Antiguo hospital situado en el monte Moncayo (Zaragoza).
Construido en la década de 1920 se terminó en 1930, rodeado
de pinos y vegetación, con el único sonido e un arroyo cercano, destinado a
lugar de descanso de familias pudientes de la época, quedó abandonado al
comienzo de la guerra civil en 1936 hasta el final del conflicto. En 1939 las
hermanas de la caridad de Santa Ana instauraron en el edificio el sanatorio
antituberculoso, en un principio solo admitía mujeres y niños, pero con el
tiempo también ingresaron algunos hombres, aunque en menor número.
En octubre de 1978 el hospital cerró y quedó vacío y.... en
silencio?.
A través del tiempo se fue llenando de dolor y trágicos
sucesos, en sus habitaciones aún se pueden ver las camas abandonadas donde los
enfermos no todos sanaban, al pasar por estas estancias se siente la presencia
de quienes estuvieron en esas camas observando al visitante.
También puede apreciarse rastros y huellas de misas negras y
otros rituales ocultistas en la capilla abandonada, adornada con pintadas
satánicas y pentagramas.
Su leyenda negra no
es de la época de sanatorio, sino que comienza ya durante la guerra civil
cuando hotel que fue inicialmente se vio asaltado y los trabajadores que allí
se encontraban fueron brutalmente asesinados y violados en una fatídica noche.
A estos muertos en el lugar se fueron añadiendo los enfermos que fallecían en el sanatorio
tiempo después, muchos de estos cadáveres
están enterrados de forma improvisada allí mismo.
Mas tarde esas tumbas fueron profanadas y cráneos y otros
huesos fueron esparcidos por los alrededores, son los espíritus que aún
recorren el edificio en busca de quien los ayude a aliviar sus sufrimientos y
encontrar el descanso eterno.
Este antiguo hospital es a día de hoy un referente en busca
de contactos con el mas allá y el esoterismo, de aquí hay psicofonías y
fotografías de imágenes que no tienen explicación.
Algunas de las psicofonías obtenidas en la zona de las
tumbas dicen “que hago yo aquí?” o “marchaos”, dentro del edificio hay otra
psicofonía de una niña que grita “ángela”.
También suelen escucharse puertas que se abren y cierran,
pese a no quedar ninguna en el edificio.
Unas supuestas palabras pronunciadas por un fantasma dice a
quien tenga la suerte de poder escucharlo “el mal está dentro” advirtiendo que
no debe entrarse.
Hoy día no queda ningún resto mortal en el lugar, ya que
fueron todos trasladados al cementerio de San Martín.
Otra coincidencia con el lugar, es que años antes, Gustavo
Adolfo Bécquer ambientó aquí varias de sus leyendas de terror.
En los últimos años el ayuntamiento de Tarazona, propietario del
edificio, a planeado recuperarlo como
centro turístico, pero no a habido interés alguno por nadie para invertir en el
proyecto, tendra algo que ver su historia?
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