lunes, 31 de octubre de 2011

Los vikingos

El origen de la palabra vikingo sigue siendo oscuro y discutido. En antiguo nórdico, vik significa cala o pequeña bahía, lo que indujo a ciertos especialistas en semántica a deducir que los hombres llamados vikingos se establecían en las calas, desde las cuales lanzaban sus expediciones de pillaje. También podríamos hacer derivar la palabra vikingo de Viken, nombre dado a la región del fiordo de Oslo. Quizá los vikingos fueron en origen gente que procedía de esta región. En los países que asolaron, nunca se les conoció por el nombre de vikingos. Para la mayoría de los habitantes de Europa occidental, eran los hombres del norte, los Northmen. Los autores de los anales francos utilizaban generalmente el término de normandos (normandi), más raramente el de daneses (dani), limitándose en la mayoría de los casos a denominarles piratas. Los cronistas eclesiásticos les designan casi siempre con el término paganos. Los anglosajones les llamaban danes, cualquiera que fuese su origen. Para los irlandeses, eran los lochlannach, y su patria era Lochlann, el país de los lochs o lagos. También les llamaban gall (los extranjeros), haciendo una distinción entre los extranjeros blancos, que eran los noruegos y los extranjeros negros, los daneses. Algunas crónicas alemanas les designan con el nombre de ascomanni (los hombres del fresno), quizás porque utilizaban esta madera para construir sus barcos. Los árabes de España les aplicaban el término magus (infieles). Para los autores bizantinos y árabes eran los rus, nombre que parece venir de la palabra sueca ruotsi (los remeros). Por último, hacia el final de la era vikinga, los griegos les llamaban varegos (varingjiar en antiguo nórdico). En la época de los vikingos, el sustantivo vikingo se aplicaba a la expedición. El que participaba en ella era un vikingr. Hoy la palabra se emplea en un sentido más amplio. Aplicándola tanto a los hombres como a la cultura de Escandinavia de aquel período. Estos diversos nombres designan a los mismos hombres. Algunos venían de Noruega, otros de Suecia o Dinamarca, (Islandia pertenecía a Noruega y posteriormente a Dinamarca, Finlandia pertenecía a Suecia, y Groenlandia e islas Feroe pertenecían a Dinamarca), pero todos eran de origen escandinavo, próximos entre sí por su lengua, su religión y su carácter.
Los vikingos concedían una gran importancia a la igualdad y la libertad. El hecho de que se considerasen todos iguales llamó la atención de los contemporáneos en todos los países que invadieron. Y en efecto, no tenían príncipes, aunque sí jefes, cuya autoridad aceptaban porque eran los más valerosos, los más experimentados y los más ricos de la comunidad. Y las expediciones vikingas se organizaban a su alrededor. Profundamente individualistas, los vikingos defendían su libertad por encima de todo. Eran mucho más libres en sus comunidades que sus contemporáneos de Europa occidental, integrados en estructuras feudales restrictivas. Poseían un espíritu emprendedor y sentido de la organización y contaban más consigo mismos que con los demás.
Animados por un espíritu de empresa asombroso, los vikingos eran a la vez navegantes, guerreros, agricultores y mercaderes. Sobresalían en todas estas actividades y pasaban de una a otra según las circunstancias con maestría. Los vikingos eran supersticiosos. Para conjurar a los malos espíritus cuando salían a alta mar, fijaban en la proa de sus navíos una cabeza de dragón o de serpiente. Una de las primeras leyes promulgadas por el Althing islandés obligaba a los navegantes que llegaban a la vista de la isla retirar las cabezas de animales que adornaban las proas de sus navíos, con objeto de no indisponer a los buenos espíritus de la tierra.
El descubrimiento de los grandes espacios marinos y la necesidad de luchar sin tregua contra los elementos para sobrevivir forjaron el carácter de los pueblos escandinavos y contribuyeron a la aparición de esos hombres duros, belicosos, valientes y ávidos de hazañas, a los cuales sus contemporáneos escandinavos dieron un día el nombre genérico de vikingos.
Durante las expediciones se sentían más a gusto a bordo de sus barcos, que consideraban como sus casas, que en tierra firme. El barco era el compañero fiel al que volvían cada noche, al término de agotadoras jornadas. Con mucha frecuencia, le debían el no perder la vida, tanto en los peligros del mar como en la adversidad de la lucha.
Aunque excelentes jinetes, preferían remontar los ríos a vela o a remo, mientras tuviesen agua suficiente bajo la quilla. Navegantes hasta en la muerte, el barco se convertía para algunos de ellos en pira funeraria y en él efectuaban el último viaje, que les conducía al Walhalla.
En el combate daban pruebas a la vez de osadía y de prudencia. Demostraban un gran realismo y no se obstinaban cuando la fortuna de las armas les daban la espalda. A menudo las derrotas mencionadas por los cronistas cristianos no fueron más que repliegues tácticos, en ocasiones en que la proporción de fuerzas no se mostraba favorable a los vikingos. La experiencia acumulada durante su tumultuosa existencia tuvo como resultado el hacer madurar su juicio. Cuando sufrían una verdadera derrota, inmediatamente sacaban conclusiones y evitaban arriesgarse de nuevo. Por regla general estaban muy bien informados sobre la situación política y la capacidad de defensa de los países que se proponían atacar, lo que les permitía sacar provecho de todas las posibilidades: debilidad del poder instituido, crisis de sucesión, etc.
Los vikingos sobresalían en el arte de levantar campamentos atrincherados y fortificaciones de campaña. Tan pronto como se detenían en un lugar, cavaban fosas profundas alrededor de su campamento y acumulaban la tierra en montículos, con objeto de protegerse contra cualquier ataque por sorpresa.
Para las poblaciones de Europa occidental, los vikingos no eran más que bárbaros, ya que venían de países extranjeros, cuyos usos y costumbres diferían de los suyos notablemente. En realidad, se trataba de bárbaros civilizados, con costumbres, leyes y una cultura propias que no trataron de imponer a los demás.

sábado, 29 de octubre de 2011

El Sanctum Regnum

Jerarquía completa de los espíritus Infernales
Es muy útil para el neófito conocer también toda la Jerarquía de los espíritus Infernales que ha de tener a su disposición mediante el pacto.
Lucifer, Emperador; Belzabet, príncipe; Astaroth, gran duque.
Estos son los principales espíritus del reino Infernal.
Vienen después de los espíritus superiores que están subordinados a los anteriores y son:
Lucifugo primer ministro: Satanachia, gran general; Agaliareth gran general; Fleuretty, teniente general; Sargatanas, brigadier; Nebirus, mariscal de campo.
Los seis grandes espíritus que acaban de citarse, dirigen por su poder toda la potencia Infernal que ha sido dada a los otros
A sus inmediatas ordenes y como emisarios especiales se bailan tres espíritus superiores, cuya ocupación es transmitir los órdenes que reciben sus nombres son: Miirion, Belial y Anagaton.
Tienen a su servicio dieciocho espíritus más que les están subordinados, a saber:
BELZEBBUTH, LUCIFER, ASTAROTH
1 Bael, 2. Agares, 3 Marbas, 4 Pruslas, 5 Arimon, 6 Barbatos, 7 Buer, 8 Gustatan, 9 Boti, 10 Bathin,11 Purean., 12 Abigar,13 Loray,14 Balefar,15 Foran,16 Ayperos,17 Nuberus,18 Blayabolas
Después de haber Indicado los nombres de estos dieciocho espíritus, qué son Inferioresa los seis primeros, conviene saber lo siguiente:
Lucifer manda en los tres primeros, que se llaman Bael, Agarea y Marbas.
Sanatachia, sobre Pruslas, Arimon y Barbatos.
Agaliaroth sobre Buer, Gusatan y Botis.
Fleuretty sobre Buthin, Pursan y Abigar.
Sargatanas, brigadier, tiene la potencia de haceros Invisible.
Nobiros sobre Ayperos, Nurébus y Glassyabolas.
Y aunque hay todavía millones de espíritus, que estén subordinados a los precedentes,es Inútil nombrarlos, porque no se sirve de ellos sino cuando place a los espíritussuperiores hacerlos trabajar en su lugar, pues los tienen como servidores o esclavos.
He aquí precisamente las potencias, ciencias, artes y talentos de los seis espíritus superiores ya indicados, a fin de que la persona que quiera hacer un pacto, pueda encontrar en cada uno de los seis espíritus superiores, aquello que necesite.
El primero es el gran Lucífugo Rofocale, primer ministro infernal tiene la potencia que Lucifer le ha dado sobre todas las riquezas y sobre todos los tesoros del mundo.
Tiene bajo su dependencia a Bael, Agares y Marbas, y muchos más millares de demonios o de espíritus, que le están subordinados
El segundo es Satanachia, gran general: tiene la potencia de someter a él a todas las mujeres, y hacer con ellas lo que desea. Manda una gran legión de espíritus y tiene por bajo a Pruslas, Arimon y Barbatos.
Agalarietip, también general: tiene la potencia de descubrir los secretos más ocultos, revela también los más grandes misterios; manda la segunda legión de los espíritus.
A sus órdenes se hallan Buer, Gustan y Botis.
Fleuretty, general: tiene la potencia de hacer la obra que se desea durante la noche hace también caer el granizo donde se quiere. Manda un cuerpo muy considerable de espíritus Están bajo sus Órdenes Batín. Punan y Asgan.
Sargantanas, brigadier, tiene la potencia de haceros Invisibles; de haceros ver todo lo que pasa en las cosas, las cerraduras, de haceros ver todo lo que pasa en las casas de enseñaros todas las astucias humanas, manda muchas brigadas de espíritus.
Nebiros, mariscal de campo e inspector general, tiene el poder de dar el mal a quien se quiere; enseña todas las cualidades de los metales, de los minerales, de los vegetales y de los animales puros e Impuros: posee el arte de adivinar el porvenir, siendo uno de los principales nigrománticos de los espíritus infernales.
Va por todas partes teniendo la alta inspección de todas las milicias del averno.
Tiene a sus órdenes a Ayperos, Nurebus y Glasysbolas.

