Más
si ahora lo conoces, bienaventurado seas; ya nada será igual para ti; ahora
sabes que tu espíritu es eterno, y que como inmortal te mueves entre criaturas
de Luz.
¿Notas
como tratan de destruirte? Has sido insultado, obligado a amar, apartado de
aquellos a los que erróneamente has amado; herido cuerpo, mente y espíritu.
Deja
atrás el amor y la compasión, te lo volveremos a decir; abraza toda la
melancolía; se libre en medio de la cárcel sepulcro; deja atrás lo que una vez
te limitó.
Crece
en el camino del conocimiento; no seas más como un niño que cae en cuanto cesa
el apoyo; llamamos a tu nombre ancestral para que conozcas el tercer libro.
El
libro de los profetas.
Detén
tu vida, de intento falso. He aquí la forma en que habrá de conocer de este
libro en espíritu y en verdad; puesto
que éste no es un libro, sino un corredor con puertas a sus lados.
Y
detrás de cada puerta hay un profeta.
Más
para que tengas comunión con cada uno de ellos, una vez más te exhortamos a que
dejes atrás los sentimientos, y de
estos el más pernicioso es el amor.
Escucha,
ser oscuro: el tiempo de la gran tribulación está pasando.
Más
para que salves con firmeza las pruebas en las que habrás de ser sometido, es
necesario que te ofrezcamos apoyo; no por amor, sino por orden.
Así
como en el libro de la búsqueda un no-muerto fue tu guía para recorrer a
Aradia; así te proveemos de un protector.
Pues
nosotros conocemos lo que necesitas aún cuando camines ciego y sordo por la
tierra.
Despreciamos
tu cuerpo, más respetamos tu espíritu eterno, que ni siquiera tú conoces como
nosotros.
He
aquí, es necesario que venga un protector, pues el libro de los profetas no es
materia inerte.
Si
recorres este libro sin un protector, alguno de los profetas tendrá autoridad
para destruirte.
Y
llevar tu espíritu eterno a la cárcel sepulcro en la dimensión a la que llaman
cielo.
Conoce
que en este cielo habitan los espíritus de los falsos, los hipócritas y los
perversos; ¿quieres a habitar entre prevaricadores o abrir tus alas entre
nosotros?
Pues
no conoces aún la dimensiones a las que te acercas.
Yo,
Dissaor, hablo a nombre de las criaturas de las tinieblas; en el corazón
quisiera que yo fuera tu protector, pues ignoras toda jerarquía.
El
protector que voy a concederte es un no-muerto de la escala inferior, y cuando
me refiero a tal escala, hablo de un no-muerto capaz de someter a Ángeles
depredadores.
Y
si lo menospreciaras, el mismo se volvería contra ti.
Piensa
una vez más, OH solitario, si en verdad anhelas a esté protector; él ya viene a
ti, mas aún estás a tiempo de que lo rechaces.
Más
que si lo aceptas, debes saber que tal protector no es como aquellos a los que
llaman Ángeles guardianes; protector es un no-ser que va en busca del milagro
oscuro para llegar a convertirte en criatura de las tinieblas.
Tal
protector te servirá durante tu comunión con los profetas, o con criaturas
superiores; incluso con algunos de los 666 nombres de la primera generación de
las criaturas de las tinieblas.
Más
no te protegerá de los seres de luz; ni de los elementos de la tierra estéril
que pisas en la presente Encarnación; y no por amor, sino por orden.
¿Aún
no comprendes que nosotros no sentimos odio común, sino odio sublimado a través
de la melancolía?
¿Y
que algunos de nosotros no poseemos ya sentimiento alguno? Más aún no estás en
condiciones de entenderlo.
He
aquí lo que debes hacer para aceptar al protector: abre tu oscuridad interna
para recibirlo, si en verdad has recorrido los primeros libros, sabrás el
reverso de mis palabras.
Y
en sueño o enfermedad vendrá a ti; tienta al sueño o la enfermedad y el
protector te revelará su existencia y su nombre.
Atesora
su nombre, pues es sobre todo nombre de la luz; traspasa con este nombre
secreto en la señal de Caín; yo te trato con melancolía, sé orgulloso y
soberbio.
Bienaventurado
el soberbio, pues él heredará la tierra; El que se humillare será humillado, y
el que se exaltare será exaltado.
El
protector ya viene; el protector que es verdugo de los ángeles guardianes; y
que para cada ser oscuro que muestre sabiduría haya un protector.
La puerta está abierta; el protector ha despertado
y viene; he aquí que viene.
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