sábado, 13 de marzo de 2010

Trolls

Se cree que durante la primera edad de las estrellas, en los profundos pozos de Angband, Melkor el enemigo crió una raza de caníbales gigantes que eran feroces y fuertas, pero sin inteligencia.
Estos gigantes de negra sangre fueron llamados trolls, y durante cinco edades de las estrellas y cuatro edades del sol cometieron todos los actos malvados que su escasa inteligencia les permitió.
Se dice que los trolls fueron criados por Melkor porque deseaba tener una raza tan poderosa como la de los gigantes Ents, los pastores de árboles. Los trolls doblaban en estatura y corpulencia a los hombres mas grandes y tenían una piel verde y escamosa que era como una armadura.
Eran duros y resistentes como la roca, pero en la brujería que les dio origen hubo un fallo fatal : temían a la luz. El sortilegio de su creación se realizó en la oscuridad y, si la luz caía sobre ellos, era como si el sortilegio se rompiera y la coraza de su piel crecía hacia dentro. Sus entidades malignas y sin alma eran aplastadas y se convertían en piedra muerta. La estupidez de los trolls era tan grande que muchos no podian ni siquiera aprender a hablar, mientras que otros tan sólo sabían los rudimentos de la lengua negra o el dialecto de los Orcos.
Aunque todo su poder a menudo no servía de nada absolutamente contra alguien listo e inteligente, los trolls eran temidos y con razón en las cavernas montañosas y en los bosques sombríos.
Lo que mas deseaban era una dieta de carne cruda, mataban por placer y sin razón aparente, y alamacenaban los tesoros que arrebataban a sus victimas. Pero se cuenta que Sauron no estaba satisfecho con la maldad de aquellos siervos y buscó un mejor uso para su gran fuerza. Fue así como Sauron crió trolls de gran astucia y agilidad, que podían resistir a la luz del sol. A estos los llamó Olog-hai, y fueron grandes criaturas con la capacidad mental de un humano malvado.
Armados con colmillos y garras, como los otros trolls, llevaban también escudos negros, enormes y redondos, y esgrimían poderosos martillos. Durante la guerra del anillo, en los campos de Pelennor y ante la puerta negra de Mordor, el terror de estos seres salvajes causó una tremenda destrucción.
Pero los abobinables trolls estaban dominados por un poderoso sortilegio y, cuando el anillo fue destruido y Sauron pasó a las sombras, el sortilegio se rompió. Los Olog-hai comenzaron a vagar como si les hubieran arrebatado los sentidos y, a pesar de su fuerza, fueron dispersados y aniquilados.

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