El señor de Segre, noble malvado que vendió su alma al
diablo, mataba a toda la gente que estaba en contra de él. Era famoso por su crueldad
y por su armadura. A este individuo lo mataron y la armadura cobró vida propia.
La llevaron a juicio y le dijeron que se quitara la
armadura, cosa que no hizo.
Finalmente le levantaron el casco, y la sorpresa fue, que la
armadura estaba vacía.
La llevaron al calabozo, y el alcalde que no se creía lo
ocurrido, entró en la celda, la armadura le atacó y se escapó.
La volvieron a coger, la quemaron y fundieron en una
hoguera, mientras se escuchaban gritos de dolor saliendo de ella.
De esta forma, la armadura la convirtieron en una cruz, está situada en
el municipio de Bellver.
En este suceso está basada la leyenda de Gustavo Adolofo Becquer.
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