jueves, 6 de mayo de 2010

Relación entre los gatos y las brujas

Los gatos y las brujas están muy ligados unos a otros. Según la tradición de la edad media, cada bruja tenía su gato, y cada gato tenía un demonio dentro de él.
Hasta el punto que si en un funeral o entierro un gato se ponía sobre el ataúd o la sepultura, se creía que el gato esperaba para llevarse el alma del difunto.
Por las noches cuando los gatos recorrían las calles, se creía que escuchaban todo lo que se hablaba en las casas para después contarselo a sus dueñas, las brujas.
Al igual que había días especiales en los que se quemaban en la hoguera a las brujas, también había días especiales para quemar a los gatos que no eran sino inocentes animalitos sin esos poderes que les atribuía la creencia popular.
El exterminio al que fueron sometidos los gatos fue tan grande que cuando en el siglo XIV la peste negra asoló Europa, causando mas de veinticinco millones de muertos, apenas quedaban gatos para luchar contra las ratas, principales propagadoras de la enfermedad, de tal forma que la plaga de la peste negra fue tan devastadora por la matanza de gatos.
Otra historia cuenta que en Euskadi, una mujer estaba harta que todas las noches un gato se bebiese su leche recién ordeñada, así que esperó al animal y consiguió herirle en una pata, al sentirse el gato herido gritó como un ser humano. Al día siguiente, una vieja considerada bruja, amaneció con una herida en su pierna, lo que acrecentó mas la leyenda.

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