Un revenant es un fantasma o un cadáver animado
que vuelve de la tumba, al parecer para aterrorizar a los vivos, muchas
historias que se volvieron leyendas envolvieron Europa occidental con relatos
de los retornados o revenant
durante la alta edad media.
El nombre “Revenant” proviene del latín Revenans que
significa “regresar” o “retorno” aunque también en la lengua francesa el verbo
“revenir” puede ser una fuente ya que significa volver, en cualquier caso las
historias de los revenant se expandieron a Irlanda. En las
historias que inicialmente mencionaban al revenant, normalmente es que vuelven
a este mundo para cumplir un propósito que puede ser vengarse de su asesino u
otro similar, sin embargo también aparecieron versiones donde el revenant volvía a la vida para aterrorizar a
sus familiares que aún estaban vivos y a sus vecinos que lo conocieron. Estos
retornados tienen muchas características similares a los clásicos vampiros de
las provincias europeas.
En la edad media fueron documentados muchos casos donde los revenant volvían del mas allá, un ejemplo es el
historiador ingles Guillermo de Newburgh quien en 1190 escribió en sus
registros: “No es fácil creer que los cadáveres de los muertos salgan (no sé
por qué medio) de sus tumbas, y vaguen para aterrorizar o destruir la vida, y
de nuevo volver a la tumba, la cual espontáneamente y a voluntad se abre para
recibirlos, aunque no son frecuentes, hay ejemplos que ocurren en nuestros
días, suficientes para establecer estos hechos, la verdad es que hay abundantes
testimonios”.
Las historias de los revenant al parecer se trataban comúnmente de
casos familiares, personas cercanas a los que contaban los relatos, que habían
muerto recientemente, sin embargo tiene muchas características con la
descripción clásica de los muertos vivientes, ya que eran criaturas no-muertas,
horribles apariciones venidas de algún recurso maldito e impío.
En las historias medievales donde mencionan a los revenant,
es común que los relacionen con gente que en vida eran delincuentes, malvados,
inútiles o no creyentes, estas características se sumaban a los que murieron
por alguna plaga o peste y que obligadamente debían ser exhumados para ser
decapitados, incinerados o sacarles el corazón para quemarlo, así se aseguraban
de que no volverían de entre los muertos.
Aunque los revenants tienen características originales de
no-muertos han aparecido también historias donde al parecer habían succionado
la sangre de victimas, involucrándolos con los clásicos vampiros conocidos
hasta entonces solo en Europa del este, esta mezcla de situaciones y de
características se hizo más evidente en los relatos del siglo XVIII.
Algunos relatos cuentan que impulsa al revenant a volver de su descanso eterno:
Relatos de William de Newburgh (1136 – 1198) escribió
varios casos de los revenants como advertencia, dice que eran muy
comunes, que mencionar todos sería una empresa demasiado laboriosa y
problemática.
En una historia, un hombre de “mala conducta” quien se
había casado al parecer con una joven que se vio obligada a ello. El esposo
lleno de celos sospechaba de su esposa y un día se escondió en el techo de su
dormitorio y atrapó a su esposa en un acto de infidelidad con un joven de la
zona, sin embargo el marido cayó al suelo hiriéndose mortalmente muriendo pocos
días después.
Se le hizo un entierro cristiano, sin embargo de poco le
sirvió, pues en esa misma noche la mano del maligno lo envolvió y así salió de
su tumba acompañado por una jauría de perros, los cuales aullaban de una forma
horrible. Comenzó a ser visto y escuchado vagando en las calles, mientras los
vecinos cerraban sus puertas para no tener un mal fin con este revenant renacido.
Varios fueron asesinados por esta criatura, la gente del
pueblo, llevando una espada afilada se dirigieron al cementerio, comenzaron a
cavar y rápidamente llegaron al cuerpo que se encontraba extrañamente
enterrado a poca profundidad, el cuerpo estaba hinchado, teñido de sangre y con
la manta con que lo envolvieron despedazada. El cuerpo inerte fue herido varias
veces y de él manaba la sangre fresca que según afirmaba la muchedumbre era de
las víctimas de este ser. Fue llevado a las afueras del pueblo con la idea de
quemarlo, sin embargo sabían que primero debían sacarle el corazón, al final
todo fue a parar a las llamas.
En otra historia se menciona a una mujer cuyo marido había
muerto recientemente. Poco después el marido volvió a visitarla, no solo para
aterrorizarla con su presencia sino que también para mantener relaciones
sexuales, con todo el peso insoportable de su cuerpo putrefacto. Esto se repite
durante tres noches donde el revenant no solo lo hace con su esposa sino
también con otras familias vecinas, por este motivo, el mismo obispo de Lincoln
tiene que intervenir.
Escribe una carta de absolución que debe colocarla dentro
de su tumba, así que desentierran el cuerpo, el obispo coloca la carta sobre el
pecho del que se presume era un revenant y después de sellar el ataúd, vuelve a
ser enterrado.
Muchas más historias existen
sobre estas criaturas no-muertos y están registradas en su mayoría en
documentos de la época medieval, aunque posteriormente a finales del siglo
XVIII y principios del siglo XIX nuevos autores como Montague Summers, Robert
Southey, Lord Byron y John William Polidori hacen su interpretación con ciertas
modificaciones a diferencia del clásico Revenant.
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