El garrote vil.
El garrote vil, es el nombre con
el que se conoce en España al garrote. Se introdujo en nuestro país a raíz del
código penal de 1822. En 1832, se suprimió la horca y fue sustituida por el
garrote vil, estando vigente desde entonces hasta 1978, como uno de los
procedimientos utilizados para administrar la pena capital.
Hay dos versiones básicas de este
instrumento casi legendario: la más extendida, en la cual el tornillo con una
bola al final hace retroceder el collar de hierro matando a la víctima por la
dislocación de la apófisis de la vértebra axis sobre el atlas en la columna
cervical, es decir: se le rompe el cuello a la víctima, que muere de esta
manera rápidamente, y la catalana , en la cual un punzón de hierro penetra y
rompe las vértebras cervicales al mismo tiempo que empuja todo el cuello hacia
adelante, aplastando la tráquea contra el collar fijo, matando, tanto por
asfixia como por lenta destrucción de la médula espinal. Si la lesión producida
aplasta el bulbo o rompe la cervical con corte medular, se produce un coma
cerebral y la muerte es instantánea. Pero esto depende en gran medida de la
fuerza física del verdugo y la resistencia del cuello del condenado, y la
experiencia demostró que raramente sucedía así; la muerte solía sobrevenir por
estrangulamiento, resultante de una serie de lesiones laríngeas e hioideas. La
agonía se puede prolongar según la pericia del verdugo
El garrote, además de ser el
nombre con el que se conocía un método de muerte, era la denominación que tomó
un aparato de tortura, propio de la Inquisición. Este instrumento consistía en
una mesa, a la que se le adosaban unos "garrotes" o prensas, que
oprimían las piernas de la víctima, por un lado; y los brazos y pecho, por
otro. Aplicando presión lentamente en aquellas zonas del cuerpo, se producía un
intenso y agudo dolor al provocar el quebranto de los huesos.
El péndulo.
Mucho antes de que Galileo
enunciara las leyes del péndulo simple, el Péndulo, era utilizado como método
de tortura. Era el aperitivo con el que se abría una buena sesión de tortura.
Una tortura fundamental, que a
veces constituye sólo una preparación de la víctima para ulteriores tormentos,
es luxación de los hombros, codos y muñecas mediante la rotación violenta de
los brazos hacia atrás y hacia arriba. Las manos de la víctima eran atados a su
espalda y por ellas, era elevado.
La garrucha.
La garrucha era el nombre con el
que se conoció en la España del siglo XV, al método de tortura conocido como el
estrapado, propio de la época medieval. Consistía en atar al reo con las manos
atrás e izarlo con una cuerda por medio de una polea, de ahí el nombre de
garrucha. A la víctima se le colocaban pesos en los pies, para después cuando
se encontraba elevado, dejarlo caer de golpe contra el suelo. Esto se repetía
varias veces. Al izado, que podía provocar las luxaciones de las articulaciones
de hombros, codos y muñecas, hay que sumar las posibles fracturas y
magulladuras, en todo el cuerpo y piernas fundamentalmente, que producían las
múltiples caídas.
Inmediatamente, los húmeros se
desarticulan junto con la escápula y la clavícula, tal dislocación produce
horribles deformaciones a menudo permanentes. La agonía se puede estimular
mediante pesas agregadas progresivamente a los pies, hasta que al final el esqueleto
se desmiembra tal como en el potro y en la escalera. Al final la víctima,
paralizada, muere.
La guillotina.
Aunque asociada indeleblemente en
la literatura, el cine, la televisión y la tradición cultural europea
generalmente con la Revolución Francesa, 1789-93, y con la pena de muerte en
Francia, la máquina que decapita por medio de una cuchilla que cae entre dos
columnas acanaladas es en realidad mucho más antigua. Versiones pequeñas y
primitivas se usaban para la ejecución de nobles, ya en el siglo XIV, en
Escocia.
Fue el médico francés Joseph-
Ignace Guillotin, nacido en Saintes en 1738 y elegido a la Asamblea Nacional en
1789, el primero en promover una ley que exigía que todas las ejecuciones,
incluso las de presos comunes y plebeyos, se realizaran por medio de "una
máquina que decapita de forma indolora". Una "muerte fácil" -
por decirlo así - ya no era prerrogativa de nobles. Después de una serie de
experimentos sobre cadáveres tomados de un hospital público, la primera de
estas máquinas, se colocó en la Place de Gréve de París el 4 de abril de 1792 y
la primera ejecución en la persona de un plebeyo asaltante de diligencias tuvo
lugar el 25 del mismo mes. Pronto este ingenio iba a convertirse en el símbolo
de los años 1792 - 94.
En seguida la ciencia descubrió
un hecho nuevo y sorprendente (confirmado después por la neurofisiología
moderna): una cabeza cortada, ya sea por hacha o guillotina, sabe que es una
cabeza decapitada mientras rueda por el suelo o cae en la cesta - la conciencia
sobrevive el tiempo suficiente para tal percepción. Después de la ejecución de
Luis XVI y María Antonieta el 21 de enero 1793, la "máquina" llamada
sólo así hasta ambos sucesos, se llamó también "la Loulsette" o
"le Loulson"; sólo después de 1800 se extendió el término
"guillotina". Como tal permaneció en uso en muchos países incluidos
los Estados Pontificios y los Reinos de Piamonte y Nápoles borbónico hasta
1860; fue usada en Francia hasta la abolición de la pena de muerte bajo
Mitterrand en 1981. Joseph-lgnace Guillotin murió pacíficamente en 1821, a la
edad de ochenta y tres años.
El hacha y el tajo, en Europa en
general.
Como se refiere en los casos de
la espada del verdugo y de la guillotina, una “muerte fácil" era
prerrogativa de las clases sociales privilegiadas. Los comentarios acerca de la
espada son válidos igualmente para el hacha. Esta última se prefirió en
Inglaterra, en el sur de Francia y en gran parte de Italia (la espada se
empleaba preferentemente en territorios germánicos, en París y en el norte de
Italia).
Hierros ardientes para marcar, en
Europa (1700 a 1800)
Se usaban para marcar algunos
condenados, generalmente en un hombro pero a menudo también en una mejilla o en
la frente. El delito que él o ella había cometido era especificado por un código
de letras o símbolos que todos en la localidad comprendían.
La horquilla del hereje o pie de
amigo, posiblemente veneciano (1500 a 1700).
Fue utilizado por la Inquisición para obtener confesiones de herejía. Con cuatro puntas afiladísimas que se clavaban profundamente en la carne
bajo la barbilla y sobre el esternón, la horquilla impedía cualquier movimiento
de la cabeza pero permitía que la víctima murmurase, con voz casi apagada. En
cambio si éste se obstinaba, y si la Inquisición era española, el hereje
considerado "Impenitente” , se vestía con el traje característico y se le
conducía a la hoguera, pero con la condición de la extremaunción; si en cambio
el inquisidor era romano, se le ahorcaba o quemaba, sin el beneficio del traje
pero siempre con el rito cristiano.
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