordaran sus pesadillas. También empleaban fórmulas mágicas para ayudar al proceso
Culto a los animales
Le daban a los animales mucha importancia como representación de los dioses. El ciervo, el toro y el caballo eran los principales. También la serpiente y la cabeza de carnero representaban la fertilidad del suelo y la riqueza agrícola. Entre otros animales el jabalí y el cuervo también eran sagrados.
Culto a las aguas
El agua era considerada como el hogar de ciertos dioses, además de ser un medio de transición hacia el Más Allá. Por ello el agua era un importante lugar de culto para los pueblos celtas.
Religión y lugares de culto
La religión era muy importante para la vida de todos los días. Los símbolos de la religión se encontraban en todas partes: los árboles, aves, los montes en donde los dioses vivían. Mención especial eran las aguas.
Las estructuras para el culto incluían: piedras, lajas, piedras decoradas, piedras libres de pie (menhir), círculos de piedra, árboles, montes, ríos y lagos.
El Dolmen era un tipo de cámara prehistórica que consistía en dos o más inmensos bloques de piedra, o Megalitos, que soportaban una piedra plana y alargada que hacía de techo. Muchos dólmenes estaban rodeados de megalitos. Se piensa que fueron usados como altar o templos por los Druidas en sus rituales religiosos.

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