Deja
atrás el monte de la Calavera; los
seres crepusculares ya despuntan; recorren el vértice de la Página de la
Ruptura, y la Página del Fin de los Tiempos.
Has
de irte con los seres crepusculares y tu Protector.
Y
así como nosotros somos uno solo para hablarte, muchos espíritus obscuros que
caminaron por la Tierra son ahora uno solo.
Pues
fue establecido que obscuridad une obscuridad con delgados cordones de luz; mas
la luz que une a estos espíritus no es color; es sombra y negrura; si puedes
comprender esto estarás avanzando en
sabiduría.
Nos
acercamos al espíritu de las brujas.
Borra
todo amor de tu existencia; Aradia te vigila, pues penetramos sus dominios.
No
para hablar con ella, como fue en el segundo Libro; mas para hablar con las que
son suyas, brujas del linaje de Caín.
Algunas
de éstas recibieron el conocimiento para ser Vampiros; mas otras fueron
torturadas y calcinadas en nombre del Creador.
Y
sus espíritus claman por venganza desde las entrañas de la obscuridad.
Y
las Criaturas de las Tinieblas responden: “Nuestra es la venganza; nosotros
pagaremos mal por mal mayor; un mal que no se ha visto aún sobre la Tierra, ni
debajo de la Tierra”.
El
mal ya viene; ha despertado, he aquí que viene.
Percibe
ahora con tus sentidos internos el espíritu de las Brujas, víctimas de la raza
de Abel; tal espíritu ya se aproxima a ti; yo, tu Protector, intercedo para que
conozcas este espíritu sin que tu propio espíritu sea arrancado de tu cuerpo
con gran dolor; para que no seas uno más en el bosque de los empalados en
Aradia.
Saluda
conmigo a Madeleine, y conoce que este espíritu contiene a todos los
espíritus de las que, en la era del dolor, fueron aniquiladas por la raza de
Abel y sus Centinelas.
Madeleine
viene con ropajes negros; su largo cabello violeta se mece con el viento de
Aradia; sus manos y rostro, pálidos como luna de otoño, se muestran ante ti;
observa en los ojos de Madeleine el sufrimiento de las Brujas que son Raza de
Caín igual que tú.
En
esos ojos, negros como alas de Tinieblas, se hunde tu espíritu; escucha, que el
Tiempo es corto; escucha lo que Madeleine ha de decirte, y atesóralo en tus
abismos.
Los
Profetas obscuros pueden llevarte a la locura o la muerte; lejos de la
verdadera locura y la no-muerte, que son libertad en el principio obscuro; esto
debes saberlo antes de seguir adelante; no dejes pasar esta advertencia.
Escucha, que los labios negros de Madeleine ya se
abren; y el humo de las hogueras ya sale por su boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario