CAPITULO XIII
GENERO
"El género está en
todo, todo tiene su principio masculino y femenino; el género se
manifiesta en todos los planos".
EL Séptimo Gran Principio Hermético - el Principio de Género -
encierra la verdad de que el género se manifiesta en todas las cosas, de que
los principios masculinos y femeninos están siempre presentes en plena
actividad en todos los fenómenos y en cada uno de los planos de la vida. En
este punto es bueno llamar la atención sobre el hecho de que el Género, en su
sentido hermético, y el sexo, en la acepción ordinariamente aceptada del
término, no son lo mismos.
La palabra "género" deriva de la raíz latina que
significa "concebir, procrear, generar, crear, producir". Un momento
de consideración sobre el asunto demostrará que esa palabra tiene un
significado mucho más amplio y general que el término "sexo", pues
este se refiere a las distinciones físicas entre los seres machos y hembras. El
sexo no es más que una mera manifestación del Género en cierto plano del Gran
Plano Físico: el de la vida orgánica. Es necesario que esta distinción se
imprima en la mente, porque ciertos escritores que han adquirido algunas
nociones de filosofía hermética han tratado de identificar este séptimo
principio con estúpidas y a veces reprensibles teorías y enseñanzas
concernientes al sexo.
El oficio del género es solamente el de crear, producir, generar,
etc., y sus manifestaciones son visibles en todos los planos fenomenales. Es un
tanto difícil aportar pruebas de esto siguiendo las líneas científicas, porque
la ciencia no ha reconocido todavía a este principio como de aplicación
universal. Pero, así y todo, van produciéndose algunas pruebas provenientes de
fuentes científicas. En primer lugar, encontramos una manifestación distinta
del Principio del Género entre los corpúsculos, iones o electrones, que
constituyen las bases de la materia como la ciencia lo reconoce actualmente, y
que, al constituir determinadas combinaciones, forman el átomo, que
anteriormente se consideraba como el punto final e indivisible.
La última palabra de la ciencia es que el átomo está compuesto
por una multitud de corpúsculos, electrones o iones (diversos nombres de la
misma cosa), que giran unos en torno de otros y vibran con un elevado grado de
intensidad. Pero se postula además que la formación del átomo se debe realmente
a que los corpúsculos negativos se pongan a girar en torno de uno positivo. Los
corpúsculos positivos parecen ejercer cierta influencia sobre los negativos,
impulsando a estos a constituir ciertas combinaciones que dan como resultado la
"creación" o "generación" de un átomo. Y esto está
perfectamente de acuerdo con las más antiguas enseñanzas herméticas, que han
identificado siempre al principio masculino del género con lo
"positivo" y al femenino con lo "negativo", como en la
electricidad, por ejemplo.
Puédese agregar ahora que la mente pública se ha formulado una
impresión completamente errónea sobre las cualidades del llamado "polo
negativo" de la materia electrizada o magnetizada. Los términos positivos
y negativos han sido pésimamente aplicados a este fenómeno. La palabra
"positivo" significa algo real y fuerte en comparación con la
irrealidad o debilidad del negativo. Pero nada está más lejos de los hechos
reales de los fenómenos eléctricos. El polo negativo de la batería es realmente
el polo en y por el cual se manifiesta la generación o producción de formas y
energías nuevas. Nada hay de "negativo" en él. Los hombres de ciencia
de mayor autoridad están actualmente empleando la palabra "cátodo" en
vez de "negativo", derivando cátodo de una raíz griega que significa
"desciende, el recorrido o camino de la generación", etc. Del cátodo
emerge el torbellino de electrones o corpúsculos; del mismo polo surgen esos
maravillosos "rayos" que han revolucionado las concepciones
científicas durante la pasada década. El polo catódico es la madre de todos los
extraños fenómenos que han convertido en inútiles a los antiguos libros de
texto y que han hecho que teorías mucho tiempo aceptadas hayan sido relegadas
al montón de los desechos de las especulaciones científicas. El cátodo, o polo
negativo, es el principio madre de los Fenómenos Eléctricos y de las más
sutiles formas de materia que la ciencia conoce actualmente. De manera, pues,
que existen poderosas razones que impulsan a rechazar el término
"negativo", insistiendo en sustituirlo por la palabra
"femenino" en vez del término antiguo. Los hechos nos conducen a
esto, sin tener en cuenta para nada la doctrina hermética, y, por consiguiente,
emplearemos la palabra "femenino" en vez de "negativo" al
hablar de dicho polo de actividad.
Las últimas enseñanzas científicas dicen que los corpúsculos o
electrones creadores son femeninos. (La ciencia dice que "están compuestos
por electricidad negativa" y nosotros que están compuestos por energía
femenina).
Un corpúsculo femenino se destaca, o mejor dicho, deja a un
corpúsculo masculino y comienza una nueva carrera. Activamente busca una unión
con un corpúsculo masculino, animado por el impulso natural a crear nuevas
formas de materia o energía. Cierto autor va aun más lejos y dice que
"enseguida busca, por su propia voluntad, una unión"... este
desprendimiento y unificamiento forman la base de la mayor parte de las
actividades en el mundo químico. Cuando un corpúsculo femenino se une a otro
masculino, empieza determinado proceso. Las partículas femeninas vibran más
intensamente bajo la influencia de la energía masculina y giran rápidamente en
torno de esta última. El resultado es el nacimiento de un nuevo átomo. Este
nuevo átomo está compuesto realmente por una unión de electrones masculinos y
femeninos, pero cuando la unión se efectúa el átomo es una cosa separada, que
posee ciertas propiedades, pero que ya no manifiesta más la propiedad de
electricidad en libertad. El proceso del desprendimiento o separación de los
electrones femeninos se llama "ionización. Estos electrones o corpúsculos
son los obreros más activos en el campo de la Naturaleza. De sus uniones o
combinaciones surgen las diversas manifestaciones de la luz, del calor, de la
electricidad, del magnetismo, de la atracción, de la repulsión, de las
afinidades químicas y sus contrarios, así como otros fenómenos de índole
similar. Y todo surge de la operación del principio de género en el plano de la
energía.
El papel del principio masculino parece ser el de dirigir a
cierta energía inherente hacia el principio femenino, poniendo así en actividad
el proceso creador. Pero el principio femenino es el único que ejecuta siempre
el trabajo activo creador en todos los planos absolutamente. Pero, sin embargo,
cada principio es incapaz de energía operadora sin la ayuda del otro. En
algunas de las formas de la vida los dos principios se combinan en un solo
organismo. Por esta razón, todo en el mundo orgánico manifiesta ambos géneros:
siempre está el principio masculino presente en la forma femenina. Las
enseñanzas herméticas comprenden en gran parte la operación de los dos
principios del género en la producción y manifestación de las diversas formas
de energía, etc., pero no es necesario entrar en detalles sobre el mismo en
este asunto, pues no es posible endosarlas momentáneamente con pruebas
científicas que aun no existen, debido a que la ciencia no ha progresado
todavía suficientemente. Pero el ejemplo expuesto sobre los fenómenos de los
electrones o corpúsculos demuestra que la ciencia está en el verdadero camino y
también da una idea general sobre los principios subyacentes.
Algunos investigadores científicos han anunciado su creencia de
que, en la formación de los cristales, se encuentra algo que corresponde a una
especie de actividad sexual, lo que es una prueba más de la dirección de donde
sopla el viento actualmente sobre el campo de la ciencia.
Y cada año que pasa aportará nuevos hechos que corroborarán la exactitud
del Principio Hermético de Género. Se encontrará que el género está en
operación constante, manifestándose en todo el campo de la materia inorgánica,
así como en el campo de la energía o fuerza. La electricidad se considera
actualmente como "algo" en lo que todas las demás formas de energía
se mezclan o disuelven. La Teoría Eléctrica del Universo es la última doctrina
científica emitida, y está adquiriendo rápidamente gran popularidad y
aceptación. Y de esto se deduce que, si hemos podido descubrir en el fenómeno
de la electricidad, en la misma raíz o fuente de sus manifestaciones, una
evidencia clara e inequívoca de la presencia del género y de sus actividades,
se puede afirmar sin miedo que la ciencia llegará, últimamente, a ofrecer
pruebas de la existencia, en todos los fenómenos del universo, de ese gran
principio hermético: el Principio de Género.
No es necesario perder el tiempo hablando del conocido fenómeno
de la "atracción y de la repulsión" de los átomos, de la afinidad
química, de los amores y odios de las moléculas, de la atracción o cohesión
entre las partículas de la materia. Esos hechos son harto conocidos como para
exigir mayores comentarios. Pero, ¿ se ha pensado alguna vez en que todas esas
cosas no son más que manifestaciones del principio de Género? ¿No se ve
claramente que el fenómeno es general, trátese de corpúsculos, moléculas o
electrones? Y todavía más: ¿no es enteramente razonable y lógica la enseñanza
hermética que afirma que la misma ley de la gravitación - esa extraña atracción
por la cual todas las partículas y cuerpos en el universo tienden unos hacia
otros - no es sino otra manera de manifestarse del principio del género, que
opera en la dirección de atraer las energías masculinas hacia las femeninas y
viceversa? No es posible ofrecer pruebas científicas por el momento, pero si se
examinan los fenómenos a la luz de las doctrinas herméticas sobre el asunto se
verá que no existe hipótesis alguna mejor que la actual, que explique los
problemas. Sométanse todos los fenómenos físicos a la prueba, y se verá que el
principio del género se hace evidente.
Pasemos ahora a considerar la operación de este principio en el plano
mental. Muchos hechos interesantes están esperando nuestro examen.
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