martes, 7 de septiembre de 2010

Lilim, los descendientes de Lilith

Los hijos de Lilith se cuentan por millares y son tan crueles y despiadados como los demonios, e incluso más. Bajo la supervisión de su madre se han convertido en guerreros sangrientos agrupados en distintos clanes según su naturaleza o capacidades de cada vástago. El objetivo primordial de estas criaturas es servir con devoción a su madre, dando la vida por ella sin dudarlo en caso de ser necesario y, aunque piensan por si mismos, suelen cumplir sus mandatos sin vacilar o discutir una palabra a su dominante matriarca. El objetivo primordial de Lilith es conquistar el Reino de Cielo, recuperar lo que a su entender les pertenece por derecho y vengarse del Creador y su obra, es decir, los ángeles y los hijos de Eva.
Con el paso de los siglos, Lilith a dado a luz a incontables guerreros, siendo la fuerza militar más grande de su mundo y llegando a rivalizar con las huestes infernales y celestes. Estas tropas se encuentran organizadas del siguiente modo:
Jerarquía de las tropas
Infantería y soldados rasos: Los más nombrados y poseedores del honor de ser los primeros en dar la vida por su madre en el campo de batalla; los miembros de cualquier raza que haya engendrado Lilith se encuentran en este grupo sin ninguna distinción entre ellos. Suelen portar armaduras ligeras o incluso incompletas y armas de corto alcance como espadas cortas o de dos manos, hachas, mazas… pueden llevar escudos ligeros aunque su instinto les lleva a atacar sin tregua y la defensa no es algo en lo que tengan mucha práctica; de hecho, son los guerreros menos adiestrados y más salvajes.
Generales:Ge Guerreros que han demostrado su valía sobreviviendo en el campo de batalla, gracias tanto a su fuerza como astucia. En las grandes batallas suelen usar monturas y son propietarios de las mejores armas y armaduras, incluyendo las que tienen propiedades mágicas. Estos generales son los que deciden, planifican y ejecutan las ordenes en el campo de combate bajo la supervisión de su madre; son respetados, admirados y muy a menudo envidiados por sus indisciplinados hermanos, los cuales aspiran llegar algún día a ser reconocidos por Lilith como merecedores de tal rango en reconocimiento a su fiereza en el combate y devoción hacia ella.
Aunque los conflictos entre hermanos para ascender en la jerarquía es algo más que común, las tretas entre los generales para propiciar la caída de algún compañero son mucho más elaboradas y sutiles que el simple fratricidio que se comete entre la infantería.
Cuerpo de Asesinos o Guardia Personal: En su mayor parte se encuentra formado por elfos, vampiros y demonios; esta parte del ejército no rinde cuentas a nadie más que a su madre. Son sus más preciados hijos y junto con unos pocos generales, forman la guardia personal de la matriarca.
Esta élite de guerreros no suelen dejarse ver por las rutinarias batallas carentes de importancia ya que para ellos, su madre reserva las misiones más valiosas y delicadas. Para ascender a este nivel se ha de haber realizado alguna proeza como acabar con algún gran enemigo de la madre, haber cambiado el curso de una batalla perdida o haber mostrado una destreza en el arte del asesinato notable y fuera de lo común.
Clanes de Prole.
El aspecto de los lilim puede variar enormemente entre hermanos dado las diferentes combinaciones de sangre o linajes iniciados por su madre. Su apariencia puede acercarse a lo más “humano”, puesto que su madre también fue creada por Yahvé a imagen y semejanza suya, como igualmente hizo con Adán y Eva; o puede que parezcan seres brutales, bestias, deformes y horrendos.
Hijos Infernales: Grupo de soldados formados por la unión de Lilith con diversos demonios. Su fortaleza y dominio de la magia negra suele ser superior a la de los demonios de nivel bajo pero difícilmente superan a sus primos de mayor nivel y mucho menos a los ángeles caídos.
Hijos de la Luna: licántropos desde el día en que nacieron conservan el cuerpo de licántropo de forma permanente, independientemente de los ciclos naturales de la luna o el día. Por este motivo, consideran a sus primos débiles, una raza inferior. Estos licántropos son en su mayor parte maldad y bestialidad; a penas tienen un atisbo de humanidad. Por estar más sujetos a sus instintos depredadores, suelen ser menos inteligentes que sus primos y tienen mucho peor control de su sed asesina.
Hijos de la Sangre: cuando una gota de sangre del vampiro Caín se depositó en la matriz de Lilith parió en la mitad de la noche a unos vástagos sedientos de sangre. Su existencia resulta ofensiva para los descendientes de Caín y los ven como una amenaza pues estos vampiros disfrutan bebiendo la sangre de otros vampiros.
Hijos Renegados: esta denominación la reciben los hijos de ascendencia élfica. Por extraño que parezca, no provienen de los conflictivos elfos oscuros o drows, sino que Lilith se aprovechó de un momento de debilidad de un elfo dorado seduciéndolo para que así le procurase involuntariamente una prole fuerte y sutilmente mortífera. Por suerte para el resto del mundo, fueron engendrados tan viles que antes de nacer ya se dedicaron a eliminarse unos a otros, naciendo tan sólo un puñado de crueles asesinos.
Hijos Bestiales: si los llamados hombres- bestias ya son de por sí temperamentales y animosos que decir de los descendientes de estos y la diabólica Lilith. El terror que inspiran tanto por su aspecto animal como por la brutalidad de sus ataques formando parte de la infantería es el que se siente al enfrontarse a un ser completamente violento e irracional. Su agresividad trasciende el vínculo de la sangre llegando a agredir, e incluso devorar, a sus propios hermanos.
Mercenarios: aunque nunca ha tenido descendencia con humanos (estos son, los hijos de Adán y Eva), sí ha admitido un puñado de hombres y mujeres entre sus filas después de demostrar la negrura de su corazón. Por sus orígenes, son el último peldaño de la infantería, sus vidas siempre serán prescindibles y nunca gozaran de la confianza de la matriarca. Cualquiera de las otras razas tiene cabida tras jurar lealtad absoluta a la matriarca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que la luz de conversión pura divina nunca los desampare