martes, 23 de abril de 2013

Evangelio de los vampiros. El libro de la soledad. Cap III

En la Montaña del Crepúsculo, Dissaor me enseñó la ciencia de la Noche Infinita, y me ilustró con palabra de sabiduría y palabra de Revelación; para que yo Karkemish, te las transmita a ti.
Viste con mantos negros de celebración, pues he conocido el verdadero nombre del Creador.
Es sabido que en la dimensión llamada Cielo, el Creador se adormece con los gritos de sufrimiento de su creación entera; y que se ha llamado con mil nombres, para que su creación lo adore.
En el primer libro fue dicho:  “al hablar del Creador no se habla de Dios”; penetra el misterio.
Y el misterio es éste: Seth y otras Criaturas de las Tinieblas entraron a la dimensión llamada Cielo, y arrancaron el Nombre que hasta entonces permaneció oculto, pues así convenía al Creador; este nombre lo debilita, mientas que los otros nombres enaltecen su poder; al pronunciar éste Nombre, el profeta, el enviado, el loco y el poeta, llenan de poder sus pensamientos;   el Nombre en sí mismo es Poder; por esto fue encerrado en el Cofre de la Vieja Alianza.
Más éste cofre fue abierto por Seth.
Esto sucedió cuando, después de la reunión en la Montaña de la Más Lejana Media Noche, los obscuros se dispersaron a todos los rincones de la Tierra y el fuego helado.
En aquellos días, las Criaturas de las Tinieblas fundaron un pueblo en el Delta, donde se hallaban los yacimientos de el-Abbasiyeh, y los oasis de el-Khargah;   Seth recorrió Heluán, Kom-Ombo y adi Angabiyeh, sembrando la sabiduría entre algunos de sus moradores, clanes humanos que vivían peligrosamente a orillas del lago Fayum; y otros les enseñaron a desecar los terrenos cenagosos de los bordes del lecho del río, allanar el suelo, e irrigar los campos. Aquellas Criaturas de la Noche fueron aniquiladas por invasores, salvajes de la luz; mas otras Criaturas fueron levantadas después de siglos, y aniquilaron a su vez a las tribus invasoras en Merimde-Beni.Salameh; pues las Criaturas de las Tinieblas les enseñaron el misterio de la guerra.
Seth les enseñó a su vez el culto a los muertos; a depositar los cadáveres en una fosa oval, ya no protegidos por pieles de animales, usando ahora construcciones de madera; con objetos y ofrendas; y les enseñó el culto a los animales:  el gato, el chacal y el lagarto; y aquel sería un pueblo que avanzaría en introspección, que conocería la magia que encierra la calcedonia, la turquesa, ágata y lapislázuli; y adoraron a la diosa serpiente Uadjet de Buto y la diosa buitre Nekhbet de el-Qab.
Entonces dijo Seth:  “puesto que existen reyes tocados con corona roja y otros con corona blanca, nosotros, las Criaturas de las Tinieblas, hemos de dejar a estos humanos, y que las Criaturas de la Noche den sabiduría a este imperio, cuyo esplendor no igualará ningún otro; les hemos dado la maza del rey Escorpión y la pala del rey Narmer!;
Ambos reyes gobernaban desde sus tronos de obsidiana cuando Seth convocó a Sanakht, Neterierkhet, Sekhmekhet, Horus X, y Horus Huni; aún habían de transcurrir siglos para que se levantasen las pirámides.
Y dijo Seth a los convocados:  “sabido es por ustedes que el Creador maldijo a Dissaor, al verlo dar la espalda a la luz y abrazar a las Tinieblas; mas ustedes, Criaturas de las Tinieblas, le explicaron todas las cosas, y las sobras aún le sirven; y hemos establecido puertas para que Aradia y la Tierra se comuniquen, para que las Criaturas de la Noche, que ahora moran en la Tierra, que desde hoy será llamada Egipto, conozcan a la Raza de los Vampiros y algunos de ellos sean Vampiros, como lo serán otros, en otras naciones y otros tiempos”
Al unir los Misterios con la forma en que han de ser buscados, las puertas de Aradia se abrieron en el interior de Seth y los convocados; y estas Puertas los llevaron a la dimensión llamada Cielo; esto ocurrió durante un ciclo de Venus, que nos sesenta y cuatro años humanos.
