jueves, 21 de octubre de 2010

La marca de Caín

Algunas de las personalidades más sensibles y creativas han sufrido durante mucho tiempo la terrible marca de Caín. El estigma de Caín es uno de los más antiguos que se recuerden. Si se toma como fuente literal la Biblia este mal que sufren algunas personas se origina muy cerca del inicio de la humanidad. Puede decirse que esta maldición nos acompaña desde el inicio de la historia.
Pero ¿Qué caracteriza al famoso estigma de la marca de Caín? Para poder explicarlo recurramos a la fuente. La Biblia en el génesis explica que al matar Caín a su hermano Abel, producto de la envidia, Dios le impuso un castigo o maldición. Abandonaría Caín la tierra de sus padres y caminaría errante por el mundo. Las palabras textuales de Dios fueron “Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra”. Fue tan grande el castigo para Caín que este le replicó a Dios que ante semejante destino solo le quedaba esperar que cualquiera lo matara. Dios entendiendo el temor de Caín y para protegerlo de una muerte súbita le puso una marca. Así todos reconocerían que Caín era un asesino, pero también sabrían que ese ser humano peligroso y maldito por Dios era intocable porque cualquiera que le hiciera daño a Caín sería castigado siete veces.
Semejante fragmento de la Biblia se presta a muchas interpretaciones. ¿Fue la marca un castigo o un premio? Porque Caín desde ese momento sabía que los hombres no podrían hacerle daño. Se volvió prácticamente invencible, pero por otro lado su sola presencia provocaría rechazo y repulsión en los seres humanos. Se diría que el castigo que Dios le dio a Caín, por el homicidio de su hermano Abel, fue convertirlo en inmortal.
Igual de interesante es como en la Biblia los descendientes de Caín son los que dominarán las artes. Claramente dice la Biblia que Jabal descendiente directo de Caín fue el padre de todos los que tocan el arpa y la flauta. Una curiosa coincidencia que nos dice de forma inquietante como los antiguos judíos consideraban a los artistas como personas siniestras y de peligro. Unos seres de los que había que cuidarse, pero no maltratar. La marca de Caín era una especie de reconocimiento mezclado con miedo. Toda una contradicción que solo puede ser calificada de misteriosa.

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