domingo, 16 de octubre de 2011

Evangelio de los vampiros. Génesis, cap. VI

"Conoció Adán de nuevo a su mujer; y ella dio a luz a un hijo, al que puso por nombre Set, porque (dijo ella): El Creador me ha dado otro hijo en lugar de Abel, y así, los descendientes de Set serán llamados la Raza de Abel".
Y la Raza de Abel habitó entre los humanos estúpidos, engañándolos, esclavizándolos y asesinándolos.
Pues la raza de Abel fue engendrada por el amor, y éste por la luz.
La raza de Abel es la raza de la luz y por tanto, opuesta a la raza de Caín, la raza de la oscuridad.
Conoció Caín a su mujer, la cuál concibió y dio a luz a Enoc.
Y edificando entonces una ciudad le dio el nombre de su hijo, Enoc.
Y Enoc recibió la sabiduría de las Criaturas de las Tinieblas al otorgarle el discernimiento espiritual.
Habló Enoc de los ángeles, su caída y su destrucción en las siete dimensiones.
También habló Enoc de las Criaturas de las Tinieblas, sus profundidades internas unidas a la negrura de las profundidades externas.
Mas este libro fue por completo destruido dejando sólo el primero, el de los ángeles y su caída.
Y Enoc tuvo hijos, y aunque la ciudad edificada por Caín fue arrasada por los hijos de Abel, los descendientes de Enoc pudieron vivir bajo la luz del sol y entre los estúpidos humanos y entre los hijos de Abel.
Mas los descendientes de Enoc no eran como los estúpidos, pues conocían la oscuridad.
Y fueron estos una de las dos ramas de Caín; se constituyeron como hechiceros, brujas, nigromantes, adivinos, poetas y músicos.
Pues todos ellos recibieron las artes de las Criaturas de las Tinieblas.
Y amaron el Arte con un amor distinto al de la luz; por vez primera hubo amor oscuro.
El amor oscuro es la lujuria por el conocimiento.
Desde ese entonces, los descendientes de Enoc, raza de Caín, viven perpetuamente unidos a las Tinieblas, en busca del conocimiento y anhelando la caída del Cielo y la restauración de la oscuridad que fue al principió y será al final.
Por esto fueron llamados Criaturas de al Noche, pues la noche es una parte de las Tinieblas.
Por que ellos tuvieron, tienen y tendrán por siempre al Vampiro interior.
Que les permite vivir en el día, mas con la oscuridad en el alma.
Las Criaturas de la Noche también poseían y poseen luz; pero ellos encuentran oscuridad en la luz y luz en la oscuridad.
Por eso fue escrito: "El hombre sabio, para serlo, recorrió primero la oscuridad; por que la oscuridad es el camino a la luz, y la luz es el camino a la sabiduría; Dios creó luz en la oscuridad; todo viaje a la luz parte de las sombras".
Más al decir Dios, no se habla del Creador. Desvelen el misterio.
Clama la oscuridad, mueren las estrellas y espacios negros surgen en el universo para las Criaturas de la Noche.
Y he aquí Lilith, quien vio el dolor de Caín, y no se apiado de él. Más aguardaba los eventos.
Visitó Lilith por la noche a Caín, en forma de mujer, y la lujuria fue entre Lilith y Caín.
Y fue concebido el primer heredero de las Tinieblas, también llamado Vampiro.
Nació a la vista de las Criaturas de las Tinieblas que se reunían desde los siete vértices rasgados.
Se reunieron en Aradia, en el lugar llamado Atlántida.
Y Lilith sintió el orgasmo al emanar al heredero que llevaba en su oscuridad.
Los hijos de la oscuridad de lo que no tiene forma alzaron su voz.
Más el Creador guardó silencio.
Se sacudieron los pilares de la tierra; y el viento que acariciaba a Yog-Sothoth; y el fuego oscuro de Unukalai, y las aguas profundas donde mora Ctulhu. Temblaron el día y la noche al escuchar los gritos de Lilith.
Los ángeles y demonios temblaron cuando fue dicho: "Hágase la oscuridad".
Y las Criaturas de la Noche acompañaron en sueño a sus maestros, las Criaturas de las Tinieblas, para recibir al heredero de las tinieblas, también llamado Vampiro.
Ponga atención el Profeta y el soñador; el Vampiro y la Criatura de la Noche; el poeta y el enviado; el visionario y el loco.
Pues este es el séptimo misterio, que permite a las Criaturas de la Noche transformarse en Vampiro por medio de la sabiduría de la oscuridad.
He aquí al fundador de la segunda rama de Caín.
El nombre que no debe ser pronunciado por los faltos de conocimiento.
El nombre del primer Heredero de las tinieblas es Dissaor.

