Como hemos visto, el resultado final de las relaciones ilícitas entre
los Vigilantes y las "hijas de los hombres" fue, según la propaganda
judeo-cristiana, el engendramiento de una raza monstruosa de belicosos gigantes
caníbales y bebedores de sangre llamados los Nephilim.
En Génesis 6:4 se los describe menos dramáticamente como "los
poderosos hombres de antaño, los varones de renombre". Al principio ellos
fueron alimentados por Yahvé con maná (¿ambrosía, el alimento de los Dioses?)
para que dejaran de consumir carne humana, pero ellos lo rechazaron.
Ellos en cambio mataron animales como comida, y luego comenzaron a
perseguir y a comer presas humanas.
Se ha especulado que esta leyenda está basada en los hábitos culinarios de los pastores nómadas del desierto en Oriente Medio, quienes eran voraces comedores de carne. En el mito bíblico de Caín y Abel, la disputa entre los dos hermanos que condujo al primer asesinato es acerca de la naturaleza de los ofrecimientos hechos a Yahvé.
Se ha especulado que esta leyenda está basada en los hábitos culinarios de los pastores nómadas del desierto en Oriente Medio, quienes eran voraces comedores de carne. En el mito bíblico de Caín y Abel, la disputa entre los dos hermanos que condujo al primer asesinato es acerca de la naturaleza de los ofrecimientos hechos a Yahvé.
Abel, "un pastor de ovejas" o pastor nómada, ofreció
"las primicias del rebaño", y Caín, que era "un labrador de la
tierra" o agricultor-jardinero, ofreció "los frutos de la
tierra" (Génesis 4:2-4).
Los ofrecimientos quemados de Abel de carne de animal y sangre
complacieron a Yahvé, pero éste rechazó las verduras, los cereales y frutos
ofrecidos por su hermano. En un nivel puramente material, a diferencia de una
metáfora mítica y espiritual, esta historia puede reflejar la lucha por el
dominio entre los pastores nómadas y los primeros agricultores de la Era
Neolítica en el Oriente Medio.
La idea de héroes semi-divinos nació de los mitos antiguos de uniones entre dioses y mortales. El poeta y escritor griego Píndaro (518-438 a.C.) describió a los héroes del pasado como "una raza entre Dioses y hombres".
La idea de héroes semi-divinos nació de los mitos antiguos de uniones entre dioses y mortales. El poeta y escritor griego Píndaro (518-438 a.C.) describió a los héroes del pasado como "una raza entre Dioses y hombres".
En los rollos del mar muerto los terribles Nephilim comedores de
humanos son de hecho descritos como los guardianes del conocimiento arcano que, "conocían
todos los misterios de la Naturaleza y la Ciencia".
Hay también referencias indirectas a las técnicas de reproducción que
ellos enseñaban, lo que sugiere que ellos instruyeron a los primeros humanos en
la domesticación y crianza de animales.
Referencias adicionales también insinúan experimentos que condujeron a
la creación de "monstruos" por medio del cruce de animales de
especies diferentes y no relacionadas.
En el ocultismo teosófico moderno hay leyendas acerca del continente
perdido de Atlántida que afirman que sus científicos criaron híbridos
semi-humanos y semi-animales como una raza esclava.
Esto también está relacionado con la destrucción de los Nephilim y la
temprana raza humana en el Diluvio bíblico.
Los registros de tal acontecimiento también pueden ser encontrados en
la mitología de los pueblos antiguos de todo el mundo, y especialmente entre
los babilónicos en Oriente Medio.
De hecho, se ha sostenido que la historia de Noé y el Diluvio en el
Antiguo Testamento tuvo su origen en mitos babilónicos y sumerios.
Se sabe que alrededor de 10.000 a.C. parece haber habido una explosión
cultural que transformó a la temprana Humanidad.
Al final de última Era Glacial aparecieron los primeros signos de la
agricultura en Oriente Medio, con un cambio desde un estilo de vida nómada de
cazadores-recolectores al de la agricultura establecida.
Esto marcó el comienzo de la civilización en esta área. Tan pronto como
en 9500 a.C., la cebada, el trigo y el centeno, y la avena, los guisantes y las
lentejas, estaban siendo cultivados por nuestros antepasados neolíticos en lo
que es ahora Kurdistán, entre Turquía e Irak. Al mismo tiempo los perros, las
cabras y las ovejas también fueron domesticados.
Dentro de mil años se estaba practicando la fusión de cobre y de plomo
en Anatolia (moderna Turquía), y los arqueólogos creen que ese proceso fue
descubierto primeramente en Kurdistán, junto con la fabricación de cerámica y
el tejido.
La antigua cultura kurda fue también la primera en desarrollar una
escritura, y fue una de las sociedades alfabetizadas más tempranas en el
Oriente Medio.
Los kurdos afirman ser descendientes de los "Hijos del Djinn"
(espíritus o genios), la descendencia de un acoplamiento entre los djinns y las
mujeres mortales. En algunas partes del Kurdistán, sobre todo entre la secta de
los yezedis, quienes adoran al Ángel Pavo Real (Azazel, el líder de los ángeles
caídos), puede ser encontrada gente alta, rubia y con ojos azules.
Aunque los antropólogos creen que ellos pueden ser de antiguos
ancestros europeos, la creencia del folklore popular entre los kurdos dice que
ellos son descendientes de los "Hijos de los Genios", que en tiempos
antiguos trajeron la civilización a la temprana Humanidad.
En general el Oriente Medio antiguo era conocido como "la cuna de
la civilización", al haber sido fundadas en el área mesopotámica (modernos
Irak e Irán) las más antiguas ciudades-Estados. Los antiguos pueblos autóctonos
de la región, los sumerios y los acadios, desarrollaron el primer lenguaje
escrito, estudiaron la astronomía y crearon bibliotecas.
Los babilónicos y los asirios los siguieron, y en la mitología de todas
estas razas hay historias de cómo los dioses descendieron a la Tierra y les
enseñaron las artes de la civilización.
En el libro de Enoc se dice que cuando Yahvé vio la anarquía, el caos,
la corrupción y la inmoralidad sexual que había sido causada por la interacción
de los Vigilantes y los humanos, él decidió intervenir mediante los arcángeles
Miguel, Rafael, Gabriel y Uriel.
Él ordenó que Rafael atara a Azazel de manos y pies, como a una cabra
de sacrificio, y que lo arrojara en un barranco profundo en el desierto.
Gabriel fue enviado a una misión divina para destruir a, "los
bastardos y réprobos" y a "los hijos de los Vigilantes entre los
hombres".
El arcángel Miguel, comandante del Ejército de Dios,
fue enviado a arrestar a Semyaza y a encadenarlo "bajo la tierra"
hasta el Día del Juicio Final. Como hemos visto, el ángel caído se arrepintió
de sus pecados y se condenó él mismo al exilio cósmico entre las estrellas.
El Libro de los Jubileos dice que los arcángeles ataron a los
Vigilantes "en las profundidades de la tierra", y en el folklore
judaico ellos están encarcelados en un misterioso "segundo Cielo".
Sin embargo, también se dice que algunos de estos "poderosos
guerreros" tienen reservado un lugar especial para ellos en el Sheol, el
Inframundo según los judíos. Allí se dice que ellos están en un estado
"con escudo y lanza intactos".
Hay una conexión entre los bíblicos Vigilantes y los semi-divinos y
semi-míticos Tuatha De Danann (los Hijos de la Diosa Dana).
Esta raza de antiguos magos descendió a la Tierra en la sagrada colina
de Tara en la Irlanda prehistórica. Con la llegada del cristianismo, los Tuatha
De Danann fueron desterrados a las "colinas huecas" y se convirtieron
en los Sidhe (Shee)
o los "Brillantes", los elfos y las hadas del folklore irlandés.
¿Cuál es el significado esotérico detrás del mito de los ángeles
caídos, la expulsión de Lucifer desde el Cielo y la Caída del Hombre, como está
representado en la saga del Jardín del Edén?
Los mitos babilónicos, hititas, cananeos, iranios, egipcios, griegos y
nórdicos, todos describen en diversas formas una lucha entre el supremo
dios-padre, que representa el orden cósmico y la armonía, y un dios rebelde más
joven que desafía y trata de derrocar la autoridad divina.
Aunque estos conflictos por lo general han tenido lugar en una época
pre-humana, ellos también son a veces representados como ocurriendo en la
Historia mundial, y a menudo están relacionados con la creación y el desarrollo
temprano de la especie humana y la aparición de las civilizaciones antiguas.
Simbólicamente, Lucifer o Lumiel es conocido como el Señor de la Luz,
en tanto él es el primogénito de la creación.
Él representa la activa energía cósmica del universo, y ha sido
identificado con el fuego, la luz, el poder fálico, el pensamiento
independiente, la conciencia, el progreso, la libertad y la independencia.
La fundadora de la moderna Sociedad Teosófica, Helena
Blavatsky, describió al Portador de la Luz como, "el espíritu de la
iluminación intelectual y la libertad de pensamiento" sin cuya influencia
la Humanidad sería "no mejor que los animales".
En la Biblia, Lucifer (o Satán como lo llaman equivocadamente) a menudo
es representado en una forma reptiliana como un dragón o una serpiente.
En las mitologías occidentales esa criatura es comúnmente tergiversada
como un símbolo de los poderes de la oscuridad, el caos y mal. Por contraste,
en la mitología de Oriente el dragón es un buen presagio que representa la
fertilidad y la buena fortuna. Lumiel-Lucifer a menudo es identificado con la
serpiente del mito edénico descrito en el Génesis.
En la tradición luciferina, la serpiente bíblica es considerada como la
personificación del conocimiento, la sabiduría y la iluminación que liberó a
los primeros humanos de la ignorancia espiritual impuesta a ellos por Yahvé.
La serpiente es vista como el símbolo de una fuerza de liberación
exterior que literalmente abrió los ojos de Adán y Eva a la realidad del
universo creado y a las maravillas del mundo material.
La serpiente, culebra o dragón es una antigua imagen mítica y
arquetípica del poder fálico solar o fuerza de vida que está asociada con
Lucifer y la explosión de luz después del divino acontecimiento celeste que
creó el universo (conocido por los científicos modernos como el Big Bang).
Cuando el primer hombre y la mujer comieron el fruto prohibido del Árbol del
Conocimiento del Bien y el Mal en el jardín astral o celestial, ellos llegaron
a estar conscientemente despiertos.
Su primera comprensión fue que sus "envolturas de carne"
estaban desnudas.
Ellos se apresuraron a cubrir sus genitales cuando se dieron cuenta del
llamado "poder de la serpiente" o kundalini, que puede ser
incrementado mediante las relaciones sexuales y actos sexuales no
reproductivos.
Ellos también comieron del Árbol de la Vida que inició el ciclo de
nacimiento, vida, muerte y renacimiento, y de las almas humanas encarnándose en
la forma física.
El mito de los Vigilantes, la Caída de Lucifer y la Caída del Hombre,
todos representan el primitivo Tiempo del Sueño o "Edad de Oro" de
armonía cósmica y terrestre e inocencia primordial que puede haber existido en
el plano material o en alguna especie de plano astral o pre-material.
Es la destrucción física simbólica o real de este paraíso celeste o
terrenal, donde la gente y los animales vivían juntos y se comunicaban por
medio de una lengua universal, la que es reflejada en tales mitos y leyendas.
En términos chamánicos esto es conocido como la Gran Separación, cuando los
humanos ya no supieron o no entendieron el lenguaje de los animales.
Ése fue también un tiempo en que los humanos comenzaron a comunicarse
en diferentes lenguas, y esto es representado por la historia bíblica de la
Torre de Babel.
El mito de la Edad de Oro o Paraíso en la Tierra está estrechamente
vinculado con la caída de Lucifer desde el Cielo y la disminución de su antiguo
estatus como el primogénito de la creación para convertirse en el Señor del
Mundo.
En un nivel simbólico y metafórico, así como en uno físico, también
está relacionado con la separación de los humanos desde la Naturaleza y su
medioambiente natural, que se está manifestando en nuestros tiempos modernos.
Fue la deliberada intervención de Lucifer y los ángeles caídos en la
evolución humana, más bien que algún desafío a la autoridad cósmica, lo que en
último término condujo a su caída desde la gracia divina. El único
"crimen" de los Vigilantes consistió en que ellos quisieron ayudar al
progreso de su rebaño humano.
Sin embargo, el rechazo de Lucifer-Iblis a reconocer la creación de los
seres humanos significa que la Caída desde la gracia celestial era inevitable.
En la tradición luciferina, a Lumiel se le ha prometido la redención y
la restauración de su antiguo estatus en el plan cósmico. Esto sólo puede
llegar a ocurrir cuando la raza humana evolucione espiritualmente. Entonces es
para beneficio de Lumiel y sus ángeles enseñantes el que nos ayuden a conseguir
aquel fin.
La relación entre la Humanidad y el líder de los
Caídos es por lo tanto en gran parte simbiótica, por cuanto ellos se necesitan
unos a otros.
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