Los 8 Sabbats Wiccas, así como
otras religiones tienen calendarios sagrados que contienen días de poder o
fechas asociadas con divinidades, los seguidores de la religion-pagana Wicca
también tienen uno.
La
mayor parte de sus seguidores ejecutan rituales religiosos por lo menos 21
veces al año: 13 celebraciones de Luna llena (Esbats) y 8 festividades solares
(Sabbats).
Cuatro
de estos días (o más bien noches) están determinados por los solsticios y
equinoccios, los comienzos astronómicos de las estaciones. Los otros cuatro
Sabbats están basados en antiguas fiestas populares.
Los
rituales dan estructura y orden al año wiccan y también les recuerdan el
interminable ciclo que continuará mucho tiempo después de nuestra muerte.
Estos
son tiempos para celebrar; para regocijarse con los dioses y tener un buen
momento. En un Sabbat no se hace ningún trabajo de magia, a menos que se estrictamente necesario, por
ejemplo se necesite una curación.
Los
Sabbats cuentan la historia del Dios y la Diosa, de su relación y los
efectos que esto tiene sobre la fructuosidad de la tierra.
Es
importante aclarar que los Sabbats mayores y los menores son igual de
importantes.
A la
Diosa se le honra con las fases de la luna y al Dios con ciertas fases del sol.
Estos son los Sabbats menores que ocurren en el solsticio de verano y de
invierno, y en el equinoccio de otoño y de primavera.
Cabe
destacar que la fecha de estas celebraciones varían cada año. Los Sabbats
menores son:
Yule,
Ostara, Litha y Mabon
Cabe
destacar que la fecha de estas celebraciones varían cada año. Los Sabbats
mayores son:
Imbolc, Beltane, Lammas y Samhain
Ahora a
continuación trataremos de explicar cada una de estas fechas o deidades:
Para
los Wiccanos, el año empieza el primer día de noviembre, justo después de la
festividad de Samhain, o noche de los antepasados. También denominada "la
noche de las brujas y hallowen" de maneras no reconocidas por los Wicca.
En la
noche de Samhain, honramos a aquellos que han partido antes que nosotros; a los
antiguos, honramos la sabiduría, y honramos el paso del Dios hacia la tierra de
Emania, La tierra del eterno verano. Este paso es necesario para que entendamos
que: no existe vida sin muerte, pues la muerte es el paso necesario para volver
a crear vida.
Esto se
confirma en la noche de Yule (entre el 20 y 23 de diciembre) cuando se celebra
el renacimiento del Dios, en el solsticio de invierno. Justamente cuando la
tierra está envuelta en el frío y la oscuridad, el Dios, la luz, renace,
trayendo consigo la promesa de nueva vida, nuevos retos, un nuevo florecer. La
Diosa vuelve a sonreir y su sonrisa nos trae nuevas fuerzas.
Para el
2 de febrero celebramos Imbolc: la fiesta de las luces. Otros nombres que se le
dan es "candelaria y Brigantia (por la celebración a la Diosa
Brighit)". Es el tiempo del movimiento de La Gran Madre Tierra. La
primavera está cerca, y empezamos a purificarnos y renovarnos con ella. Los
rituales se celebran en honor a la triple Diosa Brigit, cuyo aliento da vida a
los muertos.
Al
girar nuevamente la rueda del año, nos encontramos con Ostara: El equinocio de
primavera.
Celebrado
entre el 20 y 23 de marzo, también se corresponde en fechas con la semana santa
cristiana. Es la fecha del equilibrio de la luz y la oscuridad. El Dios ya es
un joven que calienta la tierra y ésta se prepara para la nueva siembra por lo
que es el tiempo correcto para los nuevos comienzos que se siguen a la
purificación. También se corresponde con el ciclo de fertilidad de muchos
animales y plantas.
Beltane,
el 1 de mayo, también llamado fiesta de mayo, o Día de la Gran Dama. La gran
fiesta de la unión de los Dioses. Es el tiempo de rendir tributo al Dios
Cornudo y la Gran Dama del Bosque Verde. De la unión de ambos nace la nueva
vida, crece la tierra, se multiplican las cosechas y su amor lo inunda todo.
Muchas parejas aprovechan esta fecha para realizar su unión de manos, aunque
para tal fin cualquier fecha es apropiada.
Luego
viene Litha, el solsticio de verano, o noche de San Juan (entre el 20 y 23 de
junio). La época de empezar a analizar cuáles son nuestras cosechas, qué más
deseamos sembrar para cosechar. El Dios Sol es un hombre fornido que lanza sus
rayos a la Diosa Tierra y de ambos la vida florece. El útero de la Diosa rebosa
de vida. Es el tiempo de encender nuestros proyectos.
Pero la
rueda no para, siempre gira, y a Litha le sigue Lughnadssadh (Lammas o
Lunasa) el 2 de agosto. Es la época de la abundancia, de la primera cosecha, de
recoger lo que hemos sembrado. Es el tiempo de la buena suerte. Aunque el Dios Sol
empieza a menguar igual que La Gran Dama, ambos tienen aún mucha energía para
dar a tierra.
En
Mabon, o el equinocio de otoño (entre el 20 y 23 de septiembre), Se nota más la
debilidad del Dios Sol, lo cual entristece a la Diosa; quien sin embargo, lleva
vida en su útero, la promesa de que la vida continúa. Ella mengua con él, pero
ella es en sí, la vida. Es el tiempo de la segunda cosecha; de descansar
después del trabajo; es la culminación de lo que sembramos. Es un buen momento
para dar gracias por lo recibido y para meditar sobre los misterios de la
reencarnación en preparación de la noche de los antepasados (Samhain) cuando la
rueda vuelva a girar.
Así la vida nace y renace, y ambos son la vida y la
promesa de vida, y ambos nos enseñan que para nacer hay que morir, y que la
rueda gira a pesar de todo.
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