viernes, 7 de octubre de 2011

Evangelio de los vampiros. Génesis. cap. V

"Maldijo el Creador a Adán y a Eva, después de que sus ojos se abrieron para reconocer su propia miseria y terrible engaño del que habían sido victimas"
Perdieron sus dones sobrenaturales, su gracia santificante, la inocencia, justicia y santidad origínales y la amistad del Creador.
Pero se despertó en ellos la lujuria.
Expulsados del Paraíso, habiendo el Creador colocado un ángel con una espada fulgurante para custodiar el árbol de la oscuridad. Adán y Eva copularon a las puertas del Paraíso.
Así descubrieron el orgasmo; y el orgasmo era una fuerza que los acercaba a las dimensiones de la sabiduría.
Entendieron así que el orgasmo los conducía a la sabiduría mientras el amor los alejaba de ella.
Pues la lujuria es una de las artes engendradas en la oscuridad, mientras que el amor fue engendrado en la luz.
De esta forma Caín fue engendrado por la lujuria.
Más Abel fue engendrado por el amor.
He aquí, Caín poseía una oscuridad mayor que la luz, y Abel, una luz mayor que la oscuridad.
Pidió el Creador un sacrificio a los hermanos.
Como hijo de la luz, Abel asesinó a un animal y le ofreció sus vísceras y grasa al Creador.
Caín, soñando con las Criaturas de las Tinieblas, quiénes le enseñaban todas las cosas, ofreció un sacrificio de flores y trigo, pues su alma no estaba contaminada con la violencia ni el asesinato.
El Creador miro a Abel y a su ofrenda, y aprobó la matanza.
Pero no miro a Caín ni a su ofrenda, pues no eran dignos del Creador, mas era digna de las Criaturas de las Tinieblas, que no crearon la matanza, ni la bondad, ni la maldad.
El Creador bendijo la ofrenda de Abel, y Abel, manchado de sangre.
Y maldijo a Caín por haberle ofrendado frutos de la tierra.
Caín se irritó en gran manera y decayó su semblante.
Entonces dijo el Creador a Caín: "¿Por que andas irritado, y por que ha decaído tu semblante? ¿No es cierto que si obras bien, podrás alzarlo? Más tu debes dominar el pecado".
En tanto Abel fue grato al Creador por asesinar y mancharse de sangre.
Caín dijo: "Seré grato al Creador".
Y cuando estuvieron en el campo, se levantó Caín contra su hermano Abel, lo mató y se cubrió con su sangre; extrajo sus vísceras y con gran voz llamó al Creador.
Diciendo: "¡Creador, he aquí mi nuevo sacrificio, la sangre y las vísceras de mi hermano, pues te complace la matanza; para que yo no sea el guardián de mi hermano!".
Y dijo el Creador: "¿Que has hecho? La voz de tu hermano esta clamando a mi desde la tierra;
Por eso andarás maldito, lejos de esta tierra que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano;
Cuando labres la tierra, ella no te dará más fruto; fugitivo y errante andarás sobre la tierra".
He aquí la segunda traición del Creador.
Pero Caín respondió: "Puesto que así me traicionas, Creador, yo te maldigo a tí. Y así como la tierra abrió su boca para recibir la sangre de mi hermano, yo la abriré para recibir la sangre de tus criaturas; si la tierra no me da mas fruto, mi fruto será de sangre; fugitivo y errante andaré sobre la tierra, así lo haré, pues no seré más como tus perversas creaciones.
Seré como las Criaturas de las Tinieblas".
Y las Criaturas de las Tinieblas se interpusieron entre Caín y la cólera del Creador.
Viendo esto, el Creador puso una señal en Caín para que no lo matara quien lo hallase.
Y esta señal la porta la raza de Caín hasta el fin de los tiempos.
He aquí el sexto misterio: El del temor del Creador y la marca de Caín.
Sea impuesta la marca sobre quien la descubra, si es que no ha nacido con ella.