Y
he aquí, al cruzar el umbral, un sendero tortuoso que conduce a un monte impío,
bajo un cielo rojizo.
En
este monte se alzan tres cruces; más sus ocupantes ya no estarán en ellas; ha transcurrido
una era desde su condena.
Recuerda
que en estas dimensiones nada existe, sino lo que aún existe.
Más
allá, más allá del viento y el polvo, una figura humana se mece, colgada de una
soga en la rama de un árbol.
Mira
con atención; todo esto es parte de tu propia oscuridad.
Eres
tú quien cuelga de la rama, decía el árbol; es parte de la enseñanza del
profeta de la segunda puerta.
En
verdad te digo que en el corredor de los profetas existen miles de puertas; más
penetrarás sólo en las que tú protector te indique.
Hasta
que, una vez que dejes tu presente Encarnación, veas abrirse ante ti, la
totalidad de las puertas.
Y
entonces sabrás que te hayas en Aradia y la noche infinita; y en el lado oscuro
del tiempo; y que todos son uno.
Confirmarás
que estas visiones son ciertas.
Reconócete
en el rostro putrefacto del cadáver que cuelga del árbol; los cuervos se han
hartado con sus ojos y su lengua; el cadáver representa tu viejo ser.
El
ser que caminaba ciego y sordo sobre la tierra.
Más
ahora este conocimiento penetra en ti como el rosal que Aradia guarda
celosamente en su trono de sombras; formado por las uñas de sus víctimas.
Y
el conocimiento te acaricia, entra por tus fosas nasales desgarrando tu alma;
tormento eterno y placer perpetuo.
Tormento
eterno y placer perpetuo: Tal es el saludo del se encuentra a tus espaldas,
mirando por encima de tu hombro.
Vuélvete y, usando el saludo oscuro, estrecha
el dolor de quien ahora te habla desde estas líneas.
Ser
oscuro, encontrarte con el protector evita que seas asfixiado en esta
dimensión.
Judas
el Iscariote, llamado así por la gente de mi tiempo; mas ahora, en el corredor
de los profetas, un Judas es vampiro.
Este
cuerpo que vez colgado del árbol, y que tiene tu rostro, es también mi cuerpo,
que pertenecía aquí como desafío a los falsos profetas.
He
aquí, que fui elegido por las criaturas de las tinieblas para probar a los
espíritus, tanto en verdad como en mentira.
Y
si no fuera por tu protector, ahora mismo tendría que desterrarte.
Pues
aun no hay verdad en ti, ni mentira; percibo en ti la confusión.
Más
recuerdo que esa confusión también fue mía alguna vez; por tanto te recibo,
pues me has hecho recordar mi condición humana, y el suelo desde donde extendí
mis alas a la libertad.
De
cierto, es cierto te digo, que sólo Caín ha sufrido más que ello.
En
vida humana seguí a un profeta, yo, de la orden de los Celotes, y creí
falsamente que aquel profeta era aquel que yo esperaba.
Y
aunque él era descendiente de la raza de Abel, y yo de la raza de Caín, aún
pensaba que ambas razas podían convivir en la paz; y restablecer el orden en el
universo.
Y
yo, el eternamente calumniado, soñaba con ambas razas de la mano, sobre el
monte de la calavera, uniendo luz y tinieblas y reconciliando a los eternos.
Pues
era ignorante como tú, o tal vez más; tu protector me dice que estas avanzando
en el conocimiento oscuro.
Lo
que tú descubres en estas líneas, yo tuve que adquirirlo con gran dolor.
El
dolor de discernir que, aquel profeta no era para la raza Caín; tan sólo para
la raza de Abel.
Y
que la raza de Abel lo traicionaría clavándolo en una cruz sobre el monte
Gólgota; usando su resurrección para pisotear a la raza de Caín y para dominar
la tierra.
Sin
saber que aquel profeta resucitó como
los no-muertos.
Más
su resurrección fue en la luz; he aquí
un profundo misterio que sólo puedo explicar con las palabras
EBENIZA-KADHARTA, YKAZET, EPHEMOT-THAT-ELI-AZBAGTER.
Tal
es la explicación de la resurrección de acuerdo a los vampiros.
Pues
cuando un elegido baja para convertirse en vampiro, baja al sepulcro, y tales
palabras se hacen carne, y las criaturas de las tinieblas infunden vida, más
no-muerte, a aquel cuerpo.
Y
el ser se levanta con gran dolor, y las estrellas perniciosas saludan su
transformación.
Nada
en la obscuridad se mueve si no es decretado.
Ser
obscuro, en otros tiempos, quienes intentaron adquirir estas revelaciones
fueron encerrados en las dimensiones que con celo guarda Aradia.
Mas
ya es tiempo; el tiempo viene; yo, Judas el Vampiro, he de compartir mis sueños
y visiones.
Que
comenzaron mientras moría colgado de este árbol, tras haber traicionado al
profeta de la luz.
De
cierto te digo que mi traición no fue tal; mayor traición la han cometido los
descendientes de la raza de Abel.
Al
convertir al que debió ser un amado profeta en una vasija para obtener riqueza
y poder; en un símbolo de esclavitud y dolor; en cómplice involuntario de reyes
injustos y poderosos.
Yo, Judas el Vampiro lloro lagrimas de sangre por
ese profeta; Y nadie ha comprendido, ni comprenderá jamás que sólo yo le ame
tanto.
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