El monte de las ánimas es una
leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer, pero realmente el lugar existe, está en
Soria.
Lugar donde las almas de los
muertos, envueltas en jirones de sus sudarios, corren por el monte entre los
matorrales y zarzales.
Es un lugar estremecedor,
envuelto en niebla, vinculado a los Templarios.
Bécquer hace referencia en s
leyenda a otros lugares cercanos al monte, como el monasterio de San Juan de
Duero, el convento de San Polo, el monte Moncayo, y la propia ciudad de Soria.
Los caballeros hospitalarios de
San Juan de Jerusalén construyeron un monasterio en el siglo XII, del que se
conservan las ruinas del claustro o los arcos. Estos parajes inspiraron la
leyenda de Bécquer.
El monasterio fue saqueado de muchos
de sus elementos en el siglo XVIII, pero aun quedan la iglesia y el claustro,
tiene forma de cuadrilátero irregular con su cuatro ángulos diferentes, con una
parte románica y otra parte gótica.
Del monasterio de San Polo, del
siglo XIII, solo se conserva su iglesia. De origen Templario, las dos puertas
de la nave, unidas por un corredor a la ermita de San Saturio.
Este monasterio aparece en la
literatura de Antonio Machado, y en la leyenda de Bécquer llamada el rayo de
luna.
En el lugar se pueden observar símbolos
del lenguaje oculto de los Templarios.
En la noche de difuntos se oye una campana en la capilla situada en el
monte de las ánimas. Los ciervos braman y corren espantados, los lobos aúllan,
las culebras silban, y sobre la nieve pueden verse impresas las huellas de los
descarnador pies de los esqueletos.
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