¿Comprendes, solitario, la importancia de enriquecer tu soledad?  En aquélla noche, Seth y los convocados no se movieron de su sitio; mas recorrieron universos, como tú habrás de recorrerlos, si en verdad comprendes que tu victoria es espíritu, y que has de luchar en tu interior, a solas, con tus pasiones, hasta ser dueño de ti mismo.
Seth y los convocados ascendieron a la más alta de las siete gradas enormes; abrieron las puertas del Empíreo y contemplaron los muros de topacio y las cúpulas de esmeralda, bajo las que dominan los Centinelas; subieron al Monte Sagrado, y recorrieron en silencio la ciudadela; mas no encontraron resistencia de los ángeles guardianes, pues dormían ahogados en sus placeres; por doquier encontraron hastío y tedio.
Más entonces un arcángel dio la voz de alerta; y cuando los Tronos y las Dominaciones se aprestaban a la batalla, el enemigo hace mucho que se había ido, regresando a Aradia.
Y Seth y los convocados llevaban el pergamino que extrajeron del Cofre de la Vieja Alianza, en el que se hallaba escrito el verdadero nombre del demiurgo.
A ese pergamino se le conoce desde entonces como el Pergamino de Seth, que se halla en una región de Aradia donde se deleitan con él los ángeles vampiros, convertidos en habitantes del lado obscuro; porque sabido es que muchos ángeles que fueron convertidos en vampiros cazan a los ángeles de luz; y que no sólo beben la sangre de los humanos que los invocan, creyéndoles ángeles guardianes, sino que se alimentan con sus energías, de las que hacen comunión.
Grandes represalias se vieron en el Cielo; y muchos ángeles e incluso arcángeles fueron azotados con el rayo de su Emperador; mas era demasiado tarde. 
Maldijo de nuevo el demiurgo a Dissaor, y también a Seth; y respirando amenazas de destrucción, los buscó en montes y collados; mas no los encontró, por hallarse ellos en el universo de su soledad; y el Creador, cansado, volvió a su dimensión de hastío y placeres.
Seth cerró las montañas como una puerta; desde entonces las Criaturas de la Noche y Vampiros reciben la revelación del nombre que les da poder, como la recibí yo, Karkemish, y como ahora la recibes tú; si aún no te ha sido transmitida por alguno de los profetas que vinieron siglos después.
Fue dicho que en el final, cada gran revelación se irá transmitiendo; y las generaciones son incontables, mas llegará la última, que surgirá bajo el anillo de Alción, cuando toda palabra sea revelada.
Como el nombre del demiurgo, cuyo Verdadero Nombre es Hastursedec-aa-Ioth.

jueves, 11 de abril de 2013

Evangelio de los vampiros. El libro de la soledad. Cap II

Solitario y errante vago, como Caín, sobre la Tierra; la tierra no me da más su fruto; porto la señal que me permite traspasar todo sufrimiento.
Me guardo de la multitud; me aparto del réprobo y del indigno, de las cárceles sepulcro y los fariseos, esclavos de la luz.
Si camino entre la multitud, es porque la vida me obliga, no por mi deseo; estoy entre ellos pero no les pertenezco; y en cuanto me es posible, me refugio en mi morada, en la penumbra y el silencio; o la penumbra y la música de las Tinieblas; o la penumbra y las palabras escritas por los obscuros que me han precedido; silencio, música y palabras de sabiduría; y les abro las puertas de mis abismos, para que sean uno conmigo y con mi espíritu.
Entre la multitud siento la soledad enferma del mundo, que atormenta y enloquece; mas en esta penumbra y el silencio de mi morada, atesoro la soledad que me enriquece y libera, y soy uno con la Noche Infinita, el Lado Obscuro del Tiempo y los seres crepusculares, y converso con Dissaor y las Criaturas de las Tinieblas; yo, aquel en cuyo nombre está la Cruz.
Entre la multitud soy débil; en mi soledad soy indestructible.
En mi soledad soy ejército; es tiempo de combatir; en lo profundo suena la llamada para el solitario.
Hermano mío, cuídate de aquellos que te reprochen tu soledad, pues son perversos o estúpidos; no conocen que los peldaños de la sabiduría están moldeados por soledad; y de ésta hay varios niveles; si tú caminas en los primeros, te exhorto a que te mantengas alerta; pues tu adversario, la muchedumbre, anda alrededor, como león rugiente, buscando a quien devorar.
No te ocurra lo que a aquél, quien avanzando en los peldaños hacia la sabiduría, se detuvo un momento y gritó: ¡Estoy solo! Y pronto vinieron ellos, los del mundo, para tenderle la mano; y él les tendió la mano a su vez, y se estrecharon; una mujer del mundo lo apartó del camino de la sabiduría, y lo hundió en el fango de los mediocres; lo hizo olvidar la música de las profundidades; y abrazar la música con que los mundanos se envilecen, títeres de quienes sirven a su estupidez.
Aquél solitario, pronto vio contaminada su alma, cerrados sus abismos; invadidos sus pensamientos de penumbra por pensamientos luminosos que cegaron sus entendimiento; y cuando su última porción de superioridad le advirtió de su error, ya no pudo volver al camino; ¡Cuánto caos provoca un solitario que se pierde para siempre!
Mas tú,  avanza en el camino del conocimiento; medita en éstas palabras; aún cuando sientas la tentación de lamentarte por tu soledad, no lo hagas, que ellos, los corruptores, están a la escucha; llamarán a los Centinelas, y éstos devorarán tu alma; pues está escrito que algunos Centinelas son mujeres cuya misión es perder a los sabios envenenándolos con la falsedad del amor podrido;
Sírvete de la lujuria, mas si el amor te contamina, deberás luchar para arrancarlo de tu espíritu; o serás envenenado y arrojado al mundo de donde el amor proviene; ahí será la aflicción y el rechinar de dientes; y tu memoria será borrada, por cuanto no estarás más con los que buscan el conocimiento, en los peldaños de la soledad.
En vez de gritar; ¡Estoy solo! Aguarda sin buscar, y nueva sabiduría vendrá a ti, y avanzarás a nuevos niveles de conocimiento; que te harán comprender tu anterior debilidad; cuando un ser obscuro está por cruzar el Umbral, el paraíso de la razón intentará regresarlo al mundo estéril; pues quien avanza es un enemigo para los mundanos.
Ellos son ignorantes, mas por instinto perciben a quien es diferente y superior; si tú eres así, guárdate de sus engaños.
Pues con palabras de zalamería intentarán adormecerte; y cuando entrecierres tus ojos, clavarán en ti el tajo de la estupidez; para que seas como ellos, y no como tú mismo.
Enemigos y peligros acechan el camino del solitario; mas éste camino es digno de ser recorrido.
Porque al final de este camino se encuentra la Belleza, la sabiduría y la comunión con las Criaturas; y podrás leer las Páginas como lees ahora éstas líneas; poderoso es el solitario que recorrió  los peldaños del conocimiento.
Escucha:  los mediocres aúllan, tratando de apartarte; crece, fortifica tus murallas; aunque por ahora camines a su lado, déjalos aullar, pues tal es su naturaleza bestial.
Mientras ellos aúllan, tus abismos internos cantan las dulces armonías de la tristeza.
Vienen tiempos de tribulación; todas las Criaturas de la Noche y Vampiros serán probados; y las criaturas de la luz; las siete fisuras has liberado al dragón que ya vuela sobre el mundo; y las Criaturas de la Noche serán perseguidas por los Centinelas y los ángeles; mantente firme en tu soledad.
Para la Criatura de la Noche la soledad es poder, torre fuerte y lugar de refugio contra el ímpetu de las muchas aguas; mientras que, para el mediocre, su debilidad es la compañía.
No naciste para vivir en compañía de los mediocres; ¡ni para que se posen sobre tu cuerpo las moscas de los mercaderes!
Tus abismos se abren uno a uno: los mediocres temen enfrentarse a sí mismos, y por eso viven en ágapes y compañía; apenas uno de ellos se descuida, los demás lo devoran; apártate de esa vida de espejismo y abre los ojos hacia aquello que es más real que el mundo exterior.,
El mundo interior, donde se abren las puertas de Aradia, y encuentras la verdadera Compañía: la compañía de tu soledad.
¡Oh, ejército de ti mismo!

viernes, 5 de abril de 2013

Evangelio de los vampiros. El libro de la soledad. Cap. I

Palabra de Karkemish el Solitario, ángel vampiro, primer Apóstol de Dissaor; como le fue revelado en Akkad durante el tiempo de Gadash, rey de las cuatro zonas del mundo.
Melancolía y paz para ti, Criatura de la Noche Infinita, y los que en ella moran.
Doy gracias a mi soledad siempre que me acuerdo de ti; siete veces en mis sueños veo la comunión de los que se reunieron en la Montaña de la Más Lejana Media Noche.
Mas yo no asistí por hallarme prisionero; porque siendo un ángel tomé el camino de la rebeldía; y, como otros, fui convertido en humano para ignominia, y encerrado entre las seis torres de la Montaña del Crepúsculo.
Donde padecí trescientos sesenta y cinco años humanos; mas el que así creyó castigarme, sin proponérselo, me puso en el camino del conocimiento obscuro.
El crepúsculo descendía tristemente entre las torres, a un arroyo donde antiguas esculturas se erosionaban y perdían sus rostros; paseaba me yo entre hiedras, resguardado por murallas; recorría cada tarde un bosque de rosas marchitas, sarmientos que sollozaban palidez; cinerarias vestidas de luto, violeta y blanco, donde los insectos cansados de la vida bebían el vino de la muerte; mi horizonte era un cielo plomizo.
Soñaba con escapar de mi prisión y recorrer el mundo, y ser uno de la humanidad, para compartir sus dichas y tristezas: el amor, el dolor, los hijos, las festividades, el culto al divino que me encerró; mas reconciliado, pensaba en cantar de nuevo sus alabanzas; la vejez, y el partir feliz de éste mundo, al paraíso prometido; pues a pesar de haber sido ángel rebelde, me olvidaba del pasado y, ciego en mi espíritu, esperaba en gustar de la vida humana.
Vanidad de vanidades; generación va y generación viene; mas la Soledad permanece.
Y yo repudiaba a mi soledad y a la vida prolongada que se me concedió, dispuesto a cambiarla por unos cuantos años de humanidad; y buscar el tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de sanar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; trabajar, y afanarme en las cosas del mundo, y vestirme de ropajes coloridos, y compartir el amor con una compañera.
Yo, Karkemish, languidecía en mi refugio, maldiciendo a gran voz mi soledad, diciendo: aléjate de mí, entra en tinieblas, caigan sobre ti los gritos de los condenados, seas destruida para siempre, y que nadie permanezca solo; y entonces vendrá la luz, y la dicha, y seré uno con la humanidad, en convivencia con las criaturas del día.
He aquí, una noche se abrió la puerta de mi prisión; y fui llevado a bordo de Melancolía II, a la tierra de los hombres, y el Emperador de la Noche Infinita me mostró la verdadera vida de los hombres.
¡Insensato de mí! Yo que pretendía encontrar la felicidad en los que vivían de día, con sus mujeres y sus hijos, en convivencia unos con otros, conocí la verdad.
Vi la vulgaridad de sus vidas sin arte ni justicia, vi cómo aniquilaban sus sueños por una patética realidad; cómo el amor era un gran mentira, impuesta por quien me arrojó a mi prisión; vi la traición a las creencias, la humillación por el alimento del poder; escuché las palabras necias y vacías de los gobernantes de la Tierra; escuché su música de un primitivismo obsceno, yo, que estaba acostumbrado a la sublime música del Querubín;
Vi pueblos enteros aniquilados por pueblos más poderosos, y los sobrevivientes de los pueblos víctimas creciendo a su vez, y aniquilando a nuevos pueblos; vi a los líderes abandonándose a sus vicios, pero proclamando una putrefacta moral a sus súbditos; en suma, vi el verdadero rostro de la humanidad; y mi horror me sobrepasó.
Tras seis noches volvió mi conciencia, y he aquí que el Emperador seguía a mi lado, y me tendió su mano diciendo: “regocíjate, Karkemish, pues has visto el verdadero rostro de la humanidad; por un misterio insondable, tú, ángel convertido en humano, serás convertido en Vampiro por la gracia de Dissaor, que soy yo; y serás el Apóstol de la Trinidad Nocturna conformada por mí, Aradia, y Lamec; a ti, al menospreciado, al abominado de las naciones, al siervo del Tirano: los discípulos convertirán en camino todos los montes y leerán al que lleva en su Nombre la Cruz; aquél a quien hemos elegido desde el principio para transmitir éstos Libros.
No salgas de tu prisión de las Seis Torres; no es una prisión; la soledad es libertad donde nuestro mensaje será sembrado; no desprecies a tu soledad; antes bien, aférrate a ella con una pasión más allá del amor impuro de los seres mundanos del día.
Dales la espalda, pues están perdidos en palabras, cantos y acciones mediocres; no hemos venido a redimir, mas recogeremos y sacaremos de entre ellos a nos Nuestros.
Y los discípulos habitarán al resguardo del árbol del bien y del mal, que tiene luna sobra cuyo encanto produce la muerte para los no iniciados. Vivir un minuto allí equivale a una vida entera.
Marduk, y otras Criaturas de las Tinieblas, nombradas así mismas, te observan, pues contigo se inicia el linaje de los Verdaderos Solitarios.
Discípulo es aquél que no repudia a su soledad, sino que la busca, sabiendo que es su más grande tesoro; la soledad lo aleja de las palabras y cantos vacíos, y lo pone en el camino de las palabras y los cantos de la Noche Infinita; el solitario verá la verdadera Belleza, y una vez que la conozca, será diferente a los mundanos que lo destruyen todo a su paso; y los humanos buscarán su destrucción, por cuanto percibirán en él algo diferente, mas no lo discernirán a causa de su estupidez; más percibirlo les será suficiente para señalarlo y levantar contra él muros de perversidad.
Pues la soledad y el solitario has sido proscritos desde el inicio, peor que a criminales; mas tú, Karkemish, serás preservado; mantente firme, no temas; ellos no pueden destruir tu espíritu ni tus obras; eres libre en tu soledad; más libre que aquellos que viven en mediocre y frustrante compañía; míralos cómo pierden su espíritu, por intentar formar un solo cuerpo con otros mediocres como ellos; Como su música los envilece; cómo sus obras huecas los vuelven aún más estériles; su morada está en medio del engaño, congregación de prevaricadores.
Apártate de su sendero: a cambio, ven a probar la sabiduría que para ti aguarda desde el inicio de las eras, no por amor sino por orden.
Mas es necesario que busques tal sabiduría en tu soledad, en lo profundo de ti; pues en verdad has de ser Apóstol.
¿Quién es varón sabio que entienda esto?  ¿Y a quién habló la boca, para que pueda declararlo?  El conocimiento de la soledad es la gloria del ser obscuro; el conocimiento, se alzará más allá de su aflicción; y ya no le importará su prisión, cualquiera que esta sea, pues será más libre que aquellos que en su ignorancia se consideran como tales.
Melancolía y sabiduría vendrán a él; el corazón de los sabios están en la casa del luto; más el corazón de los insensatos, en la casa en que hay alegría; no escuches más las risas de los necios; Aparta tu corazón de la falsedad, pues esas cosas no fueron hechas para ti; y brillará en tus abismos la estrella de la Noche Infinita, que es la Fantasía.
Aparta tu camino de los que anteponen fuerza a sabiduría; aquellos que se enorgullecen de su fuerza física serán borrados como la flor efímera cuando llega el viento de la tarde.
Más el melancólico que antepone la sabiduría, vive por siempre.
Verás terrores en el camino; mas persiste, y verdad florecerá al interior de tu morada.
¡Qué importa que te hagan prisionero, solitario, si eres más grande que los falsos libres!
Yo, Dissaor, he venido a ti para promulgar tu libertad, y cuando seas tan solitario que en tu interior se escuche cómo se extingue la luz, escucharás también las palabras que hoy lees; y entenderás que cada una de estas líneas te da poder.
Sé exaltado; pues siendo tú en apariencia débil, eres el más fuerte, y te alzas sobre la montaña del Crepúsculo, a cuya cima jamás podrán llegar los mundanos; déjalos que so consuman en sus ágapes, que ya sus risas pudren sus cuerpos; que mueren y les lloran; que cumplen un ciclo vulgar, no como los animales, que son más sabios, son como lo que son: mundanos, hacedores de mediocridad.
Llora tu melancolía, solitario, pues serás levantado entre las naciones, y tus obras serán guía para los que vendrán después de ti; y espanto y locura para los mundanos.
¡Qué importa que te digan loco, solitario, si tu locura te libera del hastío en el paraíso de la razón!
Como león habrás de subir por la muralla fortificada que te limita, y en lo alto contemplarás la gloria de tu propia obscuridad; ciertamente serás digno de llamarte Criatura de la Noche y Vampiro.
Desconfía de todo aquél que se lamente diciendo: ¡Estoy solo! Pues no conoce que la soledad es un privilegio; no sólo desconfíes: repudia como a un leproso a todo el que intente apartarte de tu soledad; ¡Ay de aquél que se convierta en piedra de tropiezo para el solitario!
Karkemish: Durante tu viaje a bordo de Melancolía II he pronunciado el signo, y he ejecutado el ritual; despierta de entre los muertos, pues ahora eres ángel, humano y Vampiro; mi Apóstol, haz despertado.
Como despertarán otras Criaturas de la Noche después de ti, quizás convertidas en vampiros, o quizás como Criaturas de la Noche en camino de la sabiduría.
Pues es honroso para una de estas Criaturas, que no llegue a ser Vampiro, ser un verdadero solitario; para las Criaturas de las Tinieblas, el humano solitario en busca de la sabiduría es casi tan valioso como el Vampiro.
Fuiste buscado por los que no preguntaban por ti; fuiste hallado por los que no te buscaban; bienaventurado seas, pues siendo solitario, eres más completo que aquellos que dependen de la multitud.
En tu soledad radica tu victoria: ellos morirán y su memoria será borrada; más tú permanecerás.
Muestra tu soberbia, pues formas parte de la Raza Melancólica, que es la Raza Obscura.
Edifica tu soledad, como ciudad fortificada; levanta columnas de hierro y muros de bronce contra la multitud que, como plaga de langosta peleará contra ti; pero no te vencerá, si en verdad vas en busca del conocimiento, y Aquellos cuyo verdadero nombre aún no ha sido pronunciado estarán contigo para librarte del cazador.
Más ahora, ¡Cierra las puertas de tu soledad y escucha!