Sociedad fundada el 1 de mayo de 1776 por Adam Weishaupt. Weishaupt, conocido en los círculos ocultistas como Spartacus, nació en Ingolstadt el 6 de Febrero de 1748. Creció en una familia acomodada oriunda de Westfalia y de origen judío. Estudió en una escuela jesuita y después se matriculó en la facultad de derecho de Ingostadt, donde en poco tiempo llegó a ser decano. Por aquella época empezó a coquetear con la masonería, de la que quedó desencantado buscando su propia orden secreta, lo que le llevó a fundar los Iluminados de Baviera según lo que había aprendido en su breve periplo masónico y lo que aprendió en su etapa con los jesuitas.
Los Iluminados de Baviera buscaban el perfeccionamiento moral del ser humano según una serie de premisas:
“Extender los principios de humanidad y sociabilidad, impedir la realización en el mundo de malos designios, acudir en socorro de la virtud oprimida por la injusticia, procurar que las personas meritorias alcancen los puestos que le son debidos y poner a disposición de sus miembros los medios para llegar al conocimiento y a las ciencias”.
Todo esto se conseguiría bajo la propagación de una nueva religión de carácter universalista que interferiría en el campo político promoviendo la creación de democracias liberales parlamentarias, acabando con las tradicionales monarquías. Esto, según los illuminati, permitiría que la razón se impusiese.
El perfeccionamiento moral del ser humano consistía en permitir que el hombre llegara a un estado de madurez en el que los hombres dejarían de ser tutelados por la Iglesia y el Estado. Para lograrlo, los hombres deberían unificarse en las escuelas secretas de sabiduría, de inspiración masónica, que propagarían los ideales de libertad e igualdad a través de la “iluminación”
Al parecer, Weishaupt sacó gran parte de estas ideas de sus estudios con los jesuitas, llegando a revelar un mensaje esotérico de Jesús en este sentido de la fraternidad a través las escuelas de sabiduría. Según él, los aptos en la Orden estarían “iluminados” por Cristo, y a ellos es a quienes se les revelaría los verdaderos principios y objetivos de la Orden.
El reclutamiento de Illuminati se hacía entre aquellos estudiantes que tenían unas cualidades que les hacían, en cierto modo, aptos. Estas cualidades eran mostrar una ideología revolucionaria y unas muestras de inteligencia que hiciesen sobresalir al aspirante por encima de los demás.
Debido a los pocos miembros que consiguió reclutar, pidió ayuda a uno de sus simpatizantes, el Barón de Knigge. Adolf von Knigge, conocido en los ámbitos ocultistas como Philo, escribió para ello el libro “El rito de los Iluminados de Baviera”, convirtiéndose en una especie de catecismo para los Illuminati. A pesar de esto, Knigge se enfrentó en muchas ocasiones a Weishaupt, lo que terminó por romper la orden.
El 22 de junio de 1784, las autoridades políticas y religiosas de Baviera, dieron orden de perseguir a los miembros de la masonería y los Illuminati. Weishaupt murió el 18 de noviembre 1830, después de acercarse a la fe católica.
Los illuminati estuvieron implicados como hostigadores de la Revolución Francesa y también en un supuesto complot para acabar con la dinastía de los Habsburgo. El conde de Mirabeau introdujo la Orden en Francia varios revolucionarios se cree que fueron miembros de los Illuminati. También se dice que de la Orden llegó a participar en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, influyendo a personajes de la talla de Goethe, Herder o Roosvelt.
A pesar de todo todas estas relaciones forman parte de la teoría de la conspiración y son difíciles de demostrar, aunque están ahí. Lo que es cierto, aunque no hayan influenciado directamente en la Revolución de 1789 o en la creación de los Estados Unidos, es que sí influenciaron en el pensamiento masónico del siglo XIX y, por lo tanto, en el pensamiento liberal en general